~~Narrador: Niall~~
Cuando bajé del avión, me di cuenta de que no había llevado maletas ni nada. ¿Y si surgía un imprevisto? Bueno, con tal de estar con ella todo sería perfecto. Salí rápidamente del aeropuerto y me fui andando. Me daría tiempo para pensar qué haría, cómo la recibiría y... ¡ah, sí! No sabía dónde vivía. Si es que era idiota.
Cogí el móvil y la busqué en la agenda y marqué el botón de llamada. Esos pitidos me ponían nervioso, pero al fin, escuché su melodiosa voz.
- ¿Diga?
- Cathy, ya estoy en Manchester.
- ¿Qué? Yo ahora estoy de camino al hospital con mi madre. Vamos andando.
En ese momento, muy a lo lejos, por aquella calle recta que parecía interminable, vi a dos figuras. Parecían femeninas. Sí, claramente eran femeninas. Iban en dirección contraria a la mía, es decir, tarde o temprano me cruzaría con ellas. Unos segundos después, pude distinguir que deberían ser madre e hija. Un pensamiento de me pasó por la cabeza: ¿y si eran Cathy y su madre? ¿Qué haría? Ir hacia ellas sería un poco raro y su madre me odiaría de por vida. Entonces, las vi mejor. Sí, eran ellas. Colgué el teléfono y dejé a Cathy con la palabra en la boca. ¿Pero qué iba a hacer? Mierda, tenía que pensar rápido, y eso no se me daba bien. Decidí pararme en medio de la calle y apoyarme contra una pared. Así Cathy tendría que tomar la decisión, que tenía más inteligencia que yo. Cuando me vio, vi y oí cómo hablaba con su madre intentando convencerla de cruzar de acera para mirar un escaparate. Una excusa, claro. Acabaron cruzando y su madre se quedó allí parada. Las madres, era lo que tenían. Cathy aprovechó para mirarme y hacer gestos para que me fuera. Yo me reí y negué con la cabeza. Puso los ojos en blanco y se giró de nuevo hacia su madre. Estaba deseando ir allí y abrazarla con todas mis fuerzas, pero no podía aún.
Yo ya me había pasado el hospital hacia unos cuantos minutos, estaba a unos cuantos metros de allí. Si es que era tonto, podía haberla esperado. Bueno, ahora ya no había nada que hacer. Siguieron andando, y Cathy se giraba cada poco tiempo para mirarme. Me sonreía y volvía a mirar hacia delante, y así unas cuantas veces. Anduve detrás de ellas, y una vez en el hospital, Cathy habló con su madre.
- Mamá, te espero fuera mientras vas a avisar, ¿vale? Entro en cinco minutos, quiero estar un rato sola.
Sí, sola... Claro, sería eso.
- Vale. No tardes mucho.
- No no, tranquila.
Su madre entró, y en cuanto estuvo fuera de su vista, corrió hacia mí y me abrazó con tal fuerza que me sorprendí.
- Pero... ¿cómo has podido llegar tan rápido?
- Tengo contactos.- le recordé.
- Oh, cierto, eres famoso. Fallo mío.
Los dos reímos, hice una mueca y le di un pequeño beso.
- No quise irme pero tampoco acercarme porque te echaba demasiado de menos, pero no podía aparecer de repente delante de tu madre.
- Te entiendo - sonrió comprensiva y me cogió las dos manos.- Me encantaría que pudieras acompañarme...
- Y a mí me encantaría poder acompañarte, pero sería raro que tu madre me viese, ¿no crees?
- Sí... un poco.
- Oye, ¿y tu padre no sabe nada?
- De momento no. Y espero que mi madre no se lo mencione jamás. Total, pronto todo habrá acabado.
Me miró de arriba a abajo, por encima del hombro y por los lados, como si buscara algo detrás de mí.
- ¿Qué ocurre? - le pregunté.
- ¿No tienes maleta? ¿Bolsa? ¿Mochila? ¿ALGO? - dijo riendo.
- Pues... no. - se me escapó una risilla nerviosa.
Ella rió y simplemente me acarició una de mis mejillas.
- Ya te echaba de menos.
- No podía esperar a venir. Ya que no había podido conseguir que te quedaras, vendría a por ti.
- Pero no voy a poder volver, Niall.
- ¿Quién lo dice?
- La mujer que manda sobre mí. - rió, y yo con ella.
Entonces, una voz detrás nuestra resonó en toda la calle.
- ¡Niall! ¿Pero qué haces tú aquí?
Era su madre, y la sorpresa no era agradable. O eso parecía.
Me armé de valor, suspiré, y la miré fijamente.
- He venido a buscar a Cathy.
- Pero Cathy no se va a ir, Niall.
- Esperaba que me dijera eso... al menos, ¿puedo acompañarla a abortar?
Se lo pensó muy seria durante unos instantes y finalmente aceptó no de muy buena gana. Sonreí, conteniendo las ganas de besarla, y entré con ellas sin hacer mucho ruido.
- Nos atenderán en unos minutos.- dijo Isabella, su madre, sentándose en la sala de espera.
Cathy se sentó a su lado, y yo después de ella. Le cogí de la mano, pero ella la apartó pronto. La miré, pero ella seguía mirando al frente. Entonces, se acercó un poco a mi dirigir su vista hacia mi cara y susurró:
- No quiero provocar a mi madre. Lo siento.
- Oh, tranquila. Te comprendo. No pasa nada.
Todo aquello era muy extraño. Todo había pasado demasiado deprisa. Conocerla, ser su amigo, más tarde su novio... Y ahora ésto. Era muy extraño, y me sentía como en un sueño que había terminado en pesadilla.
En cuanto nos llamaron, entramos los tres a la sala. Eso iba a ser muy raro.
~~Narrador: Taylor~~
Aún no me podía creer que estuviera allí, con Harry. Era el chico de mi vida: atractivo, atento, dulce y con un toque de picardía que me volvía loca. Su cuerpo desnudo tocaba el mío mientras permanecíamos allí acostados, mirándonos a los ojos. Acaricié sus rizos y él sonrió. Le quería más que a mi propia vida. Sería capaz de cualquier cosa por él. Pero con un momento, pasó por mi cabeza la imagen de Cathy. La echaba de menos, y podía imaginarme lo mal que lo estaría pasando sin Niall. Era como si yo ahora perdiera a Harry por culpa de mi madre... yo no podría estar tan tranquila como ella cuando se fue. Aunque también era verdad que si yo me quedara embarazada, intentaría por todos los medios abortar sin mis padres, porque si se enteraran, adiós Taylor. Disfruté de aquel momento con Harry, me acurruqué contra su pecho y él pasó una de sus manos por mi cuerpo debajo de las sábanas para darme más calor. Aquello era mágico. No podía pensar en nada más, excepto en esos pensamientos fugaces sobre la pareja perdida. Niall seguramente habría ido a buscarla. Tenía contactos de sobra que le ayudarían a ir a por ella, y ganas no le faltaban. Y allí, en brazos de mi Styles (porque era mío, mío y de nadie más), me quedé dormida, perdiendo totalmente la noción del tiempo.
~~Narrador: Harry~~
Después de que Taylor se quedara dormida y yo estuviera a punto, sonó mi móvil. Era un mensaje. Refunfuñé por lo bajo y lo cogí del bolsillo de mis pantalones, para lo que tuve que soltar a Taylor y dejarla sobre la almohada.
El mensaje decía así: "No encontramos a Niall por ninguna parte y no coge el teléfono. Me temo lo peor." Era de Louis. Mierda. No podía dejar allí a Taylor sola, pero que tampoco podía dejar a mis amigos colgados buscando a Niall, el cual andaría perdido por el mundo o, aún peor... desaparecido para siempre de la faz de la Tierra. Sabéis a lo que me refiero, ¿no? Que podría estar matándose, espichándola, caput. Era un pensamiento que me helaba la sangre y hacía que se me estiraran los rizos de golpe. Era uno de mis mejores amigos, y perderlo era una idea que no quería ni imaginar. Pero por desgracia, estaba presente. Me vestí despacio, intentando no despertar a Taylor, pero mi nivel máximo de patosidad hizo que me diera un golpe contra uno de los muebles y soltara un pequeño grito.
- Mhm... ¿Harry?
Oh, genial, la había despertado.
- ¿Adónde vas?
- He recibido un mensaje de Louis.- le respondí nervioso - Dice que no encuentran a Niall y que no les coge el teléfono. Me estoy preocupando. Tengo que salir.
- Espera, voy contigo.
- No, Taylor. Déjalo. Quédate aquí, volveré pronto.
Me acerqué, me incliné sobre la cama y le besé la frente. Me puse los zapatos sin agilidad alguna y salí rápido por la puerta mientras notaba la mirada de Taylor clavada en mí. Era como punzadas de mis agujas juntas, y dolía. No quería dejarla así, pero era por un amigo.
me encaaaanta.
ResponderEliminara proposito feliz año nuevo sigue escribiend
Me encanta!:)
ResponderEliminaresta genial va quiero el proximo capitulo k pasara cn Harry y Taylor? enserio esto es desesperante jajaja estoy enganxadisima :D
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