sábado, 24 de diciembre de 2011

Capítulo 24.

- Mi amor, necesito que me contestes, por dios - le dije angustiado.
- Compruébalo tú mismo.
Me acercó el test y yo no dudé en cogerlo y mirarlo en seguida. Mis ojos se abrieron como platos y dejé caer aquel aparato. No podía creer lo que veían mis ojos. Cathy me miraba incrédula, muy seria, y con un par de lágrimas a cada lado de su cara. Su preciosa cara. La abracé contra mi pecho, amortiguando sus lágrimas. El resto nos miraban intrigados, también tenían ganas de saber si había un pequeño más en el grupo.
Audrey fue la primera en adelantarse recoger el test del suelo. Lo miró y se llevó una mano a la boca, abriendo mucho los ojos.
- ¡Dios mío! - exclamó.
Cathy soltó un pequeño sollozo y se acurrucó contra mí.
- Bueno, Cath, no te preocupes. Quizás aún no han hecho efecto las píldoras...
- ¿Tú crees? - le preguntó ella con expresión triste. Ahora mismo, se aferraría a cualquier hilo de esperanza.
- Es posible. Aunque en la farmacia nos hayan dicho dos horas, a veces varía según la persona, o su estado de ánimo.
Cathy respiró un poco más tranquila, pero aún no me soltaba. A veces me agarraba tan fuerte que me hacía daño.
- Aún así - continuó Audrey, y suspiró- es raro que haya margen de error.
Cogió a Cath de una mano y la arrimó a ella para abrazarla. Así que, mi Cathy tenía un pequeño en su interior... Pero no, no podía tenerlo. Tenía que abortar.
- Cath... - la llamé. Se giró y vino a mi lado, dándome un beso corto.- Mi amor, sabes lo que tienes que hacer, ¿no?
- Sí, pero... tengo que decírselo a mis padres. Sino no voy a poder hacerlo.
- Lo sé. Y no será fácil.
- Me apartarán de ti.
Volvió a echarse a llorar, y por encima de su hombro vi cómo Audrey también dejaba resbalar una lágrima por su mejilla derecha. Y todas las chicas igual, unas más que otras. Mientras, los chicos las abrazaban para tranquilizarlas.
- No. - dije de repente.
- ¿Qué?
- Pues que no te van a apartar de mí.
- Pero tú no vas a poder a hacer nada.
- ¿Eso es lo que tú crees? Por ti sería capaz de todo.
- Aún así - se le escapó una pequeña sonrisa.- no podrías ir contra mis padres. Ellos están sobre mí, me mandan.
- Pero no me mandan a mí.
Conseguí sacarle una pequeña risa. Eso me hacía el chico más feliz del mundo.
- Pero Niall...
- Dime, princesa.
- No puedo llamarlos así como así para decirles: "Oye, mamá, papá, estoy embarazada y necesito vuestro permiso para abortar". - lo dijo con un tono irónico, lo cual me hizo soltar una pequeña carcajada.
- Sí, sería un poco raro.
- ¿Un poco? - intervino Kelly.- La verdad, creo que si se lo dijeras así no te creerían.
- ¿Entonces qué hacemos? - le pregunté.
- Pues no tengo ni idea...
En ese instante, sonó un móvil. Era el de Audrey.
- ¿Sí? ... ¡Ah, hola mamá! ... Nos lo estamos pasando genial. ¿Sabes qué? ¡Nos encontramos a...
- ¡Shhh! - exclamó Cath.
- A... a una amiga. ... Sí, se había ido del colegio hace unos años ... Vale. ... Okey, ya te llamaré ... Adiós. - colgó el teléfono y se dirigió a Cathy.- Que tu madre te llamará mañana por la mañana.
- ¡Ay, dios mío! ¿Y qué hago? ¿Se lo digo ya? ¿O todavía no?
- Yo creo que deberías decírselo con mucha calma - opinó Chloe.
- Sí, sería lo mejor.- Taylor estuvo de acuerdo.
- Cuando más te demores, peor será - dijo Harry.
- Si, puede que tengáis razón. Pues se lo diré.
- Esa es mi chica - revolví su pelo y la abracé con fuerza por el costado.- Yo estaré a tu lado en ese momento, no te preocupes. Tú cuéntaselo despacio. Seguro que te entiende.
- Sí, podría entender que tuviera relaciones sexuales con mi novio si se lo explico, pero no que me haya quedado embarazada y necesite que viaje hasta aquí para darme un permiso de aborto.
- Bueno, visto así... - me llevé una mano a la nuca.
- Así y de cualquier manera, me costará mucho. Nunca volverán a confiar en mí. Y lo peor, será cuando se entere mi padre. Hasta piensa que soy pequeña para tener novio... Es idiota.
- No digas eso de tu padre. Simplemente quiere protegerte... Yo le entiendo.
- ¿Perdona? ¿Que entiendes a mi padre? Sí, eso lo dices ahora. No dirás lo mismo cuando te quiera partirte la cara por haberte acostado con su niña.
Todos estallaron en carcajadas. Era difícil aguantar la risa, a decir verdad.
- Puede que tengas razón - yo también reí ligeramente.
Cathy estaba llevándolo bastante bien después de los primeros instantes de angustia.
- Eh, ahora que me doy cuenta, hoy no hemos comido, y son las cuatro de la tarde... - dijo Louis.
- Anda, pues es verdad - dijo Liam mirando su reloj de muñeca.
- Ha sido por culpa de todo este revuelo. Siempre podemos comer algún tentempié a media tarde. - sugirió Audrey.
El día pasó rápido. Yo no me pude separar de Cathy un sólo momento. Tenía un hijo mío con ella, no era capaz de alejarme. Era como un imán.

1 comentario:

  1. Me a encantado cuando subes el otro esta genial me e quedado cn la intriga :D eres genial t puedes pasar por mi blog si kieres yo tambn tngo una nove :D

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