~~Narrador: Kelly~~
Estaba nerviosísima. No me podía creer que fuera a tener una cita con Liam. Había sido todo muy repentino. Hacía mucho tiempo que soñaba con esa tarde, y por fin iba a ocurrir.
Mientras terminaba de ponerme un poco de rímel para resaltar mis pestañas (era el único maquillaje que llevaba junto a un poco de brillo de labios), oí un suave golpe en la puerta. Guardé todo lo más rápido que pude y abrí la puerta mientras Audrey se ponía sus zapatos.
- ¡Hola, Liam!
- Hola. ¿Estás lista?
- Sí, sólo tengo que coger el bolso. ¿Te importa esperar un momento fuera?
- Para nada - me sonrió.
- Gracias - cerré la puerta con cuidado y rebusqué mi móvil, la llave de la habitación y algo de brillo para retocármelo si hacía falta.
Iba vestida muy informal, quería ser yo misma. Llevaba una minifalda vaquera de color gris, algo rasgada; una camisa a cuadros en rojo, negro y blanco, con las mangas por el codo, y con una camiseta básica blanca de tirantes por debajo; y unas converse rojas algo gastadas en la suela, con un corazón que me había pintado Chloe con rotulador permanente en la parte blanca. Audrey me había dicho que cómo podía ir así a una cita, que tenía que ser más elegante. A ella le encantaba arreglarse, sería por eso.
Me puse el bolso blanco cruzado, para que no me molestase, y abrí la puerta de nuevo.
- Ahora sí estoy lista.
- Pues vámonos - dijo haciendo un gesto con la cabeza.
- ¡Espera, Liam! - gritó Audrey.- ¿Y Zayn?
- Oh, Zayn estaba terminando de arreglarse, ya sabes que le lleva su tiempo.
- Cierto... pues esperaré, entonces.
- ¿Quieres que le avise?
- Hm... si no es mucha molestia... - dijo con una pequeña risa.
- Vale - sonrió y se acercó a su habitación mientras yo esperaba en el sitio, aguantando la puerta con un pie.
Tocó a la puerta y salió Zayn después de unos segundos.
- ¿Te falta mucho?
- ¿Por qué lo preguntas?
- Porque tu novia te echa de menos, melón - dijo entre risas.
Zayn corrió a dentro y salió con una chaqueta de esas que parecían de los típicos institutos americanos de las películas, la azul, en menos que canta un gallo.
- Ya estoy listo - dijo con una forzada sonrisa.
Corrió a nuestra puerta y asomó la cabeza, por lo que yo pude quitar el pie.
- Bueno, vamos. Ahora ya están juntitos y felices.
Yo reí y caminé a su lado. Era increíble lo bien que me sentía con él. Era caballeroso, divertido, inteligente, guapo... ¿qué más se le podía pedir a un chico?
~~Narrador: Audrey~~
- Ya estoy aquí, preciosa. Me han dicho que me echabas de menos - dijo acercándose a mí.
Me levanté despacio, sonriente, y caminé hacia él.
- Solo un poquito - vacilé, sin saber si acercarme más o no.
Él rió, con esa adorable risa aguda que tenía. Cada día estaba más enamorada de él. Sus ojos, sus labios, su pelo, sus músculos... ¿tenía algún defecto? Si era así, yo no se lo veía por ninguna parte.
Ya no tuve que preocuparme en decidir si quedarme allí o avanzar más, porque fue él el que me cogió por la cintura y me besó.
- Estaba deseando tener una tarde para nosotros.
- Y yo.
- Vamos, que estamos perdiendo mucho tiempo - dijo cogiéndome de la mano.
Salí con él y cogimos el ascensor hasta la planta baja. Mientras estábamos aún dentro, me miró de arriba a abajo.
- ¿Qué? - dije riendo.
- Estás preciosa.
- Oh, gracias - le di un beso en la mejilla.
- Casi tanto como yo.
- Idiota - le di un golpe en el hombro, haciéndome la indignada.
La puerta del ascensor se abrió y salimos.
- Oh, por cierto... bonita gorra.
- Gracias - dijo riendo mientras sacaba unas gafas de sol del bolsillo trasero de su pantalón.- Van a juego.
- ¿Pretendes esconderte?
- ¿Crees que lo conseguiré? Se sincera.
- No - dije entre carcajadas.
- Vale.
De todas formas salió del hotel con las gafas puestas, con un aire cómico. Caminó de mi mano y me llevó por una calle estrecha. No sabía a dónde íbamos, pero siempre que fuese con él, no me importaba lo más mínimo. Después de unos minutos llegamos a un precioso parque. Era enorme, con cientos de árboles de hojas verdes que se agitaban por la brisa. Había bancos cada pocos metros.
- Qué bonito - dije con una sonrisa.
- No tanto como tú - besó la parte alta de mi cabeza.
Agaché la cabeza sin dejar sonreír. Me hacía sentir especial de alguna manera, sin tener por qué ser una modelo de metro ochenta y medidas perfectas. Con él era como si el resto del mundo no existiera. De vez en cuando alguna gente pasaba a nuestro lado, pero yo casi no los advertía.
- ¿Paramos por aquí? - preguntó.
Debíamos de estar aproximadamente en el centro del parque. Además era un círculo de arena con bancos a las orillas; sí, parecía el centro.
- Vale.
Nos sentamos en uno de aquellos blancos bancos, relucientes como la nieve. Parecían estar recién pintados, por lo que para asegurarme pasé un dedo por él.
- ¿Qué haces? - dijo él riendo.
- Asegurarme de que no pinta.
- ¿Y por qué iba a pintar?
- No sé, parece demasiado brillante y blanco para no estar recién pintado.
- Tonta... - rió y me dio la mano para sentarme a su lado.
- Eh... ¿gracias?
- Hahahaha, no era un cumplido.
- Oh, ya veo, muy bonito eh. ¡Muy bonito! - le golpee el brazo y él me abrazó contra su cuerpo.
- No te hagas la enfadada, es obvio que no lo estás.
- Déjame - dije intentando no reírme.
- Nunca - giró mi cabeza y me besó.
Fue un beso corto, pero perfecto. Con él nada podía ser malo, absolutamente nada.
Los sueños pueden llegar a hacerse realidad cuando menos te lo esperas. Y aunque puedas llegar a sufrir por conseguirlos, habrá valido la pena.
domingo, 25 de marzo de 2012
domingo, 18 de marzo de 2012
Capítulo 49.
{Reproducir: Give your heart a break - Demi Lovato}
Sus brazos rodearon mi cuello; me estremecí y, en un principio, no supe cómo reaccionar. Simplemente un impulso me llevó a abrazarla con fuerza, pero sin saber si reír o llorar. Me limité a eso, pasar mis manos por su espalda, acariciándola con delicadeza. Disfruté del olor de su pelo hasta que lo apartó y sus labios chocaron con los míos. Quise seguir su beso despacio, con dulzura, y eso hice. Quería intimidad, así que sin dejar de besarla nos metimos en la habitación de ellas. Enredé mis dedos en su pelo. Cada vez estaba más seguro de que tenía que ser ella, de que era ella la mujer de mi vida. No podía permitirme perderla por nada del mundo. Sentía un gran impulso de hacerla mía, era algo que se apoderaba de mí y no podía controlar. Separé nuestros labios y la miré sonriendo.
- Te amo.
Me dio un pequeño beso de nuevo y acarició mi pelo.
- Lo siento.
- ¿Qué es lo que sientes? - no lo entendía. ¿Por qué me decía eso?
- Haberme enfadado, no tenía motivos.
- Oh, sí que los tenías. Pero déjalo ya, no te culpes más.
- Te quiero.
Volví a besarle. El corazón me iba rápido, muy rápido. Ya la había recuperado, ya era mía, al fin. Y no iba a dejar que nada más volviese a interponerse entre nosotros. Metí mis manos por dentro de su camiseta y noté cómo se ponía nerviosa. Pero a los pocos segundos se tranquilizó. Subí un poco más hasta quitársela, y ella hizo lo mismo con la mía. Bien, no había ido rápido. Perfecto, no quería fastidiarla otra vez.
~~Narrador: Cathy~~
Lo admito, me ponía nerviosa. Muy nerviosa. Pero en el buen sentido. Sus manos recorrieron uno a uno cada milímetro de mi espalda, mi cintura, mi pelo. Me sentía segura a su lado. Sentí como si una corriente eléctrica recorriera todo mi sistema nervioso, era imparable. Cada vez le besaba con más intensidad, obteniendo su respuesta. Me separé y le miré a los ojos de nuevo. Sonreí y lloré a la vez. Pero de alegría, de completa felicidad por tenerlo conmigo. Volvía a besarle, pero despacio, sin prisas. No hacía falta apurar. O quizás sí...
Oí un ruido de llaves y me separé de él en un acto reflejo poniéndome la camiseta a la velocidad del rayo. Él parecía no haberlo oído, así que allí se quedó, sólo con su pantalón puesto.
Audrey y Kelly entraron entre risas y se quedaron un tanto extrañadas de ver a Niall sin camiseta.
- Esto... hola - dijo Kelly soltando una pequeña risa.- Si interrumpimos algo nos vamos eh...
- No, no, qué... - comencé a decir.
- Pues la verdad sí - soltó Niall de repente, riéndose.- Pero no importa, ya me voy.
Se colocó su camiseta con rapidez y me dio un pequeño beso.
- Adiós.
- Hasta luego - dije apartando un mechón de mi cara.
En cuanto Niall salió por la puerta, Audrey y Kelly me miraron como si fueran los depredadores acechando a la presa.
- ¡Ya lo habéis arreglado! ¡Qué bonito! - gritó Audrey.
- Shh, baja la voz. - le ordené.
- Me alegro mucho por vosotros, Cath - me dijo Kelly, con su mano en mi hombro.
- Gracias - sonreí.- Pero podíais haber venido un poco más tarde, que no pasa nada - dije irónicamente.
- Ay, perdona cielo. Si lo hubiésemos sabido habríamos salido a dar una vuelta con os chicos. ¿Quieres que nos vayamos?
- No no, ahora ya está - reí.
- Bueno, de todos modos yo me voy a dar una ducha. Después voy a quedar con Zayn, ya hace tiempo que no tenemos un momento a solas.
- Uy uy, Aud. Pues mucha suerte. - dije entre risas.- Dios, como me ruge el estómago, qué hambre tengo...
- Nosotras ya hemos juntado el desayuno con la comida... - Kelly rió.
- Ya veo, ya... Bueno, me voy a abajo a comer algo.
- Vale, cielo. Hasta luego.
- Chao, chicas.
Cogí la cartera y salí con rapidez. Iba a bajar las escaleras, pero pensé que sería una buena idea ir con Niall, así que llamé a la puerta de los chicos.
- ¡Hola, Cathy! - Zayn me saludó con dos besos.
- Hola, Zayn. ¿Está Niall por ahí?
- Sí, pasa.
En cuanto entré fui a sentarme a su lado y le di un beso en la mejilla.
- Hola otra vez.
- Hola - dijo sonriente, devolviéndome el beso.
- Iba a ir a comer algo, ¿me acompañas?
- ¡Claro! Yo también estoy muerto de hambre.
- Cómo no - se burló Zayn, mientras se miraba en el espejo.
- Todos tenemos defectos, ¿vale? - se quejó Niall con una fingida voz triste.
- Para mí no es ningún defecto, me parece de lo más mono.
Justo después de decirlo, Niall sonrió y me besó sin darme tiempo a reaccionar.
- Por favor, id a hacer manitas a otro lado.
- Perdona, don perfecto. Ya nos vamos - dije levantándome del sofá de la mano de Niall.
En ese momento, Liam salió de la habitación.
- ¡Hey, buenos ojos os vean!
- Hola Liam - dije riendo.
- Zayn, deja espacio en el espejo, tío - dijo él, echándolo hacia un lado.
- ¿Tú también tienes una cita? - rió Niall.
- Pues la verdad, sí, la tengo - respondió mientras se colocaba el pelo.
"¡Y Kelly no me ha dicho nada! Qué mala amiga..." pensé para mis adentros con una sonrisa en la cara.
- Bueno, ¿vamos? - le dije a Niall, impaciente.
- Sí, vamos - tiró de mi hasta la puerta.- Por cierto, ¿sabéis cuándo va a volver Louis?
- Ni idea. - respondió Zayn mientras Liam negaba con la cabeza.- Supongo que no tardará mucho.
- Vale - salimos y bajamos hasta el restaurante.
~~Narrador: Louis~~
- Y por eso estoy enfadado con Harry... aún no sé si perdonarle.
- ¡Pero no seas idiota! - dijo un poco alterada.- ¿Qué pasa con Larry Stylinson? ¿Te has olvidado ya?
- Pero yo confié en él, Chloe.
- Lo sé, lo sé. Aún así, tienes que hacer las paces con él, Lou. Ha sido una tontería.
- Puede...
- Puede no, ¡es que lo ha sido!
- Vale, vale, ¡perdóneme, majestad!
Chloe rió mientras me miraba. Estaba tan mona... Estaba deseando que pudiera salir de aquel sitio. La enfermera nos había dicho que probablemente mañana podría salir.
- Estás perdonado. Y Harry también debería estarlo.
- Cuando vuelva, hablaré con él.
- Eso espero.
Sonreí y miré el reloj.
- ¡Anda, qué tarde es! Tengo que irme ya. Mañana por la mañana vendré otra vez.
- Vale - sonrió.
Le levanté del pequeño sillón, me acerqué a ella y le di un beso en la frente.
- Descansa bien. Hasta mañana.
- Adiós.
~~Narrador: Cathy~~
- Niall, eres un zampabollos - dije entre risas.
- Lo sé - respondió él con la boca llena.
- Idiota.
Él tragó y después echó una carcajada.
- Echaba de menos que me insultaras, preciosa.
- Y yo echaba de menos insultarte - dije cogiendo una de sus patatas fritas.
- ¡Eh, eh! ¡Que tú ya has comido tu plato!
- No seas malo, tú has pedido el triple que yo - me quejé poniendo ojos de cachorrito.
- Bueeeeeno... solo porque eres tú, coge las que quieras.
- Gracias - le di un sonoro beso en la mejilla, con mis manos sujetando su cara.
Cogí patatas de vez en cuando, entre cada carcajada. Cada vez que le miraba veía al chico tierno de antes, y deseaba terminar lo que hacía una hora habíamos empezado.
Pero no nos faltaba mucho. En cuanto Kelly y Audrey se fueran a sus respectivas citas, tendríamos tiempo para lo que quisiéramos.
Sus brazos rodearon mi cuello; me estremecí y, en un principio, no supe cómo reaccionar. Simplemente un impulso me llevó a abrazarla con fuerza, pero sin saber si reír o llorar. Me limité a eso, pasar mis manos por su espalda, acariciándola con delicadeza. Disfruté del olor de su pelo hasta que lo apartó y sus labios chocaron con los míos. Quise seguir su beso despacio, con dulzura, y eso hice. Quería intimidad, así que sin dejar de besarla nos metimos en la habitación de ellas. Enredé mis dedos en su pelo. Cada vez estaba más seguro de que tenía que ser ella, de que era ella la mujer de mi vida. No podía permitirme perderla por nada del mundo. Sentía un gran impulso de hacerla mía, era algo que se apoderaba de mí y no podía controlar. Separé nuestros labios y la miré sonriendo.
- Te amo.
Me dio un pequeño beso de nuevo y acarició mi pelo.
- Lo siento.
- ¿Qué es lo que sientes? - no lo entendía. ¿Por qué me decía eso?
- Haberme enfadado, no tenía motivos.
- Oh, sí que los tenías. Pero déjalo ya, no te culpes más.
- Te quiero.
Volví a besarle. El corazón me iba rápido, muy rápido. Ya la había recuperado, ya era mía, al fin. Y no iba a dejar que nada más volviese a interponerse entre nosotros. Metí mis manos por dentro de su camiseta y noté cómo se ponía nerviosa. Pero a los pocos segundos se tranquilizó. Subí un poco más hasta quitársela, y ella hizo lo mismo con la mía. Bien, no había ido rápido. Perfecto, no quería fastidiarla otra vez.
~~Narrador: Cathy~~
Lo admito, me ponía nerviosa. Muy nerviosa. Pero en el buen sentido. Sus manos recorrieron uno a uno cada milímetro de mi espalda, mi cintura, mi pelo. Me sentía segura a su lado. Sentí como si una corriente eléctrica recorriera todo mi sistema nervioso, era imparable. Cada vez le besaba con más intensidad, obteniendo su respuesta. Me separé y le miré a los ojos de nuevo. Sonreí y lloré a la vez. Pero de alegría, de completa felicidad por tenerlo conmigo. Volvía a besarle, pero despacio, sin prisas. No hacía falta apurar. O quizás sí...
Oí un ruido de llaves y me separé de él en un acto reflejo poniéndome la camiseta a la velocidad del rayo. Él parecía no haberlo oído, así que allí se quedó, sólo con su pantalón puesto.
Audrey y Kelly entraron entre risas y se quedaron un tanto extrañadas de ver a Niall sin camiseta.
- Esto... hola - dijo Kelly soltando una pequeña risa.- Si interrumpimos algo nos vamos eh...
- No, no, qué... - comencé a decir.
- Pues la verdad sí - soltó Niall de repente, riéndose.- Pero no importa, ya me voy.
Se colocó su camiseta con rapidez y me dio un pequeño beso.
- Adiós.
- Hasta luego - dije apartando un mechón de mi cara.
En cuanto Niall salió por la puerta, Audrey y Kelly me miraron como si fueran los depredadores acechando a la presa.
- ¡Ya lo habéis arreglado! ¡Qué bonito! - gritó Audrey.
- Shh, baja la voz. - le ordené.
- Me alegro mucho por vosotros, Cath - me dijo Kelly, con su mano en mi hombro.
- Gracias - sonreí.- Pero podíais haber venido un poco más tarde, que no pasa nada - dije irónicamente.
- Ay, perdona cielo. Si lo hubiésemos sabido habríamos salido a dar una vuelta con os chicos. ¿Quieres que nos vayamos?
- No no, ahora ya está - reí.
- Bueno, de todos modos yo me voy a dar una ducha. Después voy a quedar con Zayn, ya hace tiempo que no tenemos un momento a solas.
- Uy uy, Aud. Pues mucha suerte. - dije entre risas.- Dios, como me ruge el estómago, qué hambre tengo...
- Nosotras ya hemos juntado el desayuno con la comida... - Kelly rió.
- Ya veo, ya... Bueno, me voy a abajo a comer algo.
- Vale, cielo. Hasta luego.
- Chao, chicas.
Cogí la cartera y salí con rapidez. Iba a bajar las escaleras, pero pensé que sería una buena idea ir con Niall, así que llamé a la puerta de los chicos.
- ¡Hola, Cathy! - Zayn me saludó con dos besos.
- Hola, Zayn. ¿Está Niall por ahí?
- Sí, pasa.
En cuanto entré fui a sentarme a su lado y le di un beso en la mejilla.
- Hola otra vez.
- Hola - dijo sonriente, devolviéndome el beso.
- Iba a ir a comer algo, ¿me acompañas?
- ¡Claro! Yo también estoy muerto de hambre.
- Cómo no - se burló Zayn, mientras se miraba en el espejo.
- Todos tenemos defectos, ¿vale? - se quejó Niall con una fingida voz triste.
- Para mí no es ningún defecto, me parece de lo más mono.
Justo después de decirlo, Niall sonrió y me besó sin darme tiempo a reaccionar.
- Por favor, id a hacer manitas a otro lado.
- Perdona, don perfecto. Ya nos vamos - dije levantándome del sofá de la mano de Niall.
En ese momento, Liam salió de la habitación.
- ¡Hey, buenos ojos os vean!
- Hola Liam - dije riendo.
- Zayn, deja espacio en el espejo, tío - dijo él, echándolo hacia un lado.
- ¿Tú también tienes una cita? - rió Niall.
- Pues la verdad, sí, la tengo - respondió mientras se colocaba el pelo.
"¡Y Kelly no me ha dicho nada! Qué mala amiga..." pensé para mis adentros con una sonrisa en la cara.
- Bueno, ¿vamos? - le dije a Niall, impaciente.
- Sí, vamos - tiró de mi hasta la puerta.- Por cierto, ¿sabéis cuándo va a volver Louis?
- Ni idea. - respondió Zayn mientras Liam negaba con la cabeza.- Supongo que no tardará mucho.
- Vale - salimos y bajamos hasta el restaurante.
~~Narrador: Louis~~
- Y por eso estoy enfadado con Harry... aún no sé si perdonarle.
- ¡Pero no seas idiota! - dijo un poco alterada.- ¿Qué pasa con Larry Stylinson? ¿Te has olvidado ya?
- Pero yo confié en él, Chloe.
- Lo sé, lo sé. Aún así, tienes que hacer las paces con él, Lou. Ha sido una tontería.
- Puede...
- Puede no, ¡es que lo ha sido!
- Vale, vale, ¡perdóneme, majestad!
Chloe rió mientras me miraba. Estaba tan mona... Estaba deseando que pudiera salir de aquel sitio. La enfermera nos había dicho que probablemente mañana podría salir.
- Estás perdonado. Y Harry también debería estarlo.
- Cuando vuelva, hablaré con él.
- Eso espero.
Sonreí y miré el reloj.
- ¡Anda, qué tarde es! Tengo que irme ya. Mañana por la mañana vendré otra vez.
- Vale - sonrió.
Le levanté del pequeño sillón, me acerqué a ella y le di un beso en la frente.
- Descansa bien. Hasta mañana.
- Adiós.
~~Narrador: Cathy~~
- Niall, eres un zampabollos - dije entre risas.
- Lo sé - respondió él con la boca llena.
- Idiota.
Él tragó y después echó una carcajada.
- Echaba de menos que me insultaras, preciosa.
- Y yo echaba de menos insultarte - dije cogiendo una de sus patatas fritas.
- ¡Eh, eh! ¡Que tú ya has comido tu plato!
- No seas malo, tú has pedido el triple que yo - me quejé poniendo ojos de cachorrito.
- Bueeeeeno... solo porque eres tú, coge las que quieras.
- Gracias - le di un sonoro beso en la mejilla, con mis manos sujetando su cara.
Cogí patatas de vez en cuando, entre cada carcajada. Cada vez que le miraba veía al chico tierno de antes, y deseaba terminar lo que hacía una hora habíamos empezado.
Pero no nos faltaba mucho. En cuanto Kelly y Audrey se fueran a sus respectivas citas, tendríamos tiempo para lo que quisiéramos.
viernes, 9 de marzo de 2012
Capítulo 48.
~~Narrador: Harry~~
Llamé a Cathy, grité una, dos, tres, cuatro veces su nombre, pero no volvió. Siguió corriendo hasta que la perdí de vista. Yo, al contrario que ella, decidí acercarme a Niall y Taylor.
- Niall, Taylor.
- Harry - dijeron a la vez.
- Niall, Cathy quería hablar contigo.
- Sí, ya lo veo - dijo alzando una ceja y mirando hacia la calle por la que se había ido.
- Le habrá entrado el pánico, de verdad que iba a decirte algo.
- Te creo. El caso es qué quería decirme.
Miré al suelo y me mordí el labio. Me sentía bastante incómodo.
- Bueno, yo no voy a decírtelo, eso ya es cosa suya y a mi no incumbe. Pero sí me gustaría que nos dejaras a Taylor y a mí solos - dije mirándola a ella.
Ella se puso roja y me apartó la mirada.
- Como quieras. Yo vuelvo al hotel, que estoy hambriento. - se giró y anduvo unos metros.
- Eh, Niall - dije elevando la voz, haciendo que él se girase hacia mí de nuevo.- Gracias.
Él sonrió ligeramente, se quedó mirando al suelo unos segundos y siguió su camino.
Taylor seguía sin dirigirme la mirada, ni hablarme. Necesitaba decirle que ya no estaba enfadado.
- Taylor, que haya pasado más tiempo con Cathy últimamente no quiere decir que me guste, ni nada por el estilo. La quiero, sí, y en su momento quizás haya sentido algo más que amistad, pero...
- ¿En su momento? ¿Cuándo exactamente?
- Pues... no sé.
- Ah, no sabes... Empiezas bien, Harry, empiezas genial, vamos.
- Joder, Taylor, ¿quieres escucharme aunque sea por una maldita vez? Te sigo queriendo tanto como el primer día. No, más. Muchísimo más. No tienes ni idea de lo mucho que te amo.
Al fin decidió mirarme a los ojos. Unas pequeñas lágrimas brotaron de sus preciosos ojos miel y recorrieron sus mejillas.
- ¿Qué estoy haciendo, Harry?
No la entendía. Fruncí el ceño con tristeza mientras la miraba fijamente. De repente, sin previo aviso, me abrazó con fuerza. Sus manos rodeaban mi cuello y su dulce aliento chocaba contra mi cuello. Estaba llorando, llorando muy fuerte; y me estaba partiendo al alma.
- Eh, eh - la aparté de mí para poder secar sus lágrimas con mis pulgares.- Pero no llores, ¿qué pasa?
- Pasa que estaba deseando que me perdonaras, y he sido tan tonta de contestarte mal.
No pude evitar soltar una pequeña risa. Le besé la frente y la abracé de nuevo contra mi pecho. Por fin volvía a notar sus curvas contra mi cuerpo, por fin volvía tenerla en mis brazos, por fin volvía a notar su aliento contra mi piel; por fin volví a producirme escalofríos.
Se separó de mí y sonrió, así que yo sonreí también. Cogió mi cara entre sus delicadas manos y pasó eso que tanto echaba de menos. Sólo había pasado un miserable día, pero sus labios eran una necesidad. No era que simplemente los quisiera, es que me hacían falta para vivir feliz. Cuando volví a mirarle a los ojos, sentí la necesidad de romper a llorar de alegría, pero no lo hice. En lugar de eso le cogí de la mano y comencé a caminar.
- ¿Volvemos con los demás?
- Por mí estupendo. Espero que Niall y Cathy lo arreglen pronto.
- Lo harán, ambos lo están deseando.
- Desde luego, por la parte de Niall, puedo decir con completa seguridad que no puede vivir sin Cathy.
- Entonces de hoy no pasa.
~~Narrador: Niall~~
Cuando llegué al hotel ya pasaba de la una del mediodía. La niebla había desaparecido del todo, al menos en el mundo real. Pero mi mente seguía muy borrosa, mis ideas no se aclaraban. ¿Entonces Harry y Cathy no habían tenido nada? ¿Me lo había imaginado todo? Había sido demasiado paranoico, eso sin duda. ¿Acaso ella me seguía queriendo igual, o había metido la pata hasta tal punto que ya no querría saber nada más de mí? Quizás por eso se fue corriendo. Admito que no soy un chico fácil de llevar. Me río por todo, hasta de cosas serias; no paro de comer, tengo una obsesión con mi guitarra... Pero tampoco había sido para tanto. ¿O sí? La verdad, aquello había sido una completa estupidez. Ahora lo que necesitaba era una buena dosis de Cathy, de mi futura Cathy Horan. Porque jamás la dejaría escapar. Tenía que ir a por ella. En cuanto crucé la puerta principal, me dirigí a las escaleras. Me quedé parado delante de la puerta de las chicas, y en cuanto iba a tocar, la puerta se abrió. Mis ojos se iluminaron, pero no pude sonreír. Nos miramos mutuamente durante unos segundos, la tensión se palpaba en el aire. ¡Vamos, Niall! ¡Ahora! ¡Abrázala, es tu momento! Pero no pude. Fui total y absolutamente incapaz. Ella suspiró.
- Niall.
Pasó por mi lado, pero antes de que se alejara más, agarré su brazo con delicadeza. Bueno, con tanta como pude y que no se escapara.
- Cathy, espera.
Ella se giró y me miró con los ojos llorosos, un poco rojo. En cualquier momento iba a estallar. Ese era el momento, aunque no quería verla llorar. Pero si no se lo decía ahora, ella ya no querría volver conmigo nunca, y eso no lo podía permitir de ninguna manera.
- Mira, sé que me he portado como un auténtico gilipollas. Lo admito. Y no puedo seguir así contigo. Lo siento por haber echo aquella estupidez, en serio. No sé en qué estaba pensando, joder. Si yo te quiero, y sé que si estás más tiempo enfadada conmigo me voy a morir, y no exagero. Tú eres todo en lo que puedo pensar, necesito tenerte conmigo. Pero si no quieres... - solté su brazo y me alejé unos pasos.- lo entiendo. Es tu decisión, estuve mal y me lo merezco.
Ella dudó unos minutos. Largos e inquietantes minutos en los que sus manos temblaron, su boca suspiró, sus ojos brillaron y las lágrimas estuvieron a punto de salir.
- Cathy, por dios, dime algo. Lo que sea, ¡pero háblame!
Mi cara debía ser de absoluta desesperación. Ya no sabía qué hacer.
- Es que... - sollozó y miró al suelo.
- ¿Qué? ¿Es que qué? - me acerqué a ella e intenté cogerle la mano, pero me eché atrás.
- No lo sé... - por fin me miró a los ojos. Sus preciosos y penetrantes ojos marrones se clavaban en los míos como cuchillos.- Todo es muy complicado.
- Dímelo a mí...
- Niall... dime una cosa.
- Lo que tú quieras.
- ¿Tú... de... de verdad me quieres?
Me sorprendía esa pregunta a estas alturas. Pero aún así, se la respondí sin esperar un solo segundo.
- No. No te quiero, Cathy. Te amo, con todo mi corazón. Y si tú eres feliz, yo también. Por eso, dejo que elijas lo que sea mejor para ti.
- Ni siquiera yo sé lo que es mejor para mí... Ya no puedo más.
- Pues acaba con esto, Cathy. Di lo que sientes de una maldita vez, sea lo que sea. Podré soportarlo.
Por primera vez en horas, muchas horas, lo que parecían ser siglos, la vi sonreír al fin. Eso hizo dar un vuelco a mi corazón, me daba buenas vibraciones. Qué digo buenas, las mejores vibraciones que algo me había dado en mi jodida vida. Yo esperé sin sonreír, intentando no mostrar el más mínimo sentimiento.
Y entonces... ocurrió.
Llamé a Cathy, grité una, dos, tres, cuatro veces su nombre, pero no volvió. Siguió corriendo hasta que la perdí de vista. Yo, al contrario que ella, decidí acercarme a Niall y Taylor.
- Niall, Taylor.
- Harry - dijeron a la vez.
- Niall, Cathy quería hablar contigo.
- Sí, ya lo veo - dijo alzando una ceja y mirando hacia la calle por la que se había ido.
- Le habrá entrado el pánico, de verdad que iba a decirte algo.
- Te creo. El caso es qué quería decirme.
Miré al suelo y me mordí el labio. Me sentía bastante incómodo.
- Bueno, yo no voy a decírtelo, eso ya es cosa suya y a mi no incumbe. Pero sí me gustaría que nos dejaras a Taylor y a mí solos - dije mirándola a ella.
Ella se puso roja y me apartó la mirada.
- Como quieras. Yo vuelvo al hotel, que estoy hambriento. - se giró y anduvo unos metros.
- Eh, Niall - dije elevando la voz, haciendo que él se girase hacia mí de nuevo.- Gracias.
Él sonrió ligeramente, se quedó mirando al suelo unos segundos y siguió su camino.
Taylor seguía sin dirigirme la mirada, ni hablarme. Necesitaba decirle que ya no estaba enfadado.
- Taylor, que haya pasado más tiempo con Cathy últimamente no quiere decir que me guste, ni nada por el estilo. La quiero, sí, y en su momento quizás haya sentido algo más que amistad, pero...
- ¿En su momento? ¿Cuándo exactamente?
- Pues... no sé.
- Ah, no sabes... Empiezas bien, Harry, empiezas genial, vamos.
- Joder, Taylor, ¿quieres escucharme aunque sea por una maldita vez? Te sigo queriendo tanto como el primer día. No, más. Muchísimo más. No tienes ni idea de lo mucho que te amo.
Al fin decidió mirarme a los ojos. Unas pequeñas lágrimas brotaron de sus preciosos ojos miel y recorrieron sus mejillas.
- ¿Qué estoy haciendo, Harry?
No la entendía. Fruncí el ceño con tristeza mientras la miraba fijamente. De repente, sin previo aviso, me abrazó con fuerza. Sus manos rodeaban mi cuello y su dulce aliento chocaba contra mi cuello. Estaba llorando, llorando muy fuerte; y me estaba partiendo al alma.
- Eh, eh - la aparté de mí para poder secar sus lágrimas con mis pulgares.- Pero no llores, ¿qué pasa?
- Pasa que estaba deseando que me perdonaras, y he sido tan tonta de contestarte mal.
No pude evitar soltar una pequeña risa. Le besé la frente y la abracé de nuevo contra mi pecho. Por fin volvía a notar sus curvas contra mi cuerpo, por fin volvía tenerla en mis brazos, por fin volvía a notar su aliento contra mi piel; por fin volví a producirme escalofríos.
Se separó de mí y sonrió, así que yo sonreí también. Cogió mi cara entre sus delicadas manos y pasó eso que tanto echaba de menos. Sólo había pasado un miserable día, pero sus labios eran una necesidad. No era que simplemente los quisiera, es que me hacían falta para vivir feliz. Cuando volví a mirarle a los ojos, sentí la necesidad de romper a llorar de alegría, pero no lo hice. En lugar de eso le cogí de la mano y comencé a caminar.
- ¿Volvemos con los demás?
- Por mí estupendo. Espero que Niall y Cathy lo arreglen pronto.
- Lo harán, ambos lo están deseando.
- Desde luego, por la parte de Niall, puedo decir con completa seguridad que no puede vivir sin Cathy.
- Entonces de hoy no pasa.
~~Narrador: Niall~~
Cuando llegué al hotel ya pasaba de la una del mediodía. La niebla había desaparecido del todo, al menos en el mundo real. Pero mi mente seguía muy borrosa, mis ideas no se aclaraban. ¿Entonces Harry y Cathy no habían tenido nada? ¿Me lo había imaginado todo? Había sido demasiado paranoico, eso sin duda. ¿Acaso ella me seguía queriendo igual, o había metido la pata hasta tal punto que ya no querría saber nada más de mí? Quizás por eso se fue corriendo. Admito que no soy un chico fácil de llevar. Me río por todo, hasta de cosas serias; no paro de comer, tengo una obsesión con mi guitarra... Pero tampoco había sido para tanto. ¿O sí? La verdad, aquello había sido una completa estupidez. Ahora lo que necesitaba era una buena dosis de Cathy, de mi futura Cathy Horan. Porque jamás la dejaría escapar. Tenía que ir a por ella. En cuanto crucé la puerta principal, me dirigí a las escaleras. Me quedé parado delante de la puerta de las chicas, y en cuanto iba a tocar, la puerta se abrió. Mis ojos se iluminaron, pero no pude sonreír. Nos miramos mutuamente durante unos segundos, la tensión se palpaba en el aire. ¡Vamos, Niall! ¡Ahora! ¡Abrázala, es tu momento! Pero no pude. Fui total y absolutamente incapaz. Ella suspiró.
- Niall.
Pasó por mi lado, pero antes de que se alejara más, agarré su brazo con delicadeza. Bueno, con tanta como pude y que no se escapara.
- Cathy, espera.
Ella se giró y me miró con los ojos llorosos, un poco rojo. En cualquier momento iba a estallar. Ese era el momento, aunque no quería verla llorar. Pero si no se lo decía ahora, ella ya no querría volver conmigo nunca, y eso no lo podía permitir de ninguna manera.
- Mira, sé que me he portado como un auténtico gilipollas. Lo admito. Y no puedo seguir así contigo. Lo siento por haber echo aquella estupidez, en serio. No sé en qué estaba pensando, joder. Si yo te quiero, y sé que si estás más tiempo enfadada conmigo me voy a morir, y no exagero. Tú eres todo en lo que puedo pensar, necesito tenerte conmigo. Pero si no quieres... - solté su brazo y me alejé unos pasos.- lo entiendo. Es tu decisión, estuve mal y me lo merezco.
Ella dudó unos minutos. Largos e inquietantes minutos en los que sus manos temblaron, su boca suspiró, sus ojos brillaron y las lágrimas estuvieron a punto de salir.
- Cathy, por dios, dime algo. Lo que sea, ¡pero háblame!
Mi cara debía ser de absoluta desesperación. Ya no sabía qué hacer.
- Es que... - sollozó y miró al suelo.
- ¿Qué? ¿Es que qué? - me acerqué a ella e intenté cogerle la mano, pero me eché atrás.
- No lo sé... - por fin me miró a los ojos. Sus preciosos y penetrantes ojos marrones se clavaban en los míos como cuchillos.- Todo es muy complicado.
- Dímelo a mí...
- Niall... dime una cosa.
- Lo que tú quieras.
- ¿Tú... de... de verdad me quieres?
Me sorprendía esa pregunta a estas alturas. Pero aún así, se la respondí sin esperar un solo segundo.
- No. No te quiero, Cathy. Te amo, con todo mi corazón. Y si tú eres feliz, yo también. Por eso, dejo que elijas lo que sea mejor para ti.
- Ni siquiera yo sé lo que es mejor para mí... Ya no puedo más.
- Pues acaba con esto, Cathy. Di lo que sientes de una maldita vez, sea lo que sea. Podré soportarlo.
Por primera vez en horas, muchas horas, lo que parecían ser siglos, la vi sonreír al fin. Eso hizo dar un vuelco a mi corazón, me daba buenas vibraciones. Qué digo buenas, las mejores vibraciones que algo me había dado en mi jodida vida. Yo esperé sin sonreír, intentando no mostrar el más mínimo sentimiento.
Y entonces... ocurrió.
miércoles, 7 de marzo de 2012
Capítulo 47.
~~Narrador: Cathy~~
Cuando salimos de la cabina, Harry colocó un brazo sobre mis hombros. Sabía como hacerme sentir reconfortada. En un acto reflejo, mientras caminábamos lejos de la gente, le besé la mejilla. Él sonrió y besó la parte alta de mi cabeza.
- Vamos a hacer una cosa - dijo parándose de repente.- Llámale.
- ¿Que le llame? ¿Ahora? No, no puedo.
- ¿Cómo que no puedes?
- Que no, Harry...
- Que le llames.
- No. En serio, no puedo. No me saldrían las palabras.
Él suspiró y siguió caminando. Yo le seguí un poco por detrás.
- No entiendo por qué eres tan cabezota. Allí arriba me dijiste que irías a por él - dijo sin mirarme.
- Lo sé, pero por teléfono... me resultaría raro.
- ¿Vamos al hotel? Quizás ha vuelto.
- Vale...
Se notaba la tristeza en mi voz. Estaba a punto de llorar otra vez, pero reprimí las lágrimas y me las guardé para mí sola. Harry me esperó y me volvió a rodear con su brazo.
- Venga, que no estás sola. Vamos.
Anduvimos en silencio hasta llegar al hotel, ya que ninguno de nosotros tenía demasiado que decir.
~~Narrador: Niall~~
Después de una hora, sonó la puerta. Me levanté con pereza y aún tristeza y abrí la puerta.
- ¡Hey, Niall!
- Oh, eres tú.
- Kelly me ha dicho que querías hablar conmigo.
- Ah, sí, cierto. Vamos afuera.
Salimos juntos al pasillo y yo suspiré. Me resultaba un poco difícil contarle esto.
- Verás... es que... Harry y Cathy se están viendo más de lo que deberían.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Pues que se están acercando demasiado. Llámame paranoico, pero yo creo que tienen algo.
- ¿De verdad lo crees?
- Sí. Liam me ha contado que esta mañana Harry ha salido a ver a Cathy, de lo que deduzco que ella había salido primero sola, claro.
- Pero... ¿a dónde han ido?
- Ni idea...
- Voy a ir a buscarlos. ¿Estás conmigo?
Después de quedarme pensando unos segundos, sonreí y asentí. Corrí escaleras abajo y salí rápidamente del hotel, asegurándome que Taylor estaba conmigo.
Anduve con rapidez, pero sin llegar a correr.
- Tenemos que encontrarlos, no puedo vivir con la idea de que Harry me deje por mi mejor amiga...
- Digo exactamente lo mismo. No sabes lo que me está doliendo todo ésto... ¡Y la culpa de todo es mía!
- No, no es tuya. En realidad, yo no debería de habérselo dicho a nadie... Harry confió en mí.
- Venga, dejemos el tema - dije acercándola a mí.- Concentrémonos en buscarles.
- Vale - sonrió mirando al suelo.
Anduvimos durante más o menos media hora a un buen ritmo, incluso corrimos en algunos tramos del camino. Ya no podía más, necesitaba abrazar a Cathy otra vez. Llevábamos poco tiempo enfadados, pero para mí parecían años.
No había mucha gente. Los rayos del sol de la mañana golpeaban mis ojos de vez en cuando, lo que era bastante molesto. Pero una pequeña capa de niebla también se mantenía presente. Mientras tapaba mis ojos del sol, veía dos figuras acercándose a nosotros.
- Taylor...
- ¿Tú también lo ves?
- Creo que sí.
Eran Harry y Cathy, no había ninguna duda. La silueta de Cathy era inconfundible, conocía una a una las curvas de su cuerpo de todas las veces que me había quedado mirándolas fijamente. Y el pelo de Harry, junto a su postura, le habían delatado.
- ¿Qué hacemos? - preguntó Taylor, indecisa.
- La verdad, no lo sé... Esperemos a ver si nos ven.
Nos quedamos mirando hacia ellos. Yo no podía apartar la mirada de Cathy; estaba deseando abrazarla, besarla, y al fin decirle "lo siento" y que me perdonara. Me sentía un idiota, porque no podía hacerlo. Algo en mí me lo impedía.
~~Narrador: Cathy~~
- Harry, mira allí - dije haciendo un movimiento con la cabeza hacia delante.
- ¿Qué pasa? - dijo inclinando su cabeza.
- Son Niall y Taylor.
- ¿Qué dices? - abrió mucho los ojos y se fijó más, con interés.- Pues ahora que lo dices sí que lo parecen.
- ¿Qué coño están haciendo juntos, eh? ¿Qué pretenden?
- Tranquila, seguro que es para ponerte celosa. Relájate y respira. Tienes que hablar con Niall, Cath.
- Lo sé, lo sé. Pero no puedo controlarme, Harry. ¿A ti no te importa nada?
- Sé que Taylor me sigue queriendo, igual que yo a ella. No tengo que preocuparme, y tú tampoco.
Seguíamos andando y cada vez estábamos más cerca de ellos. No sabía si dirigirme a Niall o no. Ya nos separaban pocos metros y su mirada se clavaba en la mía, la mía en la suya, y mi corazón latía con fuerza. Era evidente que estaba muy molesto conmigo. En un acto de estupidez, me giré y seguí por otra calle, para no tener que enfrentarme a aquel momento. Ni siquiera me fijé en si Harry me seguía o no; simplemente corrí imparable por las calles de Londres, deseando llegar al hotel sin ser vista por Niall ni por Taylor.
A la media hora, noté mucho cansancio. Miré atrás; Harry ya no me seguía. Normal. Yo no estaba acostumbrada a correr tanto tiempo a aquel ritmo, pero las ganas de escapar pudieron darme fuerzas. Al fin, vi a escasos metros el hotel. Ya era como mi hogar, así que hice un último esfuerzo y corrí adentro, hasta mi habitación. Las chicas no estaban, suponía que se habían ido a desayunar, o ya casi almorzar con la hora que era. Me tiré en la cama y pensé en la idiotez que había hecho. ¿Cómo era tan inútil? En esos momentos quería que la tierra me tragase, que nadie volviese a saber nada más de mí, ni siquiera yo misma. Olvidarme de todo. Incluso desee no haber conocido a One Direction. Sí, sonará raro, porque eran mis mayores ídolos hacía tan sólo unas semanas, pero ahora se había convertido en una pesadilla. Haber empezado una relación con Niall había sido quizás uno de los mayores errores de mi vida, porque ahora lo amaba, lo amaba como nunca antes había amado a nadie, y ya era imposible escaparme de él. Olvidarle ya no era una opción, porque seguiría en mi mente día tras día, a cada hora, a cada minuto, a cada segundo. Y si las cosas eran así, ¿por qué me empeñaba en escapar? ¿Por qué me empeñaba en no hablar con él, en lo volver a como eran las cosas antes? Si ya sabía que jamás conseguiría librarme de él, que el deseo de tenerle iba a seguir siempre presente, ¿por qué no le hablaba? ¿O por qué no simplemente corría hacia él y le abrazaba, y nunca volvía a soltar? Pues porque no era lo suficientemente inteligente para pensar con rapidez y no cometer una locura de la que posiblemente me fuera a arrepentir toda la vida. Lo único que necesitaba ahora, a mi lado, acostado conmigo, con sus brazos a mi alrededor, era a él. Al pozo sin fondo, al que comía y comía y no se hartaba, y sin embargo su cuerpo seguía atrayéndome como el primer día y se mantenía en plena forma. Al rubio de la banda, al de los ojos azules. A mi Niall Horan.
Cuando salimos de la cabina, Harry colocó un brazo sobre mis hombros. Sabía como hacerme sentir reconfortada. En un acto reflejo, mientras caminábamos lejos de la gente, le besé la mejilla. Él sonrió y besó la parte alta de mi cabeza.
- Vamos a hacer una cosa - dijo parándose de repente.- Llámale.
- ¿Que le llame? ¿Ahora? No, no puedo.
- ¿Cómo que no puedes?
- Que no, Harry...
- Que le llames.
- No. En serio, no puedo. No me saldrían las palabras.
Él suspiró y siguió caminando. Yo le seguí un poco por detrás.
- No entiendo por qué eres tan cabezota. Allí arriba me dijiste que irías a por él - dijo sin mirarme.
- Lo sé, pero por teléfono... me resultaría raro.
- ¿Vamos al hotel? Quizás ha vuelto.
- Vale...
Se notaba la tristeza en mi voz. Estaba a punto de llorar otra vez, pero reprimí las lágrimas y me las guardé para mí sola. Harry me esperó y me volvió a rodear con su brazo.
- Venga, que no estás sola. Vamos.
Anduvimos en silencio hasta llegar al hotel, ya que ninguno de nosotros tenía demasiado que decir.
~~Narrador: Niall~~
Después de una hora, sonó la puerta. Me levanté con pereza y aún tristeza y abrí la puerta.
- ¡Hey, Niall!
- Oh, eres tú.
- Kelly me ha dicho que querías hablar conmigo.
- Ah, sí, cierto. Vamos afuera.
Salimos juntos al pasillo y yo suspiré. Me resultaba un poco difícil contarle esto.
- Verás... es que... Harry y Cathy se están viendo más de lo que deberían.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Pues que se están acercando demasiado. Llámame paranoico, pero yo creo que tienen algo.
- ¿De verdad lo crees?
- Sí. Liam me ha contado que esta mañana Harry ha salido a ver a Cathy, de lo que deduzco que ella había salido primero sola, claro.
- Pero... ¿a dónde han ido?
- Ni idea...
- Voy a ir a buscarlos. ¿Estás conmigo?
Después de quedarme pensando unos segundos, sonreí y asentí. Corrí escaleras abajo y salí rápidamente del hotel, asegurándome que Taylor estaba conmigo.
Anduve con rapidez, pero sin llegar a correr.
- Tenemos que encontrarlos, no puedo vivir con la idea de que Harry me deje por mi mejor amiga...
- Digo exactamente lo mismo. No sabes lo que me está doliendo todo ésto... ¡Y la culpa de todo es mía!
- No, no es tuya. En realidad, yo no debería de habérselo dicho a nadie... Harry confió en mí.
- Venga, dejemos el tema - dije acercándola a mí.- Concentrémonos en buscarles.
- Vale - sonrió mirando al suelo.
Anduvimos durante más o menos media hora a un buen ritmo, incluso corrimos en algunos tramos del camino. Ya no podía más, necesitaba abrazar a Cathy otra vez. Llevábamos poco tiempo enfadados, pero para mí parecían años.
No había mucha gente. Los rayos del sol de la mañana golpeaban mis ojos de vez en cuando, lo que era bastante molesto. Pero una pequeña capa de niebla también se mantenía presente. Mientras tapaba mis ojos del sol, veía dos figuras acercándose a nosotros.
- Taylor...
- ¿Tú también lo ves?
- Creo que sí.
Eran Harry y Cathy, no había ninguna duda. La silueta de Cathy era inconfundible, conocía una a una las curvas de su cuerpo de todas las veces que me había quedado mirándolas fijamente. Y el pelo de Harry, junto a su postura, le habían delatado.
- ¿Qué hacemos? - preguntó Taylor, indecisa.
- La verdad, no lo sé... Esperemos a ver si nos ven.
Nos quedamos mirando hacia ellos. Yo no podía apartar la mirada de Cathy; estaba deseando abrazarla, besarla, y al fin decirle "lo siento" y que me perdonara. Me sentía un idiota, porque no podía hacerlo. Algo en mí me lo impedía.
~~Narrador: Cathy~~
- Harry, mira allí - dije haciendo un movimiento con la cabeza hacia delante.
- ¿Qué pasa? - dijo inclinando su cabeza.
- Son Niall y Taylor.
- ¿Qué dices? - abrió mucho los ojos y se fijó más, con interés.- Pues ahora que lo dices sí que lo parecen.
- ¿Qué coño están haciendo juntos, eh? ¿Qué pretenden?
- Tranquila, seguro que es para ponerte celosa. Relájate y respira. Tienes que hablar con Niall, Cath.
- Lo sé, lo sé. Pero no puedo controlarme, Harry. ¿A ti no te importa nada?
- Sé que Taylor me sigue queriendo, igual que yo a ella. No tengo que preocuparme, y tú tampoco.
Seguíamos andando y cada vez estábamos más cerca de ellos. No sabía si dirigirme a Niall o no. Ya nos separaban pocos metros y su mirada se clavaba en la mía, la mía en la suya, y mi corazón latía con fuerza. Era evidente que estaba muy molesto conmigo. En un acto de estupidez, me giré y seguí por otra calle, para no tener que enfrentarme a aquel momento. Ni siquiera me fijé en si Harry me seguía o no; simplemente corrí imparable por las calles de Londres, deseando llegar al hotel sin ser vista por Niall ni por Taylor.
A la media hora, noté mucho cansancio. Miré atrás; Harry ya no me seguía. Normal. Yo no estaba acostumbrada a correr tanto tiempo a aquel ritmo, pero las ganas de escapar pudieron darme fuerzas. Al fin, vi a escasos metros el hotel. Ya era como mi hogar, así que hice un último esfuerzo y corrí adentro, hasta mi habitación. Las chicas no estaban, suponía que se habían ido a desayunar, o ya casi almorzar con la hora que era. Me tiré en la cama y pensé en la idiotez que había hecho. ¿Cómo era tan inútil? En esos momentos quería que la tierra me tragase, que nadie volviese a saber nada más de mí, ni siquiera yo misma. Olvidarme de todo. Incluso desee no haber conocido a One Direction. Sí, sonará raro, porque eran mis mayores ídolos hacía tan sólo unas semanas, pero ahora se había convertido en una pesadilla. Haber empezado una relación con Niall había sido quizás uno de los mayores errores de mi vida, porque ahora lo amaba, lo amaba como nunca antes había amado a nadie, y ya era imposible escaparme de él. Olvidarle ya no era una opción, porque seguiría en mi mente día tras día, a cada hora, a cada minuto, a cada segundo. Y si las cosas eran así, ¿por qué me empeñaba en escapar? ¿Por qué me empeñaba en no hablar con él, en lo volver a como eran las cosas antes? Si ya sabía que jamás conseguiría librarme de él, que el deseo de tenerle iba a seguir siempre presente, ¿por qué no le hablaba? ¿O por qué no simplemente corría hacia él y le abrazaba, y nunca volvía a soltar? Pues porque no era lo suficientemente inteligente para pensar con rapidez y no cometer una locura de la que posiblemente me fuera a arrepentir toda la vida. Lo único que necesitaba ahora, a mi lado, acostado conmigo, con sus brazos a mi alrededor, era a él. Al pozo sin fondo, al que comía y comía y no se hartaba, y sin embargo su cuerpo seguía atrayéndome como el primer día y se mantenía en plena forma. Al rubio de la banda, al de los ojos azules. A mi Niall Horan.
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