lunes, 2 de enero de 2012

Capítulo 31.

~~Narrador: Cathy~~

Estaba muy, muy, muy emocionada por tener a Niall allí conmigo. Jamás me lo habría imaginado. Pero no podía hacer eso que echaba tanto de menos delante de mi madre; besarle, enredar nuestras lenguas, y permanecer así durante minutos y minutos. Una vez en la sala, comencé a temblar ligeramente.
- Buenos días - respondió fríamente el doctor cuando me vio cogida de la mano de Niall, ya que yo se la había agarrado al entrar.
- Bueno días - respondió mi madre.
- Bueno, ya me han pasado los papeles... ¿Cathy, verdad?
- Sí - respondí nerviosa.
- Hm... un aborto. Nos llevará un tiempo prepararlo. Mientras pueden sentarse en esas sillas.
Había justo tres. Así que nos sentamos, en las mismas posiciones que en la sala de espera, mientras el doctor salía. Suponía que a por alguien para ayudarle. Unos minutos después, volvió, se asomó a la puerta y nos dijo que debíamos ir a una sala especial para aquello. Por lo que salimos, mi madre delante, y Niall y yo detrás. Instintivamente me acaricié la barriga. Niall lo vio y me apretó más la mano. Aprovechó para besarme la cabeza, lo cual me tranquilizó bastante y me hizo sonreír. Cuando llegamos, nos sentamos de nuevo en unas sillas de acero, duras, frías e inquietantes.
- Hemos de preparar los aparatos. Cathy, tú puedes ir tumbándote ahí.
Me señaló una especie de camilla, cubierta por una larga sábana blanca como la nieve. Fui hacia allí y me acosté con cuidado, respirando profundamente. Niall decidió levantarse y venir a mi lado.
- Todo saldrá bien - me dijo casi al oído, acariciándome el pelo.
- Lo sé - respondí sonriendo, lo que le hizo reír ligeramente.
Vi cómo mi madre se levantaba y venía hacia nosotros.
- Niall, sé que la quieres, pero será mejor que te sientes conmigo.
Él sonrió, me apretó la mano por última vez y fue con mi madre de nuevo a aquellas incómodas sillas. Todo me daba vueltas, no me sentía bien, pero debía aparentar que sí lo estaba.
Después de lo que debió ser aproximadamente media hora, pusieron los aparatos en marcha. Yo cerré los ojos, puse mis brazos al lado de mi cuerpo e intenté relajarme. Noté un fuerte pinchazo en el estómago, pero debió ser algo así como una anestesia, porque no noté más dolor en lo sucesivo.

~~Narrador: Niall~~

No quería ver lo que le estaban haciendo. Quizás le estuviera doliendo, o quizás no, yo eso no podía saberlo, y tampoco podía acercarme a ella. Simplemente esperar a que el tratamiento terminase. Miré mi móvil, el cual estaba en silencio. ¡Joder! Cinco llamadas de Zayn, tres de Louis y dos de Liam. No les había avisado. Seguramente me estarían buscando y los tendría preocupados.
Quería salir y llamarles para decirles que estaba bien, pero no podía dejar a Cathy sola. Bueno, tenía a su madre, pero me sentiría mal si me fuera antes de tiempo. Esperé pacientemente en aquella gran sala, lejos de las máquinas. Aproximadamente una hora después, le mandaron levantarse.
- ¿Te duele algo? - le preguntó uno de los médicos.
- Aún no siento la barriga - dijo ella con  una ligera risa.
El doctor también sonrió, ayudándola a levantarse.
- No te preocupes, eso te pasará en una hora aproximadamente. La próxima vez, anda con más cuidado.
- He escarmentado ya.
Los dos médicos rieron y la dejaron salir.
- Gracias - dijo Isabella amablemente antes de irnos.- ¿Estás bien? - le preguntó a Cath.
- Sí, mamá.
Ya era tarde. La oscuridad había caído sobre la ciudad y yo no sabía cómo iba a volver, ni si iba a quedarme a dormir en Manchester, o qué coño iba a hacer. Lo primero, sería llamar a los chicos.

~~Narrador: Zayn~~

Harry ya se había reunido con nosotros, pero no había rastro de Taylor.
- Eh, ¿y Taylor? - le pregunté a Harry.
- Le he dicho que se quedara en el hotel.
- ¿Y a ella le pareció bien? - dijo Audrey extrañada.- Normalmente vendría corriendo tratándose de una cosa así.
- Pues creo que no mucho, pero bueno...
En ese momento, sonó el teléfono de Zayn.
- ¡Es Niall! - gritó, y rápidamente cogió.- ¡Niall, tío, nos tenías preocupados! ¿Dónde te metes?
- Estoy en Manchester.
- ¿Que estás dónde? ¿Y cómo has llegado tan rápido?
- En avión. Me ayudó el tío Simon.
- El tío Simon siempre de por medio... ¿pero qué haces allí?
- He venido a por Cathy, pero creo que ha sido en vano. La he acompañado a abortar, y ahora está con su madre de camino a casa. Yo voy un poco por detrás de ellas. Ya he avisado a Cath de que os iba a llamar.
- Eso ha sido una estupidez... ¿y por qué no nos cogías tío?
- Lo siento, estaba en el hospital y no quería irme antes de que acabaran con ella.
- Nos estábamos temiendo lo peor, capullo.
Eso de capullo era algo cariñoso entre nosotros, por eso le hizo reír.
- Tranquilos, que estoy bien. Eso sí, no sé si volveré hoy, o mañana, o... no sé.
- ¡Pero Niall, que mañana es el concierto!
- Joder... pues intentaré volver hoy, pero sin Cathy no me voy.
- Pues convence a su madre lo antes posible.
- Lo intentaré.
- Ya te dejamos. Que necesitarás tiempo.
- Vale. Adiós.
- Hasta luego.

~~Narrador: Niall~~

Guardé mi móvil y corrí hacia ellas.
- Isabella, sé que sería difícil, pero... ¿Cathy no puede volver?
- Niall... - suspiró, sin parar de andar.- Has demostrado ser un buen chico, pero no sé si puedo dejar que vaya contigo. Igual que os pasó esto una vez, puede volver a pasar...
- Pero eso le puede pasar a cualquiera... sé que es un fallo muy grave pero yo la quiero... deje que venga conmigo. Por favor.
- Niall...
- Por favor, le prometo que la cuidaré y nunca más nos pasará eso.
- A ver, yo puedo entender que mantengais relaciones. A vuestra edad es normal si tienes pareja, pero es muy, muy grave lo que ha pasado.
- Lo sé, y lo siento de veras. Pero si dejara venir a Cathy sería el chico más feliz de este mundo.
Cathy sonrió y bajó la mirada ante mi comentario. Miró a su madre, y su madre a ella.
Isabella nos miró a ambos con una media sonrisa en la cara. Suspiró y después de unos sengundos, habló.
- Está bien - dijo levantando los brazos bruscamente.- Vale, puedes irte otra vez. ¡Pero...!
- Sí, mamá. Precaución. ¡Ay, te quiero! - besó a su madre en la mejilla y la abrazó.
Sonreí como un idiota y me quedé allí clavado, ya que ellas también se habían parado. Cathy me abrazó a mí también y yo le correspondí rodeándola con mis brazos. Vi sonreír a su madre mientras nos miraba, ladeando la cabeza.
- Cuídala bien - me dijo en bajo, guiñándome un ojo.
- Eso está hecho - respondí muy contento.
- Pero... - comenzó a decir Cathy.
- No me pongas peros - la miré casi amenazante, pero sonriendo.
- No podemos irnos ahora... además, ¿qué le digo a papá? - miró a su madre, y ella rió ligeramente.
- De eso me ocupo yo. Mira, nuestra casa ya está ahí. Yo te bajo la maleta, total aún no la has deshecho.
- Mamá, cuando quieres eres la mejor.
- No para tanto. Quedáos aquí, ahora vuelvo.
- Pero Isabella, tenemos otro problema... - le advertí yo.- No sabemos cómo volver. No tengo billete de avión ni nada.
- Yo os pago el taxi.
- Oye, mami, de verdad que cambias demasiado de humor.
Todos reímos y su madre se dirigió a un edificio marrón y blanco, de cuatro pisos, con una puerta de madera.
- Así que ahí vives tú - dije sin mucho interés.
- Sí, ahora ya lo sabes.
- Aún no me creo que vayas a volver.
No pude ocultar mi emoción y le besé, quizás con más fuerza de la que debería. Pero ella me acercó aún más con sus manos en mi espalda. Al fin pude volver a sentirla de verdad. Entrelacé nuestras lenguas y sentí su aliento contra mi boca. Enredé mis dedos en su bonita melena y la acerqué más y más. Quería tenerla para siempre, que fuese mía y de nadie más. Nos separamos y hundió su cabeza en mi pecho. Yo sonreí inconscientemente. A los pocos minutos, su madre ya estaba abajo y nos miró con ternura.
- Cathy, aquí tienes la maleta y el dinero.
- Gracias, mamá. ¿Qué le has dicho a papá?
- De eso no te preocupes. Ahora a buscar un taxi, que ya es tarde. Llegaréis de madrugada, pero yo no puedo hacer más.
- Ya hace bastante dejándola venir.
- Ya sabes lo que te dije.
- Sí, la cuidaré y juro que no volverá a pasar nada parecido.
- Bien. Ahora podéis iros.
Cathy se despidió de su madre y se enganchó a mí, poniendo una de sus manos en el bolsillo trasero de mis pantalones. Yo me ofrecí a llevarle la maleta, y mi otro brazo lo pasé por sus hombros.
Caminamos unos metros mientras yo pedía un taxi por teléfono. Le dije que estaríamos al final de la calle Robinson, donde estaba el edificio de Cath, ya que nos faltaban unos escasos pasos. El taxi llegó después de un cuarto de hora aproximadamente. Cuando le dijimos que queríamos ir hasta Londres no parecía muy contento, ya que debía ir y después volver y ya era muy tarde, pero no le faltó más remedio que aceptar.
- Espero que tengáis dinero para pagarme un viaje tan largo - dijo con frialdad.
- Lo tenemos - le responí sonriendo irónicamente.
Arrancó y Cathy y yo nos pasamos todo el viaje mirando por la ventana las estrellas que salpicaban el cielo, abrazados con fuerza. Parecíamos tener miedo de que el otro se perdiera. Fue un momento mágico a pesar de la molesta música antigua de la radio del taxista, el cual disfrutamos como niños. Por fin era mía. Y esta vez para siempre.

4 comentarios:

  1. <3 aaaaawwww!!
    Que amor, sigo la novela desde Chile y me encanta no me la pierdo, estoy a toda hora revisando el blog, por si subes algo, escribes super, sigue haciendolo, gracias por escribir <3 <3 <3

    ResponderEliminar
  2. Me encanta, en serio es una de las mejores novelas que he leido sobre 1D.
    Son tan ... adorables ♥
    Siguela por favor :)

    ResponderEliminar
  3. me encanta por fin estan junto otra vez :D

    ResponderEliminar
  4. no es por poner pegas eh, que conste que me encanta la nove, pero tardas semanas en recuperarte de un aborto joe xd
    pero es muy bueeena eh

    ResponderEliminar