~~Narrador: Cathy~~
- ¿Crees que ya se habrán ido? - pregunté, impaciente por poder subir con él.
- Pues no lo sé, pero podemos echar un vistazo. Yo ya he terminado, ¡estoy llenísimo!
- ¿Tú, lleno? ¡Hahaha! Qué gracioso, Horan.
- No - echó una gran carcajada - Que es en serio.
- Tendré que creerte, entonces. ¿Subimos?
- Sí.
Se levantó y fue a pagar mientras yo volvía a colocarme mi fina chaqueta.
Volvió a mi lado y cogió mi mano, dándome un beso en la frente. Eso me hizo sonreír. Echaba tanto de menos estos momentos con él a solas. Subimos sigilosos las escaleras y yo me encargué de comprobar que las chicas ya no estaban.
- Vía libre - dije riendo ligeramente.
Me acerqué a él y agarré su camiseta a la altura del pecho, para asegurarme de que no se escapaba.
- Al fin podemos estar solos - dijo él alzando una ceja.
- Ya lo estaba deseando - sonreí y le di un pequeño beso.
Ese pequeño beso se convirtió en uno más largo, y otro, y terminó con uno mucho más intenso que el primero; infinitamente más. No podía permitirme perderlo, no podía volver a derramar lágrimas por él. Ya sólo tenía que sonreír y disfrutar de lo que la vida me había regalado; un precioso chico, alguien con quien compartir mi vida. Ese hombre al que tanto admiraba y amaba, y que antes ni siquiera sabía que existía, ahora estaba entre mis brazos; y él también me quería a mí. Íbamos a ser felices, de eso no había ninguna duda.
Metió sus manos por dentro de mi camiseta. Me estremecí un poco, ya que tenía las manos un poco frías a pesar del caluroso día. Eso me hizo retroceder unos milímetros, y luego reí sin razón aparente.
- ¿Qué pasa? - dijo con una ligera sonrisa.
- Me ha dado un escalofrío... - volvía reírme.- Puedes reírte de mí si quieres, sé que lo estás deseando.
- No seas tonta - su sonrisa me tenía totalmente hipnotizada.- Pero... sí que es un poco raro.
Sonreí y le volví a besar. No quería perder más tiempo hablando de mis bobadas.
Finalmente sus manos subieron más y más hasta quitar mi camiseta por completo, y yo hice lo mismo con la suya. Por alguna razón me sentía rara. ¡Pero ya había hecho esto antes! ¿Por qué ahora parecía como si fuera la primera vez? Quizás haber estado enfadados influía un poquito... Pero bueno, intentaría disfrutar como aquel primer día.
Pronto estuvimos en ropa interior, tumbados en una de las camas. Yo estaba encima y podía notar cómo acariciaba mi cintura. En cuanto noté que bajaba un poco, le paré, acordándome de la última vez.
- Espera, ¿te has acordado?
- Sí, tranquila - sonrió y me dio un pequeño beso.- No volverá a pasar, confía en mí. Tú relájate, ya me ocupo yo.
~~Narrador: Niall~~
Había dejado el pantalón a un lado. Estiré el brazo y saqué el preservativo del bolsillo delantero. Esa vez iba preparado, no quería volver a hacerle daño.
Mientras seguía con el largo y profundo beso, me quité la ropa interior y lo coloqué. Había sido más rápido de lo que creía que podía ser. La verdad, tampoco tengo mucha práctica en esto. Antes de Cathy habían sido... ¿cuántas, tres veces? Tampoco era para tanto. El gran experto en condones era el jodido Harry, que gastaba una caja entera cada semana. Y sin exagerar.
Subí de nuevo mis manos hasta su sujetador y me deshice de él. Giré mi cuerpo, para tenerla a ella debajo. Besé su cuello, y seguí bajando, su estómago, y todavía más.
- Amor... - dijo con la respiración algo agitada.
- Dime - levanté la cabeza.
- Ven aquí.
Subí de nuevo, me acercó a ella y me besó.
- No te vayas.
- No me iba - dije algo confuso, con una media sonrisa.
- Es que quiero verte en todo momento. Necesito poder besarte yo a ti y saber que estás conmigo.
La noté un poco nerviosa. Le había afectado eso del enfado. Yo ya no me iría nunca más, pero si quería tenerme así, así me tendría. Así que sonreí para darle confianza, y besé su mentón.
- Tranquila, estoy aquí y no me voy a ir. Nunca.
- ¿Nunca?
- Jamás. Te lo prometo.
Los siguientes minutos fueron totalmente maravillosos. No podía imaginarme con una chica que no fuese ella. No, simplemente no podía. Era extraño. Nunca me había pasado algo así, pero... definitivamente, estaba enamorado. Perdidamente enamorado de ella.
Cuando terminamos, ambos estábamos tumbados, mirando al techo. Ella tenía su cabeza sobre mi pecho, y yo acariciaba su pelo.
- Sólo hay una cosa que cambiaría de ti - dije con una pequeña risa al final.
- ¿El qué?
- Tu apellido.
Ella rió. Tan adorable como siempre.
- Me parece bien, yo también me lo cambiaría.
Después de ese momento bromeando, me puse serio. Quería aclarar de verdad una cosa, sólo una, pero me llevaría su tiempo.
- ¿De verdad lo harías?
- Sí, sin ninguna duda.
- Te lo digo en serio.
Levantó la mirada y frunció el ceño.
- Yo también.
- ¿Pero de verdad... en serio? Es que... me he puesto a pensar y... quiero tenerte conmigo para siempre. Algún día quiero... bueno, esto va a sonar un poco raro.
- Dilo. Por favor. - sonrió durante unas décimas de segundo.
- Pues... que quiero casarme contigo, algún día. Tarde o temprano, me da igual. Y... vivir contigo, tener nuestra propia casa, y dos pequeñas versiones de nosotros correteando por ella.
Su sonrisa se hacía cada vez más amplia, y yo notaba cómo la sangre subía a mis mejillas.
- Niall, eso ha sido...
- Cursi, raro, aterrorizante... lo sé.
- No tonto - me dio un pequeño golpe en el pecho -... bonito.
- ¿No piensas que se me ha ido un poco la pinza? - reí, y ella conmigo.
- Quizás sólo un poquito, pero aún así es la cosa más tierna del mundo.
Subió un poco su cabeza y besó mi mejilla, la cual aún debía seguir demasiado roja.
- Te amo. Y quiero que seas la próxima Catherine Horan, ¿vale?
- Acepto, Nialler. Sean cuales sean las condiciones.
- La única condición es que seas feliz a mi lado.
- Contigo no puede ser de otra manera.
Los sueños pueden llegar a hacerse realidad cuando menos te lo esperas. Y aunque puedas llegar a sufrir por conseguirlos, habrá valido la pena.
jueves, 5 de abril de 2012
domingo, 25 de marzo de 2012
Capítulo 50.
~~Narrador: Kelly~~
Estaba nerviosísima. No me podía creer que fuera a tener una cita con Liam. Había sido todo muy repentino. Hacía mucho tiempo que soñaba con esa tarde, y por fin iba a ocurrir.
Mientras terminaba de ponerme un poco de rímel para resaltar mis pestañas (era el único maquillaje que llevaba junto a un poco de brillo de labios), oí un suave golpe en la puerta. Guardé todo lo más rápido que pude y abrí la puerta mientras Audrey se ponía sus zapatos.
- ¡Hola, Liam!
- Hola. ¿Estás lista?
- Sí, sólo tengo que coger el bolso. ¿Te importa esperar un momento fuera?
- Para nada - me sonrió.
- Gracias - cerré la puerta con cuidado y rebusqué mi móvil, la llave de la habitación y algo de brillo para retocármelo si hacía falta.
Iba vestida muy informal, quería ser yo misma. Llevaba una minifalda vaquera de color gris, algo rasgada; una camisa a cuadros en rojo, negro y blanco, con las mangas por el codo, y con una camiseta básica blanca de tirantes por debajo; y unas converse rojas algo gastadas en la suela, con un corazón que me había pintado Chloe con rotulador permanente en la parte blanca. Audrey me había dicho que cómo podía ir así a una cita, que tenía que ser más elegante. A ella le encantaba arreglarse, sería por eso.
Me puse el bolso blanco cruzado, para que no me molestase, y abrí la puerta de nuevo.
- Ahora sí estoy lista.
- Pues vámonos - dijo haciendo un gesto con la cabeza.
- ¡Espera, Liam! - gritó Audrey.- ¿Y Zayn?
- Oh, Zayn estaba terminando de arreglarse, ya sabes que le lleva su tiempo.
- Cierto... pues esperaré, entonces.
- ¿Quieres que le avise?
- Hm... si no es mucha molestia... - dijo con una pequeña risa.
- Vale - sonrió y se acercó a su habitación mientras yo esperaba en el sitio, aguantando la puerta con un pie.
Tocó a la puerta y salió Zayn después de unos segundos.
- ¿Te falta mucho?
- ¿Por qué lo preguntas?
- Porque tu novia te echa de menos, melón - dijo entre risas.
Zayn corrió a dentro y salió con una chaqueta de esas que parecían de los típicos institutos americanos de las películas, la azul, en menos que canta un gallo.
- Ya estoy listo - dijo con una forzada sonrisa.
Corrió a nuestra puerta y asomó la cabeza, por lo que yo pude quitar el pie.
- Bueno, vamos. Ahora ya están juntitos y felices.
Yo reí y caminé a su lado. Era increíble lo bien que me sentía con él. Era caballeroso, divertido, inteligente, guapo... ¿qué más se le podía pedir a un chico?
~~Narrador: Audrey~~
- Ya estoy aquí, preciosa. Me han dicho que me echabas de menos - dijo acercándose a mí.
Me levanté despacio, sonriente, y caminé hacia él.
- Solo un poquito - vacilé, sin saber si acercarme más o no.
Él rió, con esa adorable risa aguda que tenía. Cada día estaba más enamorada de él. Sus ojos, sus labios, su pelo, sus músculos... ¿tenía algún defecto? Si era así, yo no se lo veía por ninguna parte.
Ya no tuve que preocuparme en decidir si quedarme allí o avanzar más, porque fue él el que me cogió por la cintura y me besó.
- Estaba deseando tener una tarde para nosotros.
- Y yo.
- Vamos, que estamos perdiendo mucho tiempo - dijo cogiéndome de la mano.
Salí con él y cogimos el ascensor hasta la planta baja. Mientras estábamos aún dentro, me miró de arriba a abajo.
- ¿Qué? - dije riendo.
- Estás preciosa.
- Oh, gracias - le di un beso en la mejilla.
- Casi tanto como yo.
- Idiota - le di un golpe en el hombro, haciéndome la indignada.
La puerta del ascensor se abrió y salimos.
- Oh, por cierto... bonita gorra.
- Gracias - dijo riendo mientras sacaba unas gafas de sol del bolsillo trasero de su pantalón.- Van a juego.
- ¿Pretendes esconderte?
- ¿Crees que lo conseguiré? Se sincera.
- No - dije entre carcajadas.
- Vale.
De todas formas salió del hotel con las gafas puestas, con un aire cómico. Caminó de mi mano y me llevó por una calle estrecha. No sabía a dónde íbamos, pero siempre que fuese con él, no me importaba lo más mínimo. Después de unos minutos llegamos a un precioso parque. Era enorme, con cientos de árboles de hojas verdes que se agitaban por la brisa. Había bancos cada pocos metros.
- Qué bonito - dije con una sonrisa.
- No tanto como tú - besó la parte alta de mi cabeza.
Agaché la cabeza sin dejar sonreír. Me hacía sentir especial de alguna manera, sin tener por qué ser una modelo de metro ochenta y medidas perfectas. Con él era como si el resto del mundo no existiera. De vez en cuando alguna gente pasaba a nuestro lado, pero yo casi no los advertía.
- ¿Paramos por aquí? - preguntó.
Debíamos de estar aproximadamente en el centro del parque. Además era un círculo de arena con bancos a las orillas; sí, parecía el centro.
- Vale.
Nos sentamos en uno de aquellos blancos bancos, relucientes como la nieve. Parecían estar recién pintados, por lo que para asegurarme pasé un dedo por él.
- ¿Qué haces? - dijo él riendo.
- Asegurarme de que no pinta.
- ¿Y por qué iba a pintar?
- No sé, parece demasiado brillante y blanco para no estar recién pintado.
- Tonta... - rió y me dio la mano para sentarme a su lado.
- Eh... ¿gracias?
- Hahahaha, no era un cumplido.
- Oh, ya veo, muy bonito eh. ¡Muy bonito! - le golpee el brazo y él me abrazó contra su cuerpo.
- No te hagas la enfadada, es obvio que no lo estás.
- Déjame - dije intentando no reírme.
- Nunca - giró mi cabeza y me besó.
Fue un beso corto, pero perfecto. Con él nada podía ser malo, absolutamente nada.
Estaba nerviosísima. No me podía creer que fuera a tener una cita con Liam. Había sido todo muy repentino. Hacía mucho tiempo que soñaba con esa tarde, y por fin iba a ocurrir.
Mientras terminaba de ponerme un poco de rímel para resaltar mis pestañas (era el único maquillaje que llevaba junto a un poco de brillo de labios), oí un suave golpe en la puerta. Guardé todo lo más rápido que pude y abrí la puerta mientras Audrey se ponía sus zapatos.
- ¡Hola, Liam!
- Hola. ¿Estás lista?
- Sí, sólo tengo que coger el bolso. ¿Te importa esperar un momento fuera?
- Para nada - me sonrió.
- Gracias - cerré la puerta con cuidado y rebusqué mi móvil, la llave de la habitación y algo de brillo para retocármelo si hacía falta.
Iba vestida muy informal, quería ser yo misma. Llevaba una minifalda vaquera de color gris, algo rasgada; una camisa a cuadros en rojo, negro y blanco, con las mangas por el codo, y con una camiseta básica blanca de tirantes por debajo; y unas converse rojas algo gastadas en la suela, con un corazón que me había pintado Chloe con rotulador permanente en la parte blanca. Audrey me había dicho que cómo podía ir así a una cita, que tenía que ser más elegante. A ella le encantaba arreglarse, sería por eso.
Me puse el bolso blanco cruzado, para que no me molestase, y abrí la puerta de nuevo.
- Ahora sí estoy lista.
- Pues vámonos - dijo haciendo un gesto con la cabeza.
- ¡Espera, Liam! - gritó Audrey.- ¿Y Zayn?
- Oh, Zayn estaba terminando de arreglarse, ya sabes que le lleva su tiempo.
- Cierto... pues esperaré, entonces.
- ¿Quieres que le avise?
- Hm... si no es mucha molestia... - dijo con una pequeña risa.
- Vale - sonrió y se acercó a su habitación mientras yo esperaba en el sitio, aguantando la puerta con un pie.
Tocó a la puerta y salió Zayn después de unos segundos.
- ¿Te falta mucho?
- ¿Por qué lo preguntas?
- Porque tu novia te echa de menos, melón - dijo entre risas.
Zayn corrió a dentro y salió con una chaqueta de esas que parecían de los típicos institutos americanos de las películas, la azul, en menos que canta un gallo.
- Ya estoy listo - dijo con una forzada sonrisa.
Corrió a nuestra puerta y asomó la cabeza, por lo que yo pude quitar el pie.
- Bueno, vamos. Ahora ya están juntitos y felices.
Yo reí y caminé a su lado. Era increíble lo bien que me sentía con él. Era caballeroso, divertido, inteligente, guapo... ¿qué más se le podía pedir a un chico?
~~Narrador: Audrey~~
- Ya estoy aquí, preciosa. Me han dicho que me echabas de menos - dijo acercándose a mí.
Me levanté despacio, sonriente, y caminé hacia él.
- Solo un poquito - vacilé, sin saber si acercarme más o no.
Él rió, con esa adorable risa aguda que tenía. Cada día estaba más enamorada de él. Sus ojos, sus labios, su pelo, sus músculos... ¿tenía algún defecto? Si era así, yo no se lo veía por ninguna parte.
Ya no tuve que preocuparme en decidir si quedarme allí o avanzar más, porque fue él el que me cogió por la cintura y me besó.
- Estaba deseando tener una tarde para nosotros.
- Y yo.
- Vamos, que estamos perdiendo mucho tiempo - dijo cogiéndome de la mano.
Salí con él y cogimos el ascensor hasta la planta baja. Mientras estábamos aún dentro, me miró de arriba a abajo.
- ¿Qué? - dije riendo.
- Estás preciosa.
- Oh, gracias - le di un beso en la mejilla.
- Casi tanto como yo.
- Idiota - le di un golpe en el hombro, haciéndome la indignada.
La puerta del ascensor se abrió y salimos.
- Oh, por cierto... bonita gorra.
- Gracias - dijo riendo mientras sacaba unas gafas de sol del bolsillo trasero de su pantalón.- Van a juego.
- ¿Pretendes esconderte?
- ¿Crees que lo conseguiré? Se sincera.
- No - dije entre carcajadas.
- Vale.
De todas formas salió del hotel con las gafas puestas, con un aire cómico. Caminó de mi mano y me llevó por una calle estrecha. No sabía a dónde íbamos, pero siempre que fuese con él, no me importaba lo más mínimo. Después de unos minutos llegamos a un precioso parque. Era enorme, con cientos de árboles de hojas verdes que se agitaban por la brisa. Había bancos cada pocos metros.
- Qué bonito - dije con una sonrisa.
- No tanto como tú - besó la parte alta de mi cabeza.
Agaché la cabeza sin dejar sonreír. Me hacía sentir especial de alguna manera, sin tener por qué ser una modelo de metro ochenta y medidas perfectas. Con él era como si el resto del mundo no existiera. De vez en cuando alguna gente pasaba a nuestro lado, pero yo casi no los advertía.
- ¿Paramos por aquí? - preguntó.
Debíamos de estar aproximadamente en el centro del parque. Además era un círculo de arena con bancos a las orillas; sí, parecía el centro.
- Vale.
Nos sentamos en uno de aquellos blancos bancos, relucientes como la nieve. Parecían estar recién pintados, por lo que para asegurarme pasé un dedo por él.
- ¿Qué haces? - dijo él riendo.
- Asegurarme de que no pinta.
- ¿Y por qué iba a pintar?
- No sé, parece demasiado brillante y blanco para no estar recién pintado.
- Tonta... - rió y me dio la mano para sentarme a su lado.
- Eh... ¿gracias?
- Hahahaha, no era un cumplido.
- Oh, ya veo, muy bonito eh. ¡Muy bonito! - le golpee el brazo y él me abrazó contra su cuerpo.
- No te hagas la enfadada, es obvio que no lo estás.
- Déjame - dije intentando no reírme.
- Nunca - giró mi cabeza y me besó.
Fue un beso corto, pero perfecto. Con él nada podía ser malo, absolutamente nada.
domingo, 18 de marzo de 2012
Capítulo 49.
{Reproducir: Give your heart a break - Demi Lovato}
Sus brazos rodearon mi cuello; me estremecí y, en un principio, no supe cómo reaccionar. Simplemente un impulso me llevó a abrazarla con fuerza, pero sin saber si reír o llorar. Me limité a eso, pasar mis manos por su espalda, acariciándola con delicadeza. Disfruté del olor de su pelo hasta que lo apartó y sus labios chocaron con los míos. Quise seguir su beso despacio, con dulzura, y eso hice. Quería intimidad, así que sin dejar de besarla nos metimos en la habitación de ellas. Enredé mis dedos en su pelo. Cada vez estaba más seguro de que tenía que ser ella, de que era ella la mujer de mi vida. No podía permitirme perderla por nada del mundo. Sentía un gran impulso de hacerla mía, era algo que se apoderaba de mí y no podía controlar. Separé nuestros labios y la miré sonriendo.
- Te amo.
Me dio un pequeño beso de nuevo y acarició mi pelo.
- Lo siento.
- ¿Qué es lo que sientes? - no lo entendía. ¿Por qué me decía eso?
- Haberme enfadado, no tenía motivos.
- Oh, sí que los tenías. Pero déjalo ya, no te culpes más.
- Te quiero.
Volví a besarle. El corazón me iba rápido, muy rápido. Ya la había recuperado, ya era mía, al fin. Y no iba a dejar que nada más volviese a interponerse entre nosotros. Metí mis manos por dentro de su camiseta y noté cómo se ponía nerviosa. Pero a los pocos segundos se tranquilizó. Subí un poco más hasta quitársela, y ella hizo lo mismo con la mía. Bien, no había ido rápido. Perfecto, no quería fastidiarla otra vez.
~~Narrador: Cathy~~
Lo admito, me ponía nerviosa. Muy nerviosa. Pero en el buen sentido. Sus manos recorrieron uno a uno cada milímetro de mi espalda, mi cintura, mi pelo. Me sentía segura a su lado. Sentí como si una corriente eléctrica recorriera todo mi sistema nervioso, era imparable. Cada vez le besaba con más intensidad, obteniendo su respuesta. Me separé y le miré a los ojos de nuevo. Sonreí y lloré a la vez. Pero de alegría, de completa felicidad por tenerlo conmigo. Volvía a besarle, pero despacio, sin prisas. No hacía falta apurar. O quizás sí...
Oí un ruido de llaves y me separé de él en un acto reflejo poniéndome la camiseta a la velocidad del rayo. Él parecía no haberlo oído, así que allí se quedó, sólo con su pantalón puesto.
Audrey y Kelly entraron entre risas y se quedaron un tanto extrañadas de ver a Niall sin camiseta.
- Esto... hola - dijo Kelly soltando una pequeña risa.- Si interrumpimos algo nos vamos eh...
- No, no, qué... - comencé a decir.
- Pues la verdad sí - soltó Niall de repente, riéndose.- Pero no importa, ya me voy.
Se colocó su camiseta con rapidez y me dio un pequeño beso.
- Adiós.
- Hasta luego - dije apartando un mechón de mi cara.
En cuanto Niall salió por la puerta, Audrey y Kelly me miraron como si fueran los depredadores acechando a la presa.
- ¡Ya lo habéis arreglado! ¡Qué bonito! - gritó Audrey.
- Shh, baja la voz. - le ordené.
- Me alegro mucho por vosotros, Cath - me dijo Kelly, con su mano en mi hombro.
- Gracias - sonreí.- Pero podíais haber venido un poco más tarde, que no pasa nada - dije irónicamente.
- Ay, perdona cielo. Si lo hubiésemos sabido habríamos salido a dar una vuelta con os chicos. ¿Quieres que nos vayamos?
- No no, ahora ya está - reí.
- Bueno, de todos modos yo me voy a dar una ducha. Después voy a quedar con Zayn, ya hace tiempo que no tenemos un momento a solas.
- Uy uy, Aud. Pues mucha suerte. - dije entre risas.- Dios, como me ruge el estómago, qué hambre tengo...
- Nosotras ya hemos juntado el desayuno con la comida... - Kelly rió.
- Ya veo, ya... Bueno, me voy a abajo a comer algo.
- Vale, cielo. Hasta luego.
- Chao, chicas.
Cogí la cartera y salí con rapidez. Iba a bajar las escaleras, pero pensé que sería una buena idea ir con Niall, así que llamé a la puerta de los chicos.
- ¡Hola, Cathy! - Zayn me saludó con dos besos.
- Hola, Zayn. ¿Está Niall por ahí?
- Sí, pasa.
En cuanto entré fui a sentarme a su lado y le di un beso en la mejilla.
- Hola otra vez.
- Hola - dijo sonriente, devolviéndome el beso.
- Iba a ir a comer algo, ¿me acompañas?
- ¡Claro! Yo también estoy muerto de hambre.
- Cómo no - se burló Zayn, mientras se miraba en el espejo.
- Todos tenemos defectos, ¿vale? - se quejó Niall con una fingida voz triste.
- Para mí no es ningún defecto, me parece de lo más mono.
Justo después de decirlo, Niall sonrió y me besó sin darme tiempo a reaccionar.
- Por favor, id a hacer manitas a otro lado.
- Perdona, don perfecto. Ya nos vamos - dije levantándome del sofá de la mano de Niall.
En ese momento, Liam salió de la habitación.
- ¡Hey, buenos ojos os vean!
- Hola Liam - dije riendo.
- Zayn, deja espacio en el espejo, tío - dijo él, echándolo hacia un lado.
- ¿Tú también tienes una cita? - rió Niall.
- Pues la verdad, sí, la tengo - respondió mientras se colocaba el pelo.
"¡Y Kelly no me ha dicho nada! Qué mala amiga..." pensé para mis adentros con una sonrisa en la cara.
- Bueno, ¿vamos? - le dije a Niall, impaciente.
- Sí, vamos - tiró de mi hasta la puerta.- Por cierto, ¿sabéis cuándo va a volver Louis?
- Ni idea. - respondió Zayn mientras Liam negaba con la cabeza.- Supongo que no tardará mucho.
- Vale - salimos y bajamos hasta el restaurante.
~~Narrador: Louis~~
- Y por eso estoy enfadado con Harry... aún no sé si perdonarle.
- ¡Pero no seas idiota! - dijo un poco alterada.- ¿Qué pasa con Larry Stylinson? ¿Te has olvidado ya?
- Pero yo confié en él, Chloe.
- Lo sé, lo sé. Aún así, tienes que hacer las paces con él, Lou. Ha sido una tontería.
- Puede...
- Puede no, ¡es que lo ha sido!
- Vale, vale, ¡perdóneme, majestad!
Chloe rió mientras me miraba. Estaba tan mona... Estaba deseando que pudiera salir de aquel sitio. La enfermera nos había dicho que probablemente mañana podría salir.
- Estás perdonado. Y Harry también debería estarlo.
- Cuando vuelva, hablaré con él.
- Eso espero.
Sonreí y miré el reloj.
- ¡Anda, qué tarde es! Tengo que irme ya. Mañana por la mañana vendré otra vez.
- Vale - sonrió.
Le levanté del pequeño sillón, me acerqué a ella y le di un beso en la frente.
- Descansa bien. Hasta mañana.
- Adiós.
~~Narrador: Cathy~~
- Niall, eres un zampabollos - dije entre risas.
- Lo sé - respondió él con la boca llena.
- Idiota.
Él tragó y después echó una carcajada.
- Echaba de menos que me insultaras, preciosa.
- Y yo echaba de menos insultarte - dije cogiendo una de sus patatas fritas.
- ¡Eh, eh! ¡Que tú ya has comido tu plato!
- No seas malo, tú has pedido el triple que yo - me quejé poniendo ojos de cachorrito.
- Bueeeeeno... solo porque eres tú, coge las que quieras.
- Gracias - le di un sonoro beso en la mejilla, con mis manos sujetando su cara.
Cogí patatas de vez en cuando, entre cada carcajada. Cada vez que le miraba veía al chico tierno de antes, y deseaba terminar lo que hacía una hora habíamos empezado.
Pero no nos faltaba mucho. En cuanto Kelly y Audrey se fueran a sus respectivas citas, tendríamos tiempo para lo que quisiéramos.
Sus brazos rodearon mi cuello; me estremecí y, en un principio, no supe cómo reaccionar. Simplemente un impulso me llevó a abrazarla con fuerza, pero sin saber si reír o llorar. Me limité a eso, pasar mis manos por su espalda, acariciándola con delicadeza. Disfruté del olor de su pelo hasta que lo apartó y sus labios chocaron con los míos. Quise seguir su beso despacio, con dulzura, y eso hice. Quería intimidad, así que sin dejar de besarla nos metimos en la habitación de ellas. Enredé mis dedos en su pelo. Cada vez estaba más seguro de que tenía que ser ella, de que era ella la mujer de mi vida. No podía permitirme perderla por nada del mundo. Sentía un gran impulso de hacerla mía, era algo que se apoderaba de mí y no podía controlar. Separé nuestros labios y la miré sonriendo.
- Te amo.
Me dio un pequeño beso de nuevo y acarició mi pelo.
- Lo siento.
- ¿Qué es lo que sientes? - no lo entendía. ¿Por qué me decía eso?
- Haberme enfadado, no tenía motivos.
- Oh, sí que los tenías. Pero déjalo ya, no te culpes más.
- Te quiero.
Volví a besarle. El corazón me iba rápido, muy rápido. Ya la había recuperado, ya era mía, al fin. Y no iba a dejar que nada más volviese a interponerse entre nosotros. Metí mis manos por dentro de su camiseta y noté cómo se ponía nerviosa. Pero a los pocos segundos se tranquilizó. Subí un poco más hasta quitársela, y ella hizo lo mismo con la mía. Bien, no había ido rápido. Perfecto, no quería fastidiarla otra vez.
~~Narrador: Cathy~~
Lo admito, me ponía nerviosa. Muy nerviosa. Pero en el buen sentido. Sus manos recorrieron uno a uno cada milímetro de mi espalda, mi cintura, mi pelo. Me sentía segura a su lado. Sentí como si una corriente eléctrica recorriera todo mi sistema nervioso, era imparable. Cada vez le besaba con más intensidad, obteniendo su respuesta. Me separé y le miré a los ojos de nuevo. Sonreí y lloré a la vez. Pero de alegría, de completa felicidad por tenerlo conmigo. Volvía a besarle, pero despacio, sin prisas. No hacía falta apurar. O quizás sí...
Oí un ruido de llaves y me separé de él en un acto reflejo poniéndome la camiseta a la velocidad del rayo. Él parecía no haberlo oído, así que allí se quedó, sólo con su pantalón puesto.
Audrey y Kelly entraron entre risas y se quedaron un tanto extrañadas de ver a Niall sin camiseta.
- Esto... hola - dijo Kelly soltando una pequeña risa.- Si interrumpimos algo nos vamos eh...
- No, no, qué... - comencé a decir.
- Pues la verdad sí - soltó Niall de repente, riéndose.- Pero no importa, ya me voy.
Se colocó su camiseta con rapidez y me dio un pequeño beso.
- Adiós.
- Hasta luego - dije apartando un mechón de mi cara.
En cuanto Niall salió por la puerta, Audrey y Kelly me miraron como si fueran los depredadores acechando a la presa.
- ¡Ya lo habéis arreglado! ¡Qué bonito! - gritó Audrey.
- Shh, baja la voz. - le ordené.
- Me alegro mucho por vosotros, Cath - me dijo Kelly, con su mano en mi hombro.
- Gracias - sonreí.- Pero podíais haber venido un poco más tarde, que no pasa nada - dije irónicamente.
- Ay, perdona cielo. Si lo hubiésemos sabido habríamos salido a dar una vuelta con os chicos. ¿Quieres que nos vayamos?
- No no, ahora ya está - reí.
- Bueno, de todos modos yo me voy a dar una ducha. Después voy a quedar con Zayn, ya hace tiempo que no tenemos un momento a solas.
- Uy uy, Aud. Pues mucha suerte. - dije entre risas.- Dios, como me ruge el estómago, qué hambre tengo...
- Nosotras ya hemos juntado el desayuno con la comida... - Kelly rió.
- Ya veo, ya... Bueno, me voy a abajo a comer algo.
- Vale, cielo. Hasta luego.
- Chao, chicas.
Cogí la cartera y salí con rapidez. Iba a bajar las escaleras, pero pensé que sería una buena idea ir con Niall, así que llamé a la puerta de los chicos.
- ¡Hola, Cathy! - Zayn me saludó con dos besos.
- Hola, Zayn. ¿Está Niall por ahí?
- Sí, pasa.
En cuanto entré fui a sentarme a su lado y le di un beso en la mejilla.
- Hola otra vez.
- Hola - dijo sonriente, devolviéndome el beso.
- Iba a ir a comer algo, ¿me acompañas?
- ¡Claro! Yo también estoy muerto de hambre.
- Cómo no - se burló Zayn, mientras se miraba en el espejo.
- Todos tenemos defectos, ¿vale? - se quejó Niall con una fingida voz triste.
- Para mí no es ningún defecto, me parece de lo más mono.
Justo después de decirlo, Niall sonrió y me besó sin darme tiempo a reaccionar.
- Por favor, id a hacer manitas a otro lado.
- Perdona, don perfecto. Ya nos vamos - dije levantándome del sofá de la mano de Niall.
En ese momento, Liam salió de la habitación.
- ¡Hey, buenos ojos os vean!
- Hola Liam - dije riendo.
- Zayn, deja espacio en el espejo, tío - dijo él, echándolo hacia un lado.
- ¿Tú también tienes una cita? - rió Niall.
- Pues la verdad, sí, la tengo - respondió mientras se colocaba el pelo.
"¡Y Kelly no me ha dicho nada! Qué mala amiga..." pensé para mis adentros con una sonrisa en la cara.
- Bueno, ¿vamos? - le dije a Niall, impaciente.
- Sí, vamos - tiró de mi hasta la puerta.- Por cierto, ¿sabéis cuándo va a volver Louis?
- Ni idea. - respondió Zayn mientras Liam negaba con la cabeza.- Supongo que no tardará mucho.
- Vale - salimos y bajamos hasta el restaurante.
~~Narrador: Louis~~
- Y por eso estoy enfadado con Harry... aún no sé si perdonarle.
- ¡Pero no seas idiota! - dijo un poco alterada.- ¿Qué pasa con Larry Stylinson? ¿Te has olvidado ya?
- Pero yo confié en él, Chloe.
- Lo sé, lo sé. Aún así, tienes que hacer las paces con él, Lou. Ha sido una tontería.
- Puede...
- Puede no, ¡es que lo ha sido!
- Vale, vale, ¡perdóneme, majestad!
Chloe rió mientras me miraba. Estaba tan mona... Estaba deseando que pudiera salir de aquel sitio. La enfermera nos había dicho que probablemente mañana podría salir.
- Estás perdonado. Y Harry también debería estarlo.
- Cuando vuelva, hablaré con él.
- Eso espero.
Sonreí y miré el reloj.
- ¡Anda, qué tarde es! Tengo que irme ya. Mañana por la mañana vendré otra vez.
- Vale - sonrió.
Le levanté del pequeño sillón, me acerqué a ella y le di un beso en la frente.
- Descansa bien. Hasta mañana.
- Adiós.
~~Narrador: Cathy~~
- Niall, eres un zampabollos - dije entre risas.
- Lo sé - respondió él con la boca llena.
- Idiota.
Él tragó y después echó una carcajada.
- Echaba de menos que me insultaras, preciosa.
- Y yo echaba de menos insultarte - dije cogiendo una de sus patatas fritas.
- ¡Eh, eh! ¡Que tú ya has comido tu plato!
- No seas malo, tú has pedido el triple que yo - me quejé poniendo ojos de cachorrito.
- Bueeeeeno... solo porque eres tú, coge las que quieras.
- Gracias - le di un sonoro beso en la mejilla, con mis manos sujetando su cara.
Cogí patatas de vez en cuando, entre cada carcajada. Cada vez que le miraba veía al chico tierno de antes, y deseaba terminar lo que hacía una hora habíamos empezado.
Pero no nos faltaba mucho. En cuanto Kelly y Audrey se fueran a sus respectivas citas, tendríamos tiempo para lo que quisiéramos.
viernes, 9 de marzo de 2012
Capítulo 48.
~~Narrador: Harry~~
Llamé a Cathy, grité una, dos, tres, cuatro veces su nombre, pero no volvió. Siguió corriendo hasta que la perdí de vista. Yo, al contrario que ella, decidí acercarme a Niall y Taylor.
- Niall, Taylor.
- Harry - dijeron a la vez.
- Niall, Cathy quería hablar contigo.
- Sí, ya lo veo - dijo alzando una ceja y mirando hacia la calle por la que se había ido.
- Le habrá entrado el pánico, de verdad que iba a decirte algo.
- Te creo. El caso es qué quería decirme.
Miré al suelo y me mordí el labio. Me sentía bastante incómodo.
- Bueno, yo no voy a decírtelo, eso ya es cosa suya y a mi no incumbe. Pero sí me gustaría que nos dejaras a Taylor y a mí solos - dije mirándola a ella.
Ella se puso roja y me apartó la mirada.
- Como quieras. Yo vuelvo al hotel, que estoy hambriento. - se giró y anduvo unos metros.
- Eh, Niall - dije elevando la voz, haciendo que él se girase hacia mí de nuevo.- Gracias.
Él sonrió ligeramente, se quedó mirando al suelo unos segundos y siguió su camino.
Taylor seguía sin dirigirme la mirada, ni hablarme. Necesitaba decirle que ya no estaba enfadado.
- Taylor, que haya pasado más tiempo con Cathy últimamente no quiere decir que me guste, ni nada por el estilo. La quiero, sí, y en su momento quizás haya sentido algo más que amistad, pero...
- ¿En su momento? ¿Cuándo exactamente?
- Pues... no sé.
- Ah, no sabes... Empiezas bien, Harry, empiezas genial, vamos.
- Joder, Taylor, ¿quieres escucharme aunque sea por una maldita vez? Te sigo queriendo tanto como el primer día. No, más. Muchísimo más. No tienes ni idea de lo mucho que te amo.
Al fin decidió mirarme a los ojos. Unas pequeñas lágrimas brotaron de sus preciosos ojos miel y recorrieron sus mejillas.
- ¿Qué estoy haciendo, Harry?
No la entendía. Fruncí el ceño con tristeza mientras la miraba fijamente. De repente, sin previo aviso, me abrazó con fuerza. Sus manos rodeaban mi cuello y su dulce aliento chocaba contra mi cuello. Estaba llorando, llorando muy fuerte; y me estaba partiendo al alma.
- Eh, eh - la aparté de mí para poder secar sus lágrimas con mis pulgares.- Pero no llores, ¿qué pasa?
- Pasa que estaba deseando que me perdonaras, y he sido tan tonta de contestarte mal.
No pude evitar soltar una pequeña risa. Le besé la frente y la abracé de nuevo contra mi pecho. Por fin volvía a notar sus curvas contra mi cuerpo, por fin volvía tenerla en mis brazos, por fin volvía a notar su aliento contra mi piel; por fin volví a producirme escalofríos.
Se separó de mí y sonrió, así que yo sonreí también. Cogió mi cara entre sus delicadas manos y pasó eso que tanto echaba de menos. Sólo había pasado un miserable día, pero sus labios eran una necesidad. No era que simplemente los quisiera, es que me hacían falta para vivir feliz. Cuando volví a mirarle a los ojos, sentí la necesidad de romper a llorar de alegría, pero no lo hice. En lugar de eso le cogí de la mano y comencé a caminar.
- ¿Volvemos con los demás?
- Por mí estupendo. Espero que Niall y Cathy lo arreglen pronto.
- Lo harán, ambos lo están deseando.
- Desde luego, por la parte de Niall, puedo decir con completa seguridad que no puede vivir sin Cathy.
- Entonces de hoy no pasa.
~~Narrador: Niall~~
Cuando llegué al hotel ya pasaba de la una del mediodía. La niebla había desaparecido del todo, al menos en el mundo real. Pero mi mente seguía muy borrosa, mis ideas no se aclaraban. ¿Entonces Harry y Cathy no habían tenido nada? ¿Me lo había imaginado todo? Había sido demasiado paranoico, eso sin duda. ¿Acaso ella me seguía queriendo igual, o había metido la pata hasta tal punto que ya no querría saber nada más de mí? Quizás por eso se fue corriendo. Admito que no soy un chico fácil de llevar. Me río por todo, hasta de cosas serias; no paro de comer, tengo una obsesión con mi guitarra... Pero tampoco había sido para tanto. ¿O sí? La verdad, aquello había sido una completa estupidez. Ahora lo que necesitaba era una buena dosis de Cathy, de mi futura Cathy Horan. Porque jamás la dejaría escapar. Tenía que ir a por ella. En cuanto crucé la puerta principal, me dirigí a las escaleras. Me quedé parado delante de la puerta de las chicas, y en cuanto iba a tocar, la puerta se abrió. Mis ojos se iluminaron, pero no pude sonreír. Nos miramos mutuamente durante unos segundos, la tensión se palpaba en el aire. ¡Vamos, Niall! ¡Ahora! ¡Abrázala, es tu momento! Pero no pude. Fui total y absolutamente incapaz. Ella suspiró.
- Niall.
Pasó por mi lado, pero antes de que se alejara más, agarré su brazo con delicadeza. Bueno, con tanta como pude y que no se escapara.
- Cathy, espera.
Ella se giró y me miró con los ojos llorosos, un poco rojo. En cualquier momento iba a estallar. Ese era el momento, aunque no quería verla llorar. Pero si no se lo decía ahora, ella ya no querría volver conmigo nunca, y eso no lo podía permitir de ninguna manera.
- Mira, sé que me he portado como un auténtico gilipollas. Lo admito. Y no puedo seguir así contigo. Lo siento por haber echo aquella estupidez, en serio. No sé en qué estaba pensando, joder. Si yo te quiero, y sé que si estás más tiempo enfadada conmigo me voy a morir, y no exagero. Tú eres todo en lo que puedo pensar, necesito tenerte conmigo. Pero si no quieres... - solté su brazo y me alejé unos pasos.- lo entiendo. Es tu decisión, estuve mal y me lo merezco.
Ella dudó unos minutos. Largos e inquietantes minutos en los que sus manos temblaron, su boca suspiró, sus ojos brillaron y las lágrimas estuvieron a punto de salir.
- Cathy, por dios, dime algo. Lo que sea, ¡pero háblame!
Mi cara debía ser de absoluta desesperación. Ya no sabía qué hacer.
- Es que... - sollozó y miró al suelo.
- ¿Qué? ¿Es que qué? - me acerqué a ella e intenté cogerle la mano, pero me eché atrás.
- No lo sé... - por fin me miró a los ojos. Sus preciosos y penetrantes ojos marrones se clavaban en los míos como cuchillos.- Todo es muy complicado.
- Dímelo a mí...
- Niall... dime una cosa.
- Lo que tú quieras.
- ¿Tú... de... de verdad me quieres?
Me sorprendía esa pregunta a estas alturas. Pero aún así, se la respondí sin esperar un solo segundo.
- No. No te quiero, Cathy. Te amo, con todo mi corazón. Y si tú eres feliz, yo también. Por eso, dejo que elijas lo que sea mejor para ti.
- Ni siquiera yo sé lo que es mejor para mí... Ya no puedo más.
- Pues acaba con esto, Cathy. Di lo que sientes de una maldita vez, sea lo que sea. Podré soportarlo.
Por primera vez en horas, muchas horas, lo que parecían ser siglos, la vi sonreír al fin. Eso hizo dar un vuelco a mi corazón, me daba buenas vibraciones. Qué digo buenas, las mejores vibraciones que algo me había dado en mi jodida vida. Yo esperé sin sonreír, intentando no mostrar el más mínimo sentimiento.
Y entonces... ocurrió.
Llamé a Cathy, grité una, dos, tres, cuatro veces su nombre, pero no volvió. Siguió corriendo hasta que la perdí de vista. Yo, al contrario que ella, decidí acercarme a Niall y Taylor.
- Niall, Taylor.
- Harry - dijeron a la vez.
- Niall, Cathy quería hablar contigo.
- Sí, ya lo veo - dijo alzando una ceja y mirando hacia la calle por la que se había ido.
- Le habrá entrado el pánico, de verdad que iba a decirte algo.
- Te creo. El caso es qué quería decirme.
Miré al suelo y me mordí el labio. Me sentía bastante incómodo.
- Bueno, yo no voy a decírtelo, eso ya es cosa suya y a mi no incumbe. Pero sí me gustaría que nos dejaras a Taylor y a mí solos - dije mirándola a ella.
Ella se puso roja y me apartó la mirada.
- Como quieras. Yo vuelvo al hotel, que estoy hambriento. - se giró y anduvo unos metros.
- Eh, Niall - dije elevando la voz, haciendo que él se girase hacia mí de nuevo.- Gracias.
Él sonrió ligeramente, se quedó mirando al suelo unos segundos y siguió su camino.
Taylor seguía sin dirigirme la mirada, ni hablarme. Necesitaba decirle que ya no estaba enfadado.
- Taylor, que haya pasado más tiempo con Cathy últimamente no quiere decir que me guste, ni nada por el estilo. La quiero, sí, y en su momento quizás haya sentido algo más que amistad, pero...
- ¿En su momento? ¿Cuándo exactamente?
- Pues... no sé.
- Ah, no sabes... Empiezas bien, Harry, empiezas genial, vamos.
- Joder, Taylor, ¿quieres escucharme aunque sea por una maldita vez? Te sigo queriendo tanto como el primer día. No, más. Muchísimo más. No tienes ni idea de lo mucho que te amo.
Al fin decidió mirarme a los ojos. Unas pequeñas lágrimas brotaron de sus preciosos ojos miel y recorrieron sus mejillas.
- ¿Qué estoy haciendo, Harry?
No la entendía. Fruncí el ceño con tristeza mientras la miraba fijamente. De repente, sin previo aviso, me abrazó con fuerza. Sus manos rodeaban mi cuello y su dulce aliento chocaba contra mi cuello. Estaba llorando, llorando muy fuerte; y me estaba partiendo al alma.
- Eh, eh - la aparté de mí para poder secar sus lágrimas con mis pulgares.- Pero no llores, ¿qué pasa?
- Pasa que estaba deseando que me perdonaras, y he sido tan tonta de contestarte mal.
No pude evitar soltar una pequeña risa. Le besé la frente y la abracé de nuevo contra mi pecho. Por fin volvía a notar sus curvas contra mi cuerpo, por fin volvía tenerla en mis brazos, por fin volvía a notar su aliento contra mi piel; por fin volví a producirme escalofríos.
Se separó de mí y sonrió, así que yo sonreí también. Cogió mi cara entre sus delicadas manos y pasó eso que tanto echaba de menos. Sólo había pasado un miserable día, pero sus labios eran una necesidad. No era que simplemente los quisiera, es que me hacían falta para vivir feliz. Cuando volví a mirarle a los ojos, sentí la necesidad de romper a llorar de alegría, pero no lo hice. En lugar de eso le cogí de la mano y comencé a caminar.
- ¿Volvemos con los demás?
- Por mí estupendo. Espero que Niall y Cathy lo arreglen pronto.
- Lo harán, ambos lo están deseando.
- Desde luego, por la parte de Niall, puedo decir con completa seguridad que no puede vivir sin Cathy.
- Entonces de hoy no pasa.
~~Narrador: Niall~~
Cuando llegué al hotel ya pasaba de la una del mediodía. La niebla había desaparecido del todo, al menos en el mundo real. Pero mi mente seguía muy borrosa, mis ideas no se aclaraban. ¿Entonces Harry y Cathy no habían tenido nada? ¿Me lo había imaginado todo? Había sido demasiado paranoico, eso sin duda. ¿Acaso ella me seguía queriendo igual, o había metido la pata hasta tal punto que ya no querría saber nada más de mí? Quizás por eso se fue corriendo. Admito que no soy un chico fácil de llevar. Me río por todo, hasta de cosas serias; no paro de comer, tengo una obsesión con mi guitarra... Pero tampoco había sido para tanto. ¿O sí? La verdad, aquello había sido una completa estupidez. Ahora lo que necesitaba era una buena dosis de Cathy, de mi futura Cathy Horan. Porque jamás la dejaría escapar. Tenía que ir a por ella. En cuanto crucé la puerta principal, me dirigí a las escaleras. Me quedé parado delante de la puerta de las chicas, y en cuanto iba a tocar, la puerta se abrió. Mis ojos se iluminaron, pero no pude sonreír. Nos miramos mutuamente durante unos segundos, la tensión se palpaba en el aire. ¡Vamos, Niall! ¡Ahora! ¡Abrázala, es tu momento! Pero no pude. Fui total y absolutamente incapaz. Ella suspiró.
- Niall.
Pasó por mi lado, pero antes de que se alejara más, agarré su brazo con delicadeza. Bueno, con tanta como pude y que no se escapara.
- Cathy, espera.
Ella se giró y me miró con los ojos llorosos, un poco rojo. En cualquier momento iba a estallar. Ese era el momento, aunque no quería verla llorar. Pero si no se lo decía ahora, ella ya no querría volver conmigo nunca, y eso no lo podía permitir de ninguna manera.
- Mira, sé que me he portado como un auténtico gilipollas. Lo admito. Y no puedo seguir así contigo. Lo siento por haber echo aquella estupidez, en serio. No sé en qué estaba pensando, joder. Si yo te quiero, y sé que si estás más tiempo enfadada conmigo me voy a morir, y no exagero. Tú eres todo en lo que puedo pensar, necesito tenerte conmigo. Pero si no quieres... - solté su brazo y me alejé unos pasos.- lo entiendo. Es tu decisión, estuve mal y me lo merezco.
Ella dudó unos minutos. Largos e inquietantes minutos en los que sus manos temblaron, su boca suspiró, sus ojos brillaron y las lágrimas estuvieron a punto de salir.
- Cathy, por dios, dime algo. Lo que sea, ¡pero háblame!
Mi cara debía ser de absoluta desesperación. Ya no sabía qué hacer.
- Es que... - sollozó y miró al suelo.
- ¿Qué? ¿Es que qué? - me acerqué a ella e intenté cogerle la mano, pero me eché atrás.
- No lo sé... - por fin me miró a los ojos. Sus preciosos y penetrantes ojos marrones se clavaban en los míos como cuchillos.- Todo es muy complicado.
- Dímelo a mí...
- Niall... dime una cosa.
- Lo que tú quieras.
- ¿Tú... de... de verdad me quieres?
Me sorprendía esa pregunta a estas alturas. Pero aún así, se la respondí sin esperar un solo segundo.
- No. No te quiero, Cathy. Te amo, con todo mi corazón. Y si tú eres feliz, yo también. Por eso, dejo que elijas lo que sea mejor para ti.
- Ni siquiera yo sé lo que es mejor para mí... Ya no puedo más.
- Pues acaba con esto, Cathy. Di lo que sientes de una maldita vez, sea lo que sea. Podré soportarlo.
Por primera vez en horas, muchas horas, lo que parecían ser siglos, la vi sonreír al fin. Eso hizo dar un vuelco a mi corazón, me daba buenas vibraciones. Qué digo buenas, las mejores vibraciones que algo me había dado en mi jodida vida. Yo esperé sin sonreír, intentando no mostrar el más mínimo sentimiento.
Y entonces... ocurrió.
miércoles, 7 de marzo de 2012
Capítulo 47.
~~Narrador: Cathy~~
Cuando salimos de la cabina, Harry colocó un brazo sobre mis hombros. Sabía como hacerme sentir reconfortada. En un acto reflejo, mientras caminábamos lejos de la gente, le besé la mejilla. Él sonrió y besó la parte alta de mi cabeza.
- Vamos a hacer una cosa - dijo parándose de repente.- Llámale.
- ¿Que le llame? ¿Ahora? No, no puedo.
- ¿Cómo que no puedes?
- Que no, Harry...
- Que le llames.
- No. En serio, no puedo. No me saldrían las palabras.
Él suspiró y siguió caminando. Yo le seguí un poco por detrás.
- No entiendo por qué eres tan cabezota. Allí arriba me dijiste que irías a por él - dijo sin mirarme.
- Lo sé, pero por teléfono... me resultaría raro.
- ¿Vamos al hotel? Quizás ha vuelto.
- Vale...
Se notaba la tristeza en mi voz. Estaba a punto de llorar otra vez, pero reprimí las lágrimas y me las guardé para mí sola. Harry me esperó y me volvió a rodear con su brazo.
- Venga, que no estás sola. Vamos.
Anduvimos en silencio hasta llegar al hotel, ya que ninguno de nosotros tenía demasiado que decir.
~~Narrador: Niall~~
Después de una hora, sonó la puerta. Me levanté con pereza y aún tristeza y abrí la puerta.
- ¡Hey, Niall!
- Oh, eres tú.
- Kelly me ha dicho que querías hablar conmigo.
- Ah, sí, cierto. Vamos afuera.
Salimos juntos al pasillo y yo suspiré. Me resultaba un poco difícil contarle esto.
- Verás... es que... Harry y Cathy se están viendo más de lo que deberían.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Pues que se están acercando demasiado. Llámame paranoico, pero yo creo que tienen algo.
- ¿De verdad lo crees?
- Sí. Liam me ha contado que esta mañana Harry ha salido a ver a Cathy, de lo que deduzco que ella había salido primero sola, claro.
- Pero... ¿a dónde han ido?
- Ni idea...
- Voy a ir a buscarlos. ¿Estás conmigo?
Después de quedarme pensando unos segundos, sonreí y asentí. Corrí escaleras abajo y salí rápidamente del hotel, asegurándome que Taylor estaba conmigo.
Anduve con rapidez, pero sin llegar a correr.
- Tenemos que encontrarlos, no puedo vivir con la idea de que Harry me deje por mi mejor amiga...
- Digo exactamente lo mismo. No sabes lo que me está doliendo todo ésto... ¡Y la culpa de todo es mía!
- No, no es tuya. En realidad, yo no debería de habérselo dicho a nadie... Harry confió en mí.
- Venga, dejemos el tema - dije acercándola a mí.- Concentrémonos en buscarles.
- Vale - sonrió mirando al suelo.
Anduvimos durante más o menos media hora a un buen ritmo, incluso corrimos en algunos tramos del camino. Ya no podía más, necesitaba abrazar a Cathy otra vez. Llevábamos poco tiempo enfadados, pero para mí parecían años.
No había mucha gente. Los rayos del sol de la mañana golpeaban mis ojos de vez en cuando, lo que era bastante molesto. Pero una pequeña capa de niebla también se mantenía presente. Mientras tapaba mis ojos del sol, veía dos figuras acercándose a nosotros.
- Taylor...
- ¿Tú también lo ves?
- Creo que sí.
Eran Harry y Cathy, no había ninguna duda. La silueta de Cathy era inconfundible, conocía una a una las curvas de su cuerpo de todas las veces que me había quedado mirándolas fijamente. Y el pelo de Harry, junto a su postura, le habían delatado.
- ¿Qué hacemos? - preguntó Taylor, indecisa.
- La verdad, no lo sé... Esperemos a ver si nos ven.
Nos quedamos mirando hacia ellos. Yo no podía apartar la mirada de Cathy; estaba deseando abrazarla, besarla, y al fin decirle "lo siento" y que me perdonara. Me sentía un idiota, porque no podía hacerlo. Algo en mí me lo impedía.
~~Narrador: Cathy~~
- Harry, mira allí - dije haciendo un movimiento con la cabeza hacia delante.
- ¿Qué pasa? - dijo inclinando su cabeza.
- Son Niall y Taylor.
- ¿Qué dices? - abrió mucho los ojos y se fijó más, con interés.- Pues ahora que lo dices sí que lo parecen.
- ¿Qué coño están haciendo juntos, eh? ¿Qué pretenden?
- Tranquila, seguro que es para ponerte celosa. Relájate y respira. Tienes que hablar con Niall, Cath.
- Lo sé, lo sé. Pero no puedo controlarme, Harry. ¿A ti no te importa nada?
- Sé que Taylor me sigue queriendo, igual que yo a ella. No tengo que preocuparme, y tú tampoco.
Seguíamos andando y cada vez estábamos más cerca de ellos. No sabía si dirigirme a Niall o no. Ya nos separaban pocos metros y su mirada se clavaba en la mía, la mía en la suya, y mi corazón latía con fuerza. Era evidente que estaba muy molesto conmigo. En un acto de estupidez, me giré y seguí por otra calle, para no tener que enfrentarme a aquel momento. Ni siquiera me fijé en si Harry me seguía o no; simplemente corrí imparable por las calles de Londres, deseando llegar al hotel sin ser vista por Niall ni por Taylor.
A la media hora, noté mucho cansancio. Miré atrás; Harry ya no me seguía. Normal. Yo no estaba acostumbrada a correr tanto tiempo a aquel ritmo, pero las ganas de escapar pudieron darme fuerzas. Al fin, vi a escasos metros el hotel. Ya era como mi hogar, así que hice un último esfuerzo y corrí adentro, hasta mi habitación. Las chicas no estaban, suponía que se habían ido a desayunar, o ya casi almorzar con la hora que era. Me tiré en la cama y pensé en la idiotez que había hecho. ¿Cómo era tan inútil? En esos momentos quería que la tierra me tragase, que nadie volviese a saber nada más de mí, ni siquiera yo misma. Olvidarme de todo. Incluso desee no haber conocido a One Direction. Sí, sonará raro, porque eran mis mayores ídolos hacía tan sólo unas semanas, pero ahora se había convertido en una pesadilla. Haber empezado una relación con Niall había sido quizás uno de los mayores errores de mi vida, porque ahora lo amaba, lo amaba como nunca antes había amado a nadie, y ya era imposible escaparme de él. Olvidarle ya no era una opción, porque seguiría en mi mente día tras día, a cada hora, a cada minuto, a cada segundo. Y si las cosas eran así, ¿por qué me empeñaba en escapar? ¿Por qué me empeñaba en no hablar con él, en lo volver a como eran las cosas antes? Si ya sabía que jamás conseguiría librarme de él, que el deseo de tenerle iba a seguir siempre presente, ¿por qué no le hablaba? ¿O por qué no simplemente corría hacia él y le abrazaba, y nunca volvía a soltar? Pues porque no era lo suficientemente inteligente para pensar con rapidez y no cometer una locura de la que posiblemente me fuera a arrepentir toda la vida. Lo único que necesitaba ahora, a mi lado, acostado conmigo, con sus brazos a mi alrededor, era a él. Al pozo sin fondo, al que comía y comía y no se hartaba, y sin embargo su cuerpo seguía atrayéndome como el primer día y se mantenía en plena forma. Al rubio de la banda, al de los ojos azules. A mi Niall Horan.
Cuando salimos de la cabina, Harry colocó un brazo sobre mis hombros. Sabía como hacerme sentir reconfortada. En un acto reflejo, mientras caminábamos lejos de la gente, le besé la mejilla. Él sonrió y besó la parte alta de mi cabeza.
- Vamos a hacer una cosa - dijo parándose de repente.- Llámale.
- ¿Que le llame? ¿Ahora? No, no puedo.
- ¿Cómo que no puedes?
- Que no, Harry...
- Que le llames.
- No. En serio, no puedo. No me saldrían las palabras.
Él suspiró y siguió caminando. Yo le seguí un poco por detrás.
- No entiendo por qué eres tan cabezota. Allí arriba me dijiste que irías a por él - dijo sin mirarme.
- Lo sé, pero por teléfono... me resultaría raro.
- ¿Vamos al hotel? Quizás ha vuelto.
- Vale...
Se notaba la tristeza en mi voz. Estaba a punto de llorar otra vez, pero reprimí las lágrimas y me las guardé para mí sola. Harry me esperó y me volvió a rodear con su brazo.
- Venga, que no estás sola. Vamos.
Anduvimos en silencio hasta llegar al hotel, ya que ninguno de nosotros tenía demasiado que decir.
~~Narrador: Niall~~
Después de una hora, sonó la puerta. Me levanté con pereza y aún tristeza y abrí la puerta.
- ¡Hey, Niall!
- Oh, eres tú.
- Kelly me ha dicho que querías hablar conmigo.
- Ah, sí, cierto. Vamos afuera.
Salimos juntos al pasillo y yo suspiré. Me resultaba un poco difícil contarle esto.
- Verás... es que... Harry y Cathy se están viendo más de lo que deberían.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Pues que se están acercando demasiado. Llámame paranoico, pero yo creo que tienen algo.
- ¿De verdad lo crees?
- Sí. Liam me ha contado que esta mañana Harry ha salido a ver a Cathy, de lo que deduzco que ella había salido primero sola, claro.
- Pero... ¿a dónde han ido?
- Ni idea...
- Voy a ir a buscarlos. ¿Estás conmigo?
Después de quedarme pensando unos segundos, sonreí y asentí. Corrí escaleras abajo y salí rápidamente del hotel, asegurándome que Taylor estaba conmigo.
Anduve con rapidez, pero sin llegar a correr.
- Tenemos que encontrarlos, no puedo vivir con la idea de que Harry me deje por mi mejor amiga...
- Digo exactamente lo mismo. No sabes lo que me está doliendo todo ésto... ¡Y la culpa de todo es mía!
- No, no es tuya. En realidad, yo no debería de habérselo dicho a nadie... Harry confió en mí.
- Venga, dejemos el tema - dije acercándola a mí.- Concentrémonos en buscarles.
- Vale - sonrió mirando al suelo.
Anduvimos durante más o menos media hora a un buen ritmo, incluso corrimos en algunos tramos del camino. Ya no podía más, necesitaba abrazar a Cathy otra vez. Llevábamos poco tiempo enfadados, pero para mí parecían años.
No había mucha gente. Los rayos del sol de la mañana golpeaban mis ojos de vez en cuando, lo que era bastante molesto. Pero una pequeña capa de niebla también se mantenía presente. Mientras tapaba mis ojos del sol, veía dos figuras acercándose a nosotros.
- Taylor...
- ¿Tú también lo ves?
- Creo que sí.
Eran Harry y Cathy, no había ninguna duda. La silueta de Cathy era inconfundible, conocía una a una las curvas de su cuerpo de todas las veces que me había quedado mirándolas fijamente. Y el pelo de Harry, junto a su postura, le habían delatado.
- ¿Qué hacemos? - preguntó Taylor, indecisa.
- La verdad, no lo sé... Esperemos a ver si nos ven.
Nos quedamos mirando hacia ellos. Yo no podía apartar la mirada de Cathy; estaba deseando abrazarla, besarla, y al fin decirle "lo siento" y que me perdonara. Me sentía un idiota, porque no podía hacerlo. Algo en mí me lo impedía.
~~Narrador: Cathy~~
- Harry, mira allí - dije haciendo un movimiento con la cabeza hacia delante.
- ¿Qué pasa? - dijo inclinando su cabeza.
- Son Niall y Taylor.
- ¿Qué dices? - abrió mucho los ojos y se fijó más, con interés.- Pues ahora que lo dices sí que lo parecen.
- ¿Qué coño están haciendo juntos, eh? ¿Qué pretenden?
- Tranquila, seguro que es para ponerte celosa. Relájate y respira. Tienes que hablar con Niall, Cath.
- Lo sé, lo sé. Pero no puedo controlarme, Harry. ¿A ti no te importa nada?
- Sé que Taylor me sigue queriendo, igual que yo a ella. No tengo que preocuparme, y tú tampoco.
Seguíamos andando y cada vez estábamos más cerca de ellos. No sabía si dirigirme a Niall o no. Ya nos separaban pocos metros y su mirada se clavaba en la mía, la mía en la suya, y mi corazón latía con fuerza. Era evidente que estaba muy molesto conmigo. En un acto de estupidez, me giré y seguí por otra calle, para no tener que enfrentarme a aquel momento. Ni siquiera me fijé en si Harry me seguía o no; simplemente corrí imparable por las calles de Londres, deseando llegar al hotel sin ser vista por Niall ni por Taylor.
A la media hora, noté mucho cansancio. Miré atrás; Harry ya no me seguía. Normal. Yo no estaba acostumbrada a correr tanto tiempo a aquel ritmo, pero las ganas de escapar pudieron darme fuerzas. Al fin, vi a escasos metros el hotel. Ya era como mi hogar, así que hice un último esfuerzo y corrí adentro, hasta mi habitación. Las chicas no estaban, suponía que se habían ido a desayunar, o ya casi almorzar con la hora que era. Me tiré en la cama y pensé en la idiotez que había hecho. ¿Cómo era tan inútil? En esos momentos quería que la tierra me tragase, que nadie volviese a saber nada más de mí, ni siquiera yo misma. Olvidarme de todo. Incluso desee no haber conocido a One Direction. Sí, sonará raro, porque eran mis mayores ídolos hacía tan sólo unas semanas, pero ahora se había convertido en una pesadilla. Haber empezado una relación con Niall había sido quizás uno de los mayores errores de mi vida, porque ahora lo amaba, lo amaba como nunca antes había amado a nadie, y ya era imposible escaparme de él. Olvidarle ya no era una opción, porque seguiría en mi mente día tras día, a cada hora, a cada minuto, a cada segundo. Y si las cosas eran así, ¿por qué me empeñaba en escapar? ¿Por qué me empeñaba en no hablar con él, en lo volver a como eran las cosas antes? Si ya sabía que jamás conseguiría librarme de él, que el deseo de tenerle iba a seguir siempre presente, ¿por qué no le hablaba? ¿O por qué no simplemente corría hacia él y le abrazaba, y nunca volvía a soltar? Pues porque no era lo suficientemente inteligente para pensar con rapidez y no cometer una locura de la que posiblemente me fuera a arrepentir toda la vida. Lo único que necesitaba ahora, a mi lado, acostado conmigo, con sus brazos a mi alrededor, era a él. Al pozo sin fondo, al que comía y comía y no se hartaba, y sin embargo su cuerpo seguía atrayéndome como el primer día y se mantenía en plena forma. Al rubio de la banda, al de los ojos azules. A mi Niall Horan.
viernes, 24 de febrero de 2012
Capítulo 46.
~~Narrador: Cathy~~
Fui pronto a desayunar, debían de ser más o menos las ocho y media de la mañana. Las chicas seguían dormidas, y al menos acostadas y tranquilas, cuando yo bajé. Esperé no encontrarme con Niall, no quería malas miradas ni nada por el estilo. Pedí un cacao y unas tostadas con nocilla. Yo siempre tan sana. Había aprendido del mejor... ¡no, Cathy, no! ¡Quítatelo de la cabeza! No podía seguir pensando en Niall. Tendría que despejarme... Así que decidí salir a dar una larga vuelta por la ciudad. Quizás estaría bien subir al London Eye. Era un sitio donde pensar en solitario, siempre y cuando no hubiera mucha gente en tu misma cabina, claro.
Después de aproximadamente media hora andando, cuando ya veía el London Eye a lo lejos, me llegaron dos mensajes. Uno era de Audrey: "Tía, ¿dónde te has metido? ¡Estamos preocupadísimas! Da señales de vida ya. xx" Decidí responder cuanto antes: "He ido a dar una vuelta, tranquila. No sé si llegaré para comer, pero no os preocupéis por mí."
El otro mensaje era de Harry: "Cath, ¿dónde estás? Tampoco encontramos a Niall... ¿habéis estado hablando? Yo he discutido con él... si quieres llámame y te cuento. Te quiero, pequeña xx" Mi respuesta fue eso, una llamada. Esperé varios largos segundos hasta que me lo cogió.
- ¡Cathy! ¿Dónde estás? ¿Has recibido mi mensaje? ¿Estás sola?
- Eh, eh - reí - Quieto, fiera. He salido a dar una vuelta yo sola, y sí, he leído tu mensaje. Por eso te llamo.
- Ah, bien. ¿Y no has hablado con Niall?
- No. Tampoco quiero encontrármelo...
- Cath, por dios, no seas tonta...
- No soy tonta, Haz. Simplemente me resultaría muy difícil... además, necesito estar contigo primero y aclararme...
- Yo también quiero verte... ¿estás muy lejos?
- Estoy cerca del London Eye, pensaba montarme en él para pensar un poco.
- Oye, espérame ahí, cojo un taxi y en nada llego.
- Eres Harry Styles, ¿y necesitas un taxi? - se me escapó una pequeña carcajada, al igual que a él.
- ¿Quieres que vaya en la limusina del grupo y atraiga a un montón de fans que no me dejen pasar el tiempo contigo?
- ¡No! No no no. Vale, ven en taxi, pero date prisa. Por cierto, ¿por qué os peleasteis? ¿Qué ha pasado?
- Te lo cuento en cuanto llegue, ¿vale?
- Vale. Hasta ahora.
- Adiós.
Me había preocupado aquello de la pelea. ¿Había sido una discusión leve o habían llegado a las manos? La verdad, esperaba que hubiese sido solo la primera. Empecé a pensar que la razón podría haber sido yo... Me sentaría fatal, pero era un pálpito que tenía desde que lo leí en el mensaje.
Cuando llegué al lado del London Eye, solo tuve que esperar diez minutos hasta que vi un chico corriendo hacia mí. Sí, era él. Cuando me alcanzó, me alzó en el aire con un gran abrazo. No pude evitar sonreír. Me daba vueltas y vueltas.
- Harry... ¡Harry, déjame en el suelo! - reí.
Él hizo caso y me besó la frente.
- ¿Qué tal estás?
- Bien, bien. Pero tienes que contarme lo que ha pasado con Niall...
- Te lo cuento en la cabina. ¡Vamos!
Me cogió la mano y corrió hasta el London Eye. Casi no había gente, y menos adolescentes alocadas. Así que no había fans y pudimos montar solos en una cabina.
{Reproducir: Fix a heart - Demi Lovato}
- Venga, cuéntamelo - dije mientras miraba al exterior.
- Es que... se enteró de que nos estamos acercando tú y yo y...
- ¿Cómo se enteró? - le miré a los ojos, serena.
- No lo sé. Quizás vio lo que nos enviamos por twitter por la noche... El caso es que... me dijo que me alejara de ti, que él te quería... Pero al final acabó rindiéndose moralmente y me dijo que hiciera lo que quisiera.
- ¿En serio te dijo eso?
Me senté en el pequeño banco que había en el centro de la cabina y miré al suelo.
- Sí. Por eso yo quería que hablases con él, Cathy.
No podía más. Eso se estaba convirtiendo en una completa locura. Quizás me estaba enfadando por nada... Pero es que aquello me había dolido tanto... Necesitaba el apoyo de alguien, y ahora mismo el más indicado era Harry. Se sentó a mi lado y me abrazó cuando vio las lágrimas que comenzaban a brotar de mis ojos. Sonará raro, pero en ese momento ni siquiera él era capaz de consolarme. Yo simplemente miraba a la nada, recordando todos mis momentos con Niall. Tenía que hablar con él fuese como fuese. Yo aún le quería. Pero lo peor era que no sabía si iba a atreverme... Me arrepentía demasiado de haberle tratado así. Yo quería lo mejor para él, y quizás yo no lo era...
- Cathy, por favor, deja de llorar. - me decía Harry con la voz quebrada. Él también estaba sufriendo.
- No puedo. Lo echo de menos...
- ¡Pues vete a por él! - me agitó con sus manos en mis hombros, mirándome a los ojos, los cuales aparté en cuanto me di cuenta.- Por favor. Yo te quiero, pero sé que tú amas a Niall, de verdad. Corre, Cathy. ¡Corre! En cuanto bajemos de aquí, quiero que vayas a buscarlo. Hazlo por mí.
- Sólo si tú me acompañas. Quiero que vosotros estéis bien también.
- Está bien. Iré yo contigo.
Sonreí ligeramente y besé su mejilla. Él me apretó contra su pecho y besó la parte alta de mi cabeza. Estuvimos así todo el tiempo, mirando allá afuera. Londres era realmente precioso. De vez en cuando yo volvía a notar las lágrimas por mis mejillas. No podía evitarlo, aquello estaba siendo demasiado duro.
{Parar reproducción}
~~Narrador: Niall~~
- ¡Taylor! - grité golpeando la puerta.
Había cogido un taxi hasta el hotel. Quería hablar con ella cuanto antes, era necesario. En pocos minutos alguien abrió la puerta, pero era Kelly.
- ¡Niall! ¿Qué haces aquí?
- ¿No está Taylor?
- Aún está durmiendo... ¿por qué?
- Oh... cuando se despierte dile que venga nuestra habitación, tengo que hablar con ella.
- Vale, sin problema.
- Gracias. Adiós, Kelly.
- Hasta luego.
Fui a nuestra habitación y me fijé en las camas. Liam estaba despierto con su móvil en la mano, y Zayn seguía durmiendo. Pero no había ni rastro de Harry.
- Eh, Liam, ¿y Harry dónde está?
- Se ha ido ya hace más de media hora.
- ¿Y a dónde? - me extrañaba bastante que Harry se fuera tan pronto.
- Creo que iba a ver a Cathy.
¿Qué? Perdón, creí haberle dicho que no se acercara más a ella. ¿De qué cojones iba? ¡No me lo podía creer! Me tiré en mi cama y cerré los ojos. Prefería esperar a que llegara, quizás estaría más tranquilo y podría hablar con él con tranquilidad. No iba a llorar. Niall, se fuerte, no llores, no lo hagas... Pero lo hice, aunque en silencio. La necesitaba a mi lado, ya no podía más, pero era ella la que estaba enfadada conmigo. Yo no podía hacer nada más...
Fui pronto a desayunar, debían de ser más o menos las ocho y media de la mañana. Las chicas seguían dormidas, y al menos acostadas y tranquilas, cuando yo bajé. Esperé no encontrarme con Niall, no quería malas miradas ni nada por el estilo. Pedí un cacao y unas tostadas con nocilla. Yo siempre tan sana. Había aprendido del mejor... ¡no, Cathy, no! ¡Quítatelo de la cabeza! No podía seguir pensando en Niall. Tendría que despejarme... Así que decidí salir a dar una larga vuelta por la ciudad. Quizás estaría bien subir al London Eye. Era un sitio donde pensar en solitario, siempre y cuando no hubiera mucha gente en tu misma cabina, claro.
Después de aproximadamente media hora andando, cuando ya veía el London Eye a lo lejos, me llegaron dos mensajes. Uno era de Audrey: "Tía, ¿dónde te has metido? ¡Estamos preocupadísimas! Da señales de vida ya. xx" Decidí responder cuanto antes: "He ido a dar una vuelta, tranquila. No sé si llegaré para comer, pero no os preocupéis por mí."
El otro mensaje era de Harry: "Cath, ¿dónde estás? Tampoco encontramos a Niall... ¿habéis estado hablando? Yo he discutido con él... si quieres llámame y te cuento. Te quiero, pequeña xx" Mi respuesta fue eso, una llamada. Esperé varios largos segundos hasta que me lo cogió.
- ¡Cathy! ¿Dónde estás? ¿Has recibido mi mensaje? ¿Estás sola?
- Eh, eh - reí - Quieto, fiera. He salido a dar una vuelta yo sola, y sí, he leído tu mensaje. Por eso te llamo.
- Ah, bien. ¿Y no has hablado con Niall?
- No. Tampoco quiero encontrármelo...
- Cath, por dios, no seas tonta...
- No soy tonta, Haz. Simplemente me resultaría muy difícil... además, necesito estar contigo primero y aclararme...
- Yo también quiero verte... ¿estás muy lejos?
- Estoy cerca del London Eye, pensaba montarme en él para pensar un poco.
- Oye, espérame ahí, cojo un taxi y en nada llego.
- Eres Harry Styles, ¿y necesitas un taxi? - se me escapó una pequeña carcajada, al igual que a él.
- ¿Quieres que vaya en la limusina del grupo y atraiga a un montón de fans que no me dejen pasar el tiempo contigo?
- ¡No! No no no. Vale, ven en taxi, pero date prisa. Por cierto, ¿por qué os peleasteis? ¿Qué ha pasado?
- Te lo cuento en cuanto llegue, ¿vale?
- Vale. Hasta ahora.
- Adiós.
Me había preocupado aquello de la pelea. ¿Había sido una discusión leve o habían llegado a las manos? La verdad, esperaba que hubiese sido solo la primera. Empecé a pensar que la razón podría haber sido yo... Me sentaría fatal, pero era un pálpito que tenía desde que lo leí en el mensaje.
Cuando llegué al lado del London Eye, solo tuve que esperar diez minutos hasta que vi un chico corriendo hacia mí. Sí, era él. Cuando me alcanzó, me alzó en el aire con un gran abrazo. No pude evitar sonreír. Me daba vueltas y vueltas.
- Harry... ¡Harry, déjame en el suelo! - reí.
Él hizo caso y me besó la frente.
- ¿Qué tal estás?
- Bien, bien. Pero tienes que contarme lo que ha pasado con Niall...
- Te lo cuento en la cabina. ¡Vamos!
Me cogió la mano y corrió hasta el London Eye. Casi no había gente, y menos adolescentes alocadas. Así que no había fans y pudimos montar solos en una cabina.
{Reproducir: Fix a heart - Demi Lovato}
- Venga, cuéntamelo - dije mientras miraba al exterior.
- Es que... se enteró de que nos estamos acercando tú y yo y...
- ¿Cómo se enteró? - le miré a los ojos, serena.
- No lo sé. Quizás vio lo que nos enviamos por twitter por la noche... El caso es que... me dijo que me alejara de ti, que él te quería... Pero al final acabó rindiéndose moralmente y me dijo que hiciera lo que quisiera.
- ¿En serio te dijo eso?
Me senté en el pequeño banco que había en el centro de la cabina y miré al suelo.
- Sí. Por eso yo quería que hablases con él, Cathy.
No podía más. Eso se estaba convirtiendo en una completa locura. Quizás me estaba enfadando por nada... Pero es que aquello me había dolido tanto... Necesitaba el apoyo de alguien, y ahora mismo el más indicado era Harry. Se sentó a mi lado y me abrazó cuando vio las lágrimas que comenzaban a brotar de mis ojos. Sonará raro, pero en ese momento ni siquiera él era capaz de consolarme. Yo simplemente miraba a la nada, recordando todos mis momentos con Niall. Tenía que hablar con él fuese como fuese. Yo aún le quería. Pero lo peor era que no sabía si iba a atreverme... Me arrepentía demasiado de haberle tratado así. Yo quería lo mejor para él, y quizás yo no lo era...
- Cathy, por favor, deja de llorar. - me decía Harry con la voz quebrada. Él también estaba sufriendo.
- No puedo. Lo echo de menos...
- ¡Pues vete a por él! - me agitó con sus manos en mis hombros, mirándome a los ojos, los cuales aparté en cuanto me di cuenta.- Por favor. Yo te quiero, pero sé que tú amas a Niall, de verdad. Corre, Cathy. ¡Corre! En cuanto bajemos de aquí, quiero que vayas a buscarlo. Hazlo por mí.
- Sólo si tú me acompañas. Quiero que vosotros estéis bien también.
- Está bien. Iré yo contigo.
Sonreí ligeramente y besé su mejilla. Él me apretó contra su pecho y besó la parte alta de mi cabeza. Estuvimos así todo el tiempo, mirando allá afuera. Londres era realmente precioso. De vez en cuando yo volvía a notar las lágrimas por mis mejillas. No podía evitarlo, aquello estaba siendo demasiado duro.
{Parar reproducción}
~~Narrador: Niall~~
- ¡Taylor! - grité golpeando la puerta.
Había cogido un taxi hasta el hotel. Quería hablar con ella cuanto antes, era necesario. En pocos minutos alguien abrió la puerta, pero era Kelly.
- ¡Niall! ¿Qué haces aquí?
- ¿No está Taylor?
- Aún está durmiendo... ¿por qué?
- Oh... cuando se despierte dile que venga nuestra habitación, tengo que hablar con ella.
- Vale, sin problema.
- Gracias. Adiós, Kelly.
- Hasta luego.
Fui a nuestra habitación y me fijé en las camas. Liam estaba despierto con su móvil en la mano, y Zayn seguía durmiendo. Pero no había ni rastro de Harry.
- Eh, Liam, ¿y Harry dónde está?
- Se ha ido ya hace más de media hora.
- ¿Y a dónde? - me extrañaba bastante que Harry se fuera tan pronto.
- Creo que iba a ver a Cathy.
¿Qué? Perdón, creí haberle dicho que no se acercara más a ella. ¿De qué cojones iba? ¡No me lo podía creer! Me tiré en mi cama y cerré los ojos. Prefería esperar a que llegara, quizás estaría más tranquilo y podría hablar con él con tranquilidad. No iba a llorar. Niall, se fuerte, no llores, no lo hagas... Pero lo hice, aunque en silencio. La necesitaba a mi lado, ya no podía más, pero era ella la que estaba enfadada conmigo. Yo no podía hacer nada más...
Aclaración. (Pequeño paréntesis)
A partir de ahora, en algunos sitios voy a poner nombres de canciones que encajen con la historia. Por ejemplo, si algún lugar de un capítulo pongo: {Reproducir: Moments} , pues es recomendable que para vivir la historia, por así decirlo, escuchéis Moments mientras la leeis.
¿Os parece una buena idea? Dejadme un comentario :3 ¡Os quiero!
¿Os parece una buena idea? Dejadme un comentario :3 ¡Os quiero!
miércoles, 22 de febrero de 2012
Capítulo 45.
~~Narrador: Niall~~
A la mañana siguiente me desperté muy, muy temprano. Eran alrededor de las siete de la mañana, y el resto seguían dormidos. Así que decidí coger la Blackberry y consultar el twitter. Como siempre, tenía miles de nuevos mensajes de las fans. Me sacaban una sonrisa todos los días. Decidí echarle un vistazo a la "time line" para mirar qué habían escrito mis amigos de Mullingar y demás. Y entonces, me encontré con algo que sería mejor no haber visto. Tiré el móvil encima de la cama y me senté con las piernas recogidas, mientras unas lágrimas resbalaban por mis mejillas. Ya sí que era imposible volver a conciliar el sueño. Un montón de recuerdos vinieron a mi cabeza. Cuando le dije que la quería, pero seguimos siendo amigos; cuando pelee con Harry por ella; la primera vez que la besé y sentí aquello tan especial; cuando les dijimos a los demás lo nuestro; su primer "te quiero", y el primero que le dije yo; aquella noche tan perfecta, que aunque nos hizo sufrir a los dos, terminó bien; y por último, la pasada tarde, esa tarde en la que quizás todo había terminado. Quizás había sido tan estúpido que no la supe apreciar. Y quizás aquel beso cuando la ayudé a levantarse había sido el último. Porque... ¿quién me dice que me perdonará? Quizás aún me faltaban muchas lágrima que derramar por ella. Quería despertar a Harry, quería gritarle y desahogarme con él. Debía hacerlo y terminar de una vez con aquello. Y así lo hice.
- ¡Harry! - grité.
Encendí la luz y me levanté de la cama, con lo que desperté a todos.
- ¿Eh? - Harry se frotó los ojos mientras se incorporaba en la cama.- ¿Qué pasa?
- Sabes perfectamente lo que pasa. ¡Baja aquí ahora mismo!
- Eh tío, tranquilito. No hay ninguna prisa, son... - miró su reloj - las siete de la mañana, joder.
- ¡De tranquilito nada! Baja aquí, coño.
Refunfuñó un par de veces y bajó sin darse mucha prisa, despacio por las escaleras de hierro de la litera.
- ¿Qué cojones te pasa? - dije sin pensarlo dos veces.- ¿Te crees que es divertido, no?
- ¿Divertido el qué? - parecía bastante confuso.
- Las chicas no son un puto premio, ¿vale?
- ¿A qué viene eso ahora?
- ¡A que dejes a Cathy en paz, joder!
- Eh eh... vale, ya sé de qué va todo esto. Pero no soy sólo yo, ¿sabes?
- Ah, que aún encima le vas a echar la culpa a ella... no te jode.
- Si ella no quisiera, yo no iba a forzarla, Niall. Sabes que respeto a las chicas.
- ¡JA, JA Y JA! No te lo crees ni tú... Las respetas cuando te da la gana. ¡Y te repito que te alejes de ella!
- Ella me quiere, Niall. Y yo la quiero a ella.
- ¡Cállate!
Sin querer, comencé a llorar de nuevo. A lo mejor de rabia, o a lo mejor de tristeza; no estaba muy seguro.
- Niall, yo no quiero que llores. No quiero que sufras, pero...
- ¡Eres un gilipollas! ¿Y sabes qué? Ya no importa, gánatela si quieres. Pero trátala bien.
Cogí algo de ropa para vestirme, mientras Harry me hablaba por detrás, pidiendo perdón y hablando de ella; a veces como si fuera un premio, lo que me molestaba bastante, pero no le hice caso y me metí en el baño para darme una ducha antes de salir.
Cuando terminé, sin haberme secado el pelo, salí y decidí ir a dar una vuelta por Londres. Era una ciudad realmente preciosa, pero echaba mucho de menos Mullingar. Nos quedaríamos en Londres aproximadamente una semana más, y luego iríamos a Manchester y Liverpool. Manchester... genial, otro motivo para pensar en ella.
Después de aproximadamente una hora caminando, llegué a un Starbucks sin mucha gente y decidí entrar a pedir un chocolate caliente y un muffin con chocolate. Y ya de paso, una galleta. Por qué no. Era el desayuno. Lo comí en la terraza, a la luz del sol del amanecer. Era el único Starbucks con terraza de Londres, y me alegré de haber llegado hasta él. Mi pelo aún estaba húmedo, así que cuando venía algo de brisa, me hacía estremecer un poco del ligero frío que sentía en la nuca. Sin darme cuenta, pasó una hora volando. Claro, con todo lo que tenía en la cabeza, ya perdía hasta la noción del tiempo. Revolví mi pelo y me puse de nuevo en camino. Decidí que sería mejor dar la vuelta, aunque no tenía muchas ganas de encontrarme con Harry otra vez, o con Cathy... Qué demonios. Seguí por el lado contrario para alejarme aún más del problema. Conocía Londres de sobra, sabría volver sin problema. Quizás aquella noche volvería, o quizás más pronto... De momento, sólo quería olvidar todo.
Después de un rato, dos chicas se me acercaron tímidas.
- ¿Niall?
- Sí, soy yo - dije sonriendo sin muchas ganas.
- ¿Nos puedes firmar las camisetas? - preguntó una de ellas con las manos en las mejillas. Estaba algo colorada.
- ¡Por supuesto!
Me ofrecieron un rotulador y se dieron la vuelta. Les firmé en grande, intentando ocupar el mayor espacio posible con mi nombre, y les devolví el rotulador.
- ¡Muchas gracias, Niall!
- No hay de qué. ¿Un abrazo?
Necesita un poco de cariño de alguna fan, así que cogí a cada una con un brazo y les abracé con fuerza.
- Hasta otra, chicas.
- ¡Adiós! - dijeron a la vez.
Cuando me alejé, las escuché reír emocionadas. Eso me hizo sonreír. Me encantaba ver a nuestras fans contentas.
Comenzaba a sentirme algo cansado de tanto andar, pero no quería parar. Andar me ayudaba a pensar, a reflexionar. Debía recuperar a Cathy de alguna manera, ¿pero cómo? Pensé durante varios minutos, intentando obtener una respuesta, hasta que la encontré. ¡Taylor! Ella me ayudaría. Era perfecto.
A la mañana siguiente me desperté muy, muy temprano. Eran alrededor de las siete de la mañana, y el resto seguían dormidos. Así que decidí coger la Blackberry y consultar el twitter. Como siempre, tenía miles de nuevos mensajes de las fans. Me sacaban una sonrisa todos los días. Decidí echarle un vistazo a la "time line" para mirar qué habían escrito mis amigos de Mullingar y demás. Y entonces, me encontré con algo que sería mejor no haber visto. Tiré el móvil encima de la cama y me senté con las piernas recogidas, mientras unas lágrimas resbalaban por mis mejillas. Ya sí que era imposible volver a conciliar el sueño. Un montón de recuerdos vinieron a mi cabeza. Cuando le dije que la quería, pero seguimos siendo amigos; cuando pelee con Harry por ella; la primera vez que la besé y sentí aquello tan especial; cuando les dijimos a los demás lo nuestro; su primer "te quiero", y el primero que le dije yo; aquella noche tan perfecta, que aunque nos hizo sufrir a los dos, terminó bien; y por último, la pasada tarde, esa tarde en la que quizás todo había terminado. Quizás había sido tan estúpido que no la supe apreciar. Y quizás aquel beso cuando la ayudé a levantarse había sido el último. Porque... ¿quién me dice que me perdonará? Quizás aún me faltaban muchas lágrima que derramar por ella. Quería despertar a Harry, quería gritarle y desahogarme con él. Debía hacerlo y terminar de una vez con aquello. Y así lo hice.
- ¡Harry! - grité.
Encendí la luz y me levanté de la cama, con lo que desperté a todos.
- ¿Eh? - Harry se frotó los ojos mientras se incorporaba en la cama.- ¿Qué pasa?
- Sabes perfectamente lo que pasa. ¡Baja aquí ahora mismo!
- Eh tío, tranquilito. No hay ninguna prisa, son... - miró su reloj - las siete de la mañana, joder.
- ¡De tranquilito nada! Baja aquí, coño.
Refunfuñó un par de veces y bajó sin darse mucha prisa, despacio por las escaleras de hierro de la litera.
- ¿Qué cojones te pasa? - dije sin pensarlo dos veces.- ¿Te crees que es divertido, no?
- ¿Divertido el qué? - parecía bastante confuso.
- Las chicas no son un puto premio, ¿vale?
- ¿A qué viene eso ahora?
- ¡A que dejes a Cathy en paz, joder!
- Eh eh... vale, ya sé de qué va todo esto. Pero no soy sólo yo, ¿sabes?
- Ah, que aún encima le vas a echar la culpa a ella... no te jode.
- Si ella no quisiera, yo no iba a forzarla, Niall. Sabes que respeto a las chicas.
- ¡JA, JA Y JA! No te lo crees ni tú... Las respetas cuando te da la gana. ¡Y te repito que te alejes de ella!
- Ella me quiere, Niall. Y yo la quiero a ella.
- ¡Cállate!
Sin querer, comencé a llorar de nuevo. A lo mejor de rabia, o a lo mejor de tristeza; no estaba muy seguro.
- Niall, yo no quiero que llores. No quiero que sufras, pero...
- ¡Eres un gilipollas! ¿Y sabes qué? Ya no importa, gánatela si quieres. Pero trátala bien.
Cogí algo de ropa para vestirme, mientras Harry me hablaba por detrás, pidiendo perdón y hablando de ella; a veces como si fuera un premio, lo que me molestaba bastante, pero no le hice caso y me metí en el baño para darme una ducha antes de salir.
Cuando terminé, sin haberme secado el pelo, salí y decidí ir a dar una vuelta por Londres. Era una ciudad realmente preciosa, pero echaba mucho de menos Mullingar. Nos quedaríamos en Londres aproximadamente una semana más, y luego iríamos a Manchester y Liverpool. Manchester... genial, otro motivo para pensar en ella.
Después de aproximadamente una hora caminando, llegué a un Starbucks sin mucha gente y decidí entrar a pedir un chocolate caliente y un muffin con chocolate. Y ya de paso, una galleta. Por qué no. Era el desayuno. Lo comí en la terraza, a la luz del sol del amanecer. Era el único Starbucks con terraza de Londres, y me alegré de haber llegado hasta él. Mi pelo aún estaba húmedo, así que cuando venía algo de brisa, me hacía estremecer un poco del ligero frío que sentía en la nuca. Sin darme cuenta, pasó una hora volando. Claro, con todo lo que tenía en la cabeza, ya perdía hasta la noción del tiempo. Revolví mi pelo y me puse de nuevo en camino. Decidí que sería mejor dar la vuelta, aunque no tenía muchas ganas de encontrarme con Harry otra vez, o con Cathy... Qué demonios. Seguí por el lado contrario para alejarme aún más del problema. Conocía Londres de sobra, sabría volver sin problema. Quizás aquella noche volvería, o quizás más pronto... De momento, sólo quería olvidar todo.
Después de un rato, dos chicas se me acercaron tímidas.
- ¿Niall?
- Sí, soy yo - dije sonriendo sin muchas ganas.
- ¿Nos puedes firmar las camisetas? - preguntó una de ellas con las manos en las mejillas. Estaba algo colorada.
- ¡Por supuesto!
Me ofrecieron un rotulador y se dieron la vuelta. Les firmé en grande, intentando ocupar el mayor espacio posible con mi nombre, y les devolví el rotulador.
- ¡Muchas gracias, Niall!
- No hay de qué. ¿Un abrazo?
Necesita un poco de cariño de alguna fan, así que cogí a cada una con un brazo y les abracé con fuerza.
- Hasta otra, chicas.
- ¡Adiós! - dijeron a la vez.
Cuando me alejé, las escuché reír emocionadas. Eso me hizo sonreír. Me encantaba ver a nuestras fans contentas.
Comenzaba a sentirme algo cansado de tanto andar, pero no quería parar. Andar me ayudaba a pensar, a reflexionar. Debía recuperar a Cathy de alguna manera, ¿pero cómo? Pensé durante varios minutos, intentando obtener una respuesta, hasta que la encontré. ¡Taylor! Ella me ayudaría. Era perfecto.
Capítulo 44.
Me acerqué aún más a ella. Noté cómo se le borraba aquella estupenda sonrisa de la cara, pero por estar triste o enfadada, no. No era eso. Ya sólo nos separaban milímetros. "¡Hazlo, Harry, hazlo!" decía una parte de mí. "¡No, no lo hagas!" decía otra. No sabía qué hacer, pero finalmente me ganó la primera de ellas. Y cuando ya notaba un pequeño roce entre nuestros labios, sonaron unas llaves en la puerta.
No me lo podía creer. No sabía quién era, pero deseaba que se fuera en ese mismísimo instante. ¡Joder! Qué oportuno. Y cómo no, oí la voz de Zayn.
- Eh... ¿interrumpo algo?
- Pues la verdad es que sí - dije poniendo mi espalda recta.
- Lo siento. - dijo acercándose hacia nosotros.- Veo que has arreglado las cosas con... ¡¿Cathy?!
Oh, entiendo. Pensaba que estaba con Taylor. Pues no, amigo mío, no lo estaba.
Cathy se levantó, dejándome caer sobre el sofá.
- Ho...hola Zayn. No es lo que parece, te lo aseguro...
- Ya... claro. Pensé que serías Taylor porque ella ha subido también hace un momento... Supongo que estará en vuestra habitación.
- Bueno, Zayn, ¿qué quieres? - dije poniéndome yo también de pie.
- Pues tenía pensado acostarme ya. Estoy cansadísimo. Los chicos vienen también ahí. Ah, y Cathy... tienes suerte de que haya llegado yo antes y no Niall.
~~Narrador: Cathy~~
- ¿Suerte? Hm, tampoco sería para tanto.
- ¿Que no?
- No. - me callé durante unos escasos segundos, y al final decidí decirlo - Ya no me importa. Que piense lo que quiera.
- Pero... - comenzó Zayn.
- Pero nada. Por cierto, ¿sabes si Niall tiene pensado devolverme mis llaves?
- ¿Tus llaves?
- Sí, se las di antes de que saliéramos de aquí, porque yo no tenía dónde guardarlas.
- Pues no ha dicho nada...
- Da igual. Ya se lo pregunto yo. Adiós, Harry.
- Hasta mañana.
Se me escapó una pequeña sonrisa, sin dejar que nadie me la viera, y salí de allí rápidamente. Esperé en el pasillo a que llegaran todos hasta que los vi llegando por las escaleras. Niall iba sonriendo hablando con Louis. Les oí decir algo:
- Gracias por decírmelo, no te sientas culpable por nada - le decía Louis.
- Es que necesitaba saberlo... Pero ahora me siento un poco mal...
En cuanto me vio se calló y comenzó a cruzar el pasillo. Cuando iba a abrir la puerta, le paré.
- Niall, ¿vas a devolverme mis llaves?
Se quedó callado un buen rato, mirándome casi hipnotizado. Pero yo no me sentía ya mal para nada. Harry me había reconfortado mucho... Quizás empezaba a sentir algo más que amistad por él.
- Ah, sí. Se me olvidaba. - metió su mano en el bolsillo trasero y las dejó caer sobra mi mano.- Ahí tienes.
- Gracias - dije secamente.
Las chicas ya habían entrado en la habitación, y cuando me vieron aparecer me empezaron a acribillar a preguntas.
- ¿Qué estabas hablando con Niall? - preguntó Audrey.
- ¿Lo vais a arreglar? - dijo Kelly.
- No. Sólo le dije que me devolviera las llaves que me había guardado.
- Oh... - suspiró Audrey - Pues qué pena... ¿No piensas hablar con él para solucionarlo?
- De momento no. Estoy bien así.
Taylor no había dicho una sola palabra. Seguía muy enfadada conmigo, y no la culpo, la verdad... Pero Harry había confiado en ella totalmente, y mirad... Yo ya no sabía de qué parte estar. Simplemente me daban ganas de desaparecer. De que la quiera me tragase hasta que todo se solucionara. O volver atrás en el tiempo y saber callarme la boca; sí, esa también sería una buenísima solución. Pero no era posible. Tendría que apechugar con lo que había hecho.
Después de cambiarnos todas, nos metimos en cama e intentamos dormir. Digo intentamos porque yo lo único que hice fue dar vueltas. Entre el calor y las cosas en las que tenía que pensar, parecía ir a ser una noche horrible. Sin despertar a las demás, que sí podían dormir, cogí mi móvil y me conecté a twitter. Desde que se habían enterado de que estaba con Niall tenía muchos más seguidores, y muchas chicas, por supuesto todas directioners, me preguntaban por ellos, o incluso por mí misma. Las había que me querían, otras me odiaban... Incluso recibía algún que otro insulto o amenaza. Me hacían sentir bastante mal. Decidí escribir algo: "No puedo dormir... ¿alguna idea para ayudarme?" A los pocos segundos, ya había gente contestándome. La mayoría de las respuestas me hacían sonreír, e incluso di retweet a un par de ellas. Pero hubo una que me importó mucho más que las demás. "¿Tú tampoco puedes? Pues ya somos dos, pequeña.". Era de Harry. Estuvimos hablando por twitter durante un buen rato.
"Estoy nerviosa... No sé por qué..."
"Yo estoy igual. Lo de hoy... me ha hecho pensar."
"A mí también... La verdad, no sé si quiero perdonar a Niall..."
"No digas eso. Ahora me siento un mal amigo."
"No lo eres, simplemente te has dejado llevar. Eso no es malo."
"Cuando te dejas llevar con la novia de tu amigo, sí lo es."
"Yo creo que ya no soy ni su novia..."
"Aún no habéis cortado, Cath."
"Ya... pero estamos a punto. Creo que mañana lo haré..."
"¡Eh, eh! No, no lo harás, ¿recuerdas lo que me prometiste? Como lo hagas te ganas las cosquillas."
"Hahaha... idiota."
"Como tú, linda. xx"
"Sí, intenta arreglarlo con un piropo... ¡ANDA! Hahaha."
"Haha el piropo iba en serio."
"No te lo crees ni tú."
"Yo sí me lo creo. Eres tú la cabezota."
"Bueno, me está empezando a entrar el sueño... Me voy a dormir ya."
"Sueña con los angelitos, preciosa."
Se me ocurrió responderle algo que me pareció un poco inoportuno, pero al final, me decidí.
"Entonces soñaré contigo. Te quiero. xx"
Apagué el móvil y lo metí de nuevo en el bolso. Me acosté con una sonrisa en la cara, pensando en lo que acababa de pasar. Era un chico tan encantador... Miré a Taylor dormir. Parecía tener una pesadilla por la mala expresión en la cara. Me sentía mal por una parte, porque sabía el fuerte sentimiento que tenía por Harry, pero ahora él estaba siendo mi mayor apoyo y necesitaba tenerlo a mi lado. Y al parecer, a mi corazón no le bastaba con tenerlo como amigo, sino que quería algo más...
Me acordé de aquel problema en el restaurante en el que Niall durmió en nuestro cuarto con un buen moratón en el ojo. Lo que había hecho por mí nunca lo iba a olvidar, pero... Harry... era Harry. ¡Era Harry Styles! ¡Pero también era Niall Horan! Por el amor de dios, ¿qué me estaba pasando?
No me lo podía creer. No sabía quién era, pero deseaba que se fuera en ese mismísimo instante. ¡Joder! Qué oportuno. Y cómo no, oí la voz de Zayn.
- Eh... ¿interrumpo algo?
- Pues la verdad es que sí - dije poniendo mi espalda recta.
- Lo siento. - dijo acercándose hacia nosotros.- Veo que has arreglado las cosas con... ¡¿Cathy?!
Oh, entiendo. Pensaba que estaba con Taylor. Pues no, amigo mío, no lo estaba.
Cathy se levantó, dejándome caer sobre el sofá.
- Ho...hola Zayn. No es lo que parece, te lo aseguro...
- Ya... claro. Pensé que serías Taylor porque ella ha subido también hace un momento... Supongo que estará en vuestra habitación.
- Bueno, Zayn, ¿qué quieres? - dije poniéndome yo también de pie.
- Pues tenía pensado acostarme ya. Estoy cansadísimo. Los chicos vienen también ahí. Ah, y Cathy... tienes suerte de que haya llegado yo antes y no Niall.
~~Narrador: Cathy~~
- ¿Suerte? Hm, tampoco sería para tanto.
- ¿Que no?
- No. - me callé durante unos escasos segundos, y al final decidí decirlo - Ya no me importa. Que piense lo que quiera.
- Pero... - comenzó Zayn.
- Pero nada. Por cierto, ¿sabes si Niall tiene pensado devolverme mis llaves?
- ¿Tus llaves?
- Sí, se las di antes de que saliéramos de aquí, porque yo no tenía dónde guardarlas.
- Pues no ha dicho nada...
- Da igual. Ya se lo pregunto yo. Adiós, Harry.
- Hasta mañana.
Se me escapó una pequeña sonrisa, sin dejar que nadie me la viera, y salí de allí rápidamente. Esperé en el pasillo a que llegaran todos hasta que los vi llegando por las escaleras. Niall iba sonriendo hablando con Louis. Les oí decir algo:
- Gracias por decírmelo, no te sientas culpable por nada - le decía Louis.
- Es que necesitaba saberlo... Pero ahora me siento un poco mal...
En cuanto me vio se calló y comenzó a cruzar el pasillo. Cuando iba a abrir la puerta, le paré.
- Niall, ¿vas a devolverme mis llaves?
Se quedó callado un buen rato, mirándome casi hipnotizado. Pero yo no me sentía ya mal para nada. Harry me había reconfortado mucho... Quizás empezaba a sentir algo más que amistad por él.
- Ah, sí. Se me olvidaba. - metió su mano en el bolsillo trasero y las dejó caer sobra mi mano.- Ahí tienes.
- Gracias - dije secamente.
Las chicas ya habían entrado en la habitación, y cuando me vieron aparecer me empezaron a acribillar a preguntas.
- ¿Qué estabas hablando con Niall? - preguntó Audrey.
- ¿Lo vais a arreglar? - dijo Kelly.
- No. Sólo le dije que me devolviera las llaves que me había guardado.
- Oh... - suspiró Audrey - Pues qué pena... ¿No piensas hablar con él para solucionarlo?
- De momento no. Estoy bien así.
Taylor no había dicho una sola palabra. Seguía muy enfadada conmigo, y no la culpo, la verdad... Pero Harry había confiado en ella totalmente, y mirad... Yo ya no sabía de qué parte estar. Simplemente me daban ganas de desaparecer. De que la quiera me tragase hasta que todo se solucionara. O volver atrás en el tiempo y saber callarme la boca; sí, esa también sería una buenísima solución. Pero no era posible. Tendría que apechugar con lo que había hecho.
Después de cambiarnos todas, nos metimos en cama e intentamos dormir. Digo intentamos porque yo lo único que hice fue dar vueltas. Entre el calor y las cosas en las que tenía que pensar, parecía ir a ser una noche horrible. Sin despertar a las demás, que sí podían dormir, cogí mi móvil y me conecté a twitter. Desde que se habían enterado de que estaba con Niall tenía muchos más seguidores, y muchas chicas, por supuesto todas directioners, me preguntaban por ellos, o incluso por mí misma. Las había que me querían, otras me odiaban... Incluso recibía algún que otro insulto o amenaza. Me hacían sentir bastante mal. Decidí escribir algo: "No puedo dormir... ¿alguna idea para ayudarme?" A los pocos segundos, ya había gente contestándome. La mayoría de las respuestas me hacían sonreír, e incluso di retweet a un par de ellas. Pero hubo una que me importó mucho más que las demás. "¿Tú tampoco puedes? Pues ya somos dos, pequeña.". Era de Harry. Estuvimos hablando por twitter durante un buen rato.
"Estoy nerviosa... No sé por qué..."
"Yo estoy igual. Lo de hoy... me ha hecho pensar."
"A mí también... La verdad, no sé si quiero perdonar a Niall..."
"No digas eso. Ahora me siento un mal amigo."
"No lo eres, simplemente te has dejado llevar. Eso no es malo."
"Cuando te dejas llevar con la novia de tu amigo, sí lo es."
"Yo creo que ya no soy ni su novia..."
"Aún no habéis cortado, Cath."
"Ya... pero estamos a punto. Creo que mañana lo haré..."
"¡Eh, eh! No, no lo harás, ¿recuerdas lo que me prometiste? Como lo hagas te ganas las cosquillas."
"Hahaha... idiota."
"Como tú, linda. xx"
"Sí, intenta arreglarlo con un piropo... ¡ANDA! Hahaha."
"Haha el piropo iba en serio."
"No te lo crees ni tú."
"Yo sí me lo creo. Eres tú la cabezota."
"Bueno, me está empezando a entrar el sueño... Me voy a dormir ya."
"Sueña con los angelitos, preciosa."
Se me ocurrió responderle algo que me pareció un poco inoportuno, pero al final, me decidí.
"Entonces soñaré contigo. Te quiero. xx"
Apagué el móvil y lo metí de nuevo en el bolso. Me acosté con una sonrisa en la cara, pensando en lo que acababa de pasar. Era un chico tan encantador... Miré a Taylor dormir. Parecía tener una pesadilla por la mala expresión en la cara. Me sentía mal por una parte, porque sabía el fuerte sentimiento que tenía por Harry, pero ahora él estaba siendo mi mayor apoyo y necesitaba tenerlo a mi lado. Y al parecer, a mi corazón no le bastaba con tenerlo como amigo, sino que quería algo más...
Me acordé de aquel problema en el restaurante en el que Niall durmió en nuestro cuarto con un buen moratón en el ojo. Lo que había hecho por mí nunca lo iba a olvidar, pero... Harry... era Harry. ¡Era Harry Styles! ¡Pero también era Niall Horan! Por el amor de dios, ¿qué me estaba pasando?
lunes, 20 de febrero de 2012
Capítulo 43.
~~Narrador: Harry~~
- ¡No voy a...!
Antes de poder terminar, noté una mano sobre mi hombro. Dejé de gritar y me giré. Era Cathy. Menos mal, ya pensé que iba a tener que echar a alguien a patadas de allí, pero a ella no le haría eso.
- Harry, tranquilízate, por favor.
- Cathy, ha hecho que mi mejor amigo me odie. No puedo tranquilizarme.
Ella miró a Taylor, o eso creo, durante unos segundos, y luego volvió a dirigir la vista hacia mí.
- Harry, te entiendo perfectamente, pero por favor no la trates así. Porque yo también me siento mal.
Suspiré y miré al suelo. La verdad, me sabía mal gritarle a Taylor, pero estaba enfadado, realmente enfadado, y no podía hacer nada.
- Anda, ven conmigo. - dijo Cathy cogiendo mi mano.
Me llevó escaleras arriba, y yo no protesté. Es más, me sentía relajado al irme de allí. No sabía por qué, pero con Cathy me sentí mucho mejor. Y el contacto de su mano me hizo tranquilizarme. Era una chica genial, realmente estupenda. Pero yo no sentía nada por ella... ¿verdad? No no no, de ninguna manera. Era ella como mi hermanita pequeña, no podía ser...
Llegamos al segundo piso y nos paramos en el pasillo.
- Harry, no aguanto más esta situación...
- No, si yo estoy igual... Odio estar enfadado con Taylor.
- Ahora más que nunca necesito tu apoyo, en serio.
Me abrazó con fuerza, y oí un pequeño sollozo.
- Eh, pequeña - dije acariciando su cabeza.- Pero no llores. ¿Quieres que hablemos en la habitación?
- Vale - asintió y se separó de mí. - Mierda, Niall tiene mis llaves...
- No pasa nada, ven a la nuestra.
Abrí con un poco dificultad la puerta, debido a que las manos me temblaban, y le dejé pasar a ella primero.
Una vez dentro, los dos nos sentamos en el sofá, muy juntos. No sabía lo que me estaba pasando. Quizás... no, no y no. Era mi amiga. Harry, joder, saca ese pensamiento de tu mente. Sequé las lágrimas que aún humedecían sus mejillas.
- Es que... no... no puedo. No puedo con todo esto. Es como si ya no pudiera confiar en él.
- Me pasa exactamente lo mismo con Taylor. ¡Louis me odia por su culpa! Y él es mi mejor amigo... no sé qué voy a hacer.
- Si quieres, puedo hablar con Louis...
- No, déjalo. Si todo esto ha sido por mi culpa, tú no tienes que hacer nada.
Ella asintió y miró al suelo. Coloqué mis dedos en su mentón para que nuestras miradas se encontraran.
- Oye, Cathy, anímate por favor. Odio verte así.
- Es que no puedo...
- Habla con Niall. Será lo mejor.
- No, todavía no...
- ¿Por qué no?
- Porque sigo enfadada, y sé que con cualquier argumento que intente defenderse yo ya no podré razonar y me pondré a gritar...
- Vale. Entonces... ¿mañana?
- Quizás. Pero si tú hablas con Taylor.
Resoplé. Eso era chantaje. Me reí por un momento, y ella me miró sonriendo de medio lado. ¡Al fin, le había sacado una sonrisa!
- ¿De qué te ríes?
- ¡De que eres una chantajista!
- ¡Mentira! - se le escapó una pequeña risa.
- ¡Verdad!
- Que no.
Me dio un pequeño golpe en el hombro y yo le agarré las muñecas, manteniéndolas sobre sus piernas con una sola mano, mientras con la otra le apuntaba.
- No me pegues o sufrirás las consecuencias.
Ella reía y se revolvía para deshacerse de mí, pero no lo conseguía. Acabé encima de ella, tumbados en el sofá y riendo fuerte. Aún no se había deshecho de mí. Pobre inocente.
- ¡Harry, suéltame!
- No, por pegarme. Ahora te aguantas.
Levantó su cabeza para acercarla a la mía.
- Cuando me levante de aquí ya verás tú...
No pude evitar soltar una sonora carcajada. ¿Qué me iba a hacer esa enana a mí? Pero hay que ver cómo la quería. Quizás demasiado.
Seguimos así un rato. En un momento en concreto, sin saber cómo, nuestras caras quedaron a escasos centímetros. Los dos sonriendo y respirando fuerte debido al esfuerzo de ambos.
- Eres un completo imbécil, Styles.
- Aprendí de la mejor - dije sacando la lengua.
- Serás tonto.
- ¿Yo? Quieres volver a sufrir mis cosquillas, ¿verdad?
- ¡No no no no no! ¡No lo hagas!
Seguía sonriendo, sin dejar de mirarle a los ojos y sin apartarme un sólo milímetro. Para qué mentir, estaba deseando hacerlo. Besarla. Con todas mis fuerzas. Pero no podía hacerle eso ni ella, ni a Niall... ni a Taylor.
- Voy a hacerlo como no te calles.
- ¡Vale, vale! ¡Ya me callo! Pero por favor, no me hagas cosquillas otra vez.
- Mira, no lo hago, por la carita que me estás poniendo tan mona, que sino... ibas a ver tú lo que eran cosquillas de verdad.
- Es que soy irresistible.
Reí por fuera, pero por dentro pensaba "y no sabes hasta qué punto". Ella rió conmigo, apartando su mirada de mí.
Cuando volvió a fijar sus ojos en los míos, un escalofrío me recorrió el cuerpo. Pensé en el daño que le había hecho aquella vez, en el restaurante, cuando intenté acostarme con ella. Pero ahora era diferente. Ahora la quería de verdad, y mi corazón sentía un impulso enorme. Me creía capaz de controlarlo al principio, mi mente me decía que no, que estaba mal... Pero a veces los impulsos físicos te pueden.
- ¡No voy a...!
Antes de poder terminar, noté una mano sobre mi hombro. Dejé de gritar y me giré. Era Cathy. Menos mal, ya pensé que iba a tener que echar a alguien a patadas de allí, pero a ella no le haría eso.
- Harry, tranquilízate, por favor.
- Cathy, ha hecho que mi mejor amigo me odie. No puedo tranquilizarme.
Ella miró a Taylor, o eso creo, durante unos segundos, y luego volvió a dirigir la vista hacia mí.
- Harry, te entiendo perfectamente, pero por favor no la trates así. Porque yo también me siento mal.
Suspiré y miré al suelo. La verdad, me sabía mal gritarle a Taylor, pero estaba enfadado, realmente enfadado, y no podía hacer nada.
- Anda, ven conmigo. - dijo Cathy cogiendo mi mano.
Me llevó escaleras arriba, y yo no protesté. Es más, me sentía relajado al irme de allí. No sabía por qué, pero con Cathy me sentí mucho mejor. Y el contacto de su mano me hizo tranquilizarme. Era una chica genial, realmente estupenda. Pero yo no sentía nada por ella... ¿verdad? No no no, de ninguna manera. Era ella como mi hermanita pequeña, no podía ser...
Llegamos al segundo piso y nos paramos en el pasillo.
- Harry, no aguanto más esta situación...
- No, si yo estoy igual... Odio estar enfadado con Taylor.
- Ahora más que nunca necesito tu apoyo, en serio.
Me abrazó con fuerza, y oí un pequeño sollozo.
- Eh, pequeña - dije acariciando su cabeza.- Pero no llores. ¿Quieres que hablemos en la habitación?
- Vale - asintió y se separó de mí. - Mierda, Niall tiene mis llaves...
- No pasa nada, ven a la nuestra.
Abrí con un poco dificultad la puerta, debido a que las manos me temblaban, y le dejé pasar a ella primero.
Una vez dentro, los dos nos sentamos en el sofá, muy juntos. No sabía lo que me estaba pasando. Quizás... no, no y no. Era mi amiga. Harry, joder, saca ese pensamiento de tu mente. Sequé las lágrimas que aún humedecían sus mejillas.
- Es que... no... no puedo. No puedo con todo esto. Es como si ya no pudiera confiar en él.
- Me pasa exactamente lo mismo con Taylor. ¡Louis me odia por su culpa! Y él es mi mejor amigo... no sé qué voy a hacer.
- Si quieres, puedo hablar con Louis...
- No, déjalo. Si todo esto ha sido por mi culpa, tú no tienes que hacer nada.
Ella asintió y miró al suelo. Coloqué mis dedos en su mentón para que nuestras miradas se encontraran.
- Oye, Cathy, anímate por favor. Odio verte así.
- Es que no puedo...
- Habla con Niall. Será lo mejor.
- No, todavía no...
- ¿Por qué no?
- Porque sigo enfadada, y sé que con cualquier argumento que intente defenderse yo ya no podré razonar y me pondré a gritar...
- Vale. Entonces... ¿mañana?
- Quizás. Pero si tú hablas con Taylor.
Resoplé. Eso era chantaje. Me reí por un momento, y ella me miró sonriendo de medio lado. ¡Al fin, le había sacado una sonrisa!
- ¿De qué te ríes?
- ¡De que eres una chantajista!
- ¡Mentira! - se le escapó una pequeña risa.
- ¡Verdad!
- Que no.
Me dio un pequeño golpe en el hombro y yo le agarré las muñecas, manteniéndolas sobre sus piernas con una sola mano, mientras con la otra le apuntaba.
- No me pegues o sufrirás las consecuencias.
Ella reía y se revolvía para deshacerse de mí, pero no lo conseguía. Acabé encima de ella, tumbados en el sofá y riendo fuerte. Aún no se había deshecho de mí. Pobre inocente.
- ¡Harry, suéltame!
- No, por pegarme. Ahora te aguantas.
Levantó su cabeza para acercarla a la mía.
- Cuando me levante de aquí ya verás tú...
No pude evitar soltar una sonora carcajada. ¿Qué me iba a hacer esa enana a mí? Pero hay que ver cómo la quería. Quizás demasiado.
Seguimos así un rato. En un momento en concreto, sin saber cómo, nuestras caras quedaron a escasos centímetros. Los dos sonriendo y respirando fuerte debido al esfuerzo de ambos.
- Eres un completo imbécil, Styles.
- Aprendí de la mejor - dije sacando la lengua.
- Serás tonto.
- ¿Yo? Quieres volver a sufrir mis cosquillas, ¿verdad?
- ¡No no no no no! ¡No lo hagas!
Seguía sonriendo, sin dejar de mirarle a los ojos y sin apartarme un sólo milímetro. Para qué mentir, estaba deseando hacerlo. Besarla. Con todas mis fuerzas. Pero no podía hacerle eso ni ella, ni a Niall... ni a Taylor.
- Voy a hacerlo como no te calles.
- ¡Vale, vale! ¡Ya me callo! Pero por favor, no me hagas cosquillas otra vez.
- Mira, no lo hago, por la carita que me estás poniendo tan mona, que sino... ibas a ver tú lo que eran cosquillas de verdad.
- Es que soy irresistible.
Reí por fuera, pero por dentro pensaba "y no sabes hasta qué punto". Ella rió conmigo, apartando su mirada de mí.
Cuando volvió a fijar sus ojos en los míos, un escalofrío me recorrió el cuerpo. Pensé en el daño que le había hecho aquella vez, en el restaurante, cuando intenté acostarme con ella. Pero ahora era diferente. Ahora la quería de verdad, y mi corazón sentía un impulso enorme. Me creía capaz de controlarlo al principio, mi mente me decía que no, que estaba mal... Pero a veces los impulsos físicos te pueden.
domingo, 12 de febrero de 2012
Capítulo 42.
~~Narrador: Harry~~
- ¿Qué pasa? - pregunté un poco preocupado. Louis parecía enfadado.
- ¿No te habrás ido de la lengua verdad?
- ¿Qué?
- Sabes perfectamente de lo que te hablo, no intentes escaquearte.
- Pero... - me resigné y solté el aire de golpe en un gran suspiro. - Bueno, se lo he contado a Taylor, ¡pero sólo a ella! ¡Lo siento, de veras! Es que ella es mi novia, y su amiga... no sé, me parecía bien contárselo.
- Claro, incluso después de que un amigo te hubiera dicho que por favor no dijeras nada... y después de haberlo prometido.
- Louis, lo siento, joder. No quería...
- No no, ya sé lo que vas a decir. Y mejor cállate. Mira da igual, me voy al hotel. Pasadlo bien.
Louis se levantó bruscamente, quitó los zapatos que no eran suyos de su mochila y se fue con ésta al hombro.
- ¡Louis! ¡Venga, tío! ¡Que no es para tanto!
Pero no volvió. En realidad sí lo era. Pero... Taylor. Ella se acercó a mí por la espalda y me rodeó con sus brazos.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó con voz cantarina.- He visto que se ha ido Louis.
- Nada.
Hice que me soltara y me alejé un poco de ella.
- Harry, no me mientas...
Kelly y Liam también se acercaron al ver el panorama.
- No, no me mientas tú. ¿A quién se lo has contado? - me estaba empezando a enfadar de verdad. Mi mejor amigo se había ido por su culpa, por romper la promesa que me hizo.
- ¿El qué?
- Tú lo sabes muy bien. Lo de Louis, lo que me prometiste que no contarías a nadie. Absolutamente a nadie, Taylor.
- Yo... es que... - suspiró y miró al suelo.- Se lo he contado a Cathy, ¡pero entiéndeme Harry! - dijo levantando la vista de nuevo.- ¡Es mi mejor amiga!
- ¡Pero me lo habías prometido!
- Lo sé... Y lo siento. ¡Cathy! Te había dicho que...
- ¡No! No cambies de tema, Cathy sólo quiso contárselo a su novio, como yo quise hacer contigo, pero se ve la confianza se fue hace mucho tiempo. Desde que apareció Hollie, no ha vuelto a ser lo mismo...
Yo también tenía ganas de irme, y lo hice. Cogí mis zapatos en una mano, los que Louis había dejado allí hacía unos minutos, y me fui patinando. Quería desaparecer lo antes posible. Oí las llamadas de Taylor, y sus pasos hacia mí, pero éstos pararon mientras yo seguí andando. La confianza se había desvanecido, estaba más que claro.
~~Narrador: Cathy~~
- ¿Cómo me has podido hacer ésto?
- ¡No sólo ha sido culpa mía!
- ¡Me lo prometiste! ¡Sabías que Harry no me lo perdonaría! - unas débiles lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.
- Vamos, Taylor. Perdóname... - me levanté para ir a su lado.
- ¡No! ¡No voy a perdonarte! Déjame tranquila.
- No te voy a dejar... Vamos... - puse una mano sobre su hombro.
Pero antes de darme cuenta de nada, me empujó y me caí al suelo.
- ¡Que me dejes tranquila!
Se alejó de allí sin ni siquiera coger sus zapatos, lo único que le importaba era Harry y se iba a buscarlo, dejándome con la palabra en la boca. No podía ni levantarme. Me sentía horriblemente mal.
Niall me tendió una mano para ayudar a levantarme, pero negué y me saqué los patines para poder levantarme por mi cuenta. Decidí ponerme ya mis zapatillas y me quedé sentada en el banco, sin decir nada.
Taylor me odiaba, y Niall... bueno, con Niall no quería hablar. La verdad, me había molestado mucho lo que me había dicho. Cuando vino a sentarse a mi lado, yo me alejé, mientras Kelly, Liam, Audrey y Zayn se mantenían a una distancia prudente. Parecían no enterarse muy bien de lo que pasaba.
- Ey, Cath, ¿qué pasa? - me dijo en voz baja. Parecía preocupado.
- ¿Que qué pasa? No sé... ¿que me gritaste sin motivo, quizás?
- ¿Te grité?
- ¡Sí, me gritaste! - estaba a punto de llorar.
- Pero, amor, si lo he hecho lo siento. Se me fue la cabeza, a todo el mundo le puede pasar.
- No es sólo que me hayas levantado la voz, Niall. Es que me has dicho "cállate", así por las buenas.
- Lo siento, Cathy, en serio. No quería que... bueno, que estuvieses así. Perdóname.
- No, Niall. Ahora no puedo perdonarte.
- ¡Pero tampoco ha sido para tanto!
- ¡Te dije que no le dijeras nada y no me hiciste caso! ¡Cómo si no te importara lo que yo tuviera que decir!
- Era algo importante, Cath. Por dios, también tienes que entenderme tú a mí.
- A ver, Niall. Mira, entiendo que fuera algo importante para ti, Louis es tu amigo, y eso lo comprendo. Pero no tenías que gritarme como lo hiciste y pasar de mí olímpicamente. Es que me ha sentado fatal, ¿entiendes? No... - casi no me salían las palabras.- No me podía creer que me hubieses dicho eso.
- Pero ya está, ya pasó. Lo siento, joder.
- No, ni lo siento ni nada.
Los demás debieron oírnos, ya que se acercaron y Audrey se puso en frente nuestra.
- Eh, chicos. Será mejor que nos vayamos todos ya, ¿no? Dentro de poco oscurecerá.
- Sí, vale. - dije con mala cara.
Guardamos todos los patines en la bolsa que quedaba con un poco de esfuerzo, ya que Louis se había llevado la otra. Una de las ruedas salí por fuera de la cremallera y era bastante gracioso. Pero mejor que llevarlo en una mano...
- Cathy, ven aquí.
Fui hasta ella, delante de todo, mientras Niall iba al final de todo.
- ¿Qué pasa?
- No, qué pasa con vosotros dos.
- Bah, nada. No importa.
- ¡Joder, Cathy! ¡Ya está bien de ocultarme las cosas, ¿no?!
- Aud, ha sido una estupidez, pero esa estupidez me ha dolido, punto. Se me pasará.
- Más te vale. Ahora, cuéntame qué estupidez ha sido.
- Que no, de verdad. Sé cómo te vas a poner y no quiero.
- Boh... pues vale.
Audrey aceleró el paso y Zayn fue detrás de ella. No los oí muy bien, pero creí escuchar mi nombre en algunas partes de la conversación y ver gestos exagerados en las manos de Audrey.
Caminé entre ellos y Kelly y Liam, mirando a las pequeñas nubes blancas del cielo y los edificios que se levantaban a nuestro lado. La verdad, odiaba estar enfadada con Niall, pero es que se había pasado.
Una vez llegamos al hotel, vimos a Taylor y a Harry hablando en uno de los sofás de la recepción. La cosa parecía no ir muy bien. Taylor estaba sentada, pero Harry se había levantado para poder mirarla desde más arriba. Le estaba casi gritando, y muchas miradas se desviaban hacia ellos de vez en cuando. En un acto de imbecilidad, fui a que Harry se calmara.
- ¿Qué pasa? - pregunté un poco preocupado. Louis parecía enfadado.
- ¿No te habrás ido de la lengua verdad?
- ¿Qué?
- Sabes perfectamente de lo que te hablo, no intentes escaquearte.
- Pero... - me resigné y solté el aire de golpe en un gran suspiro. - Bueno, se lo he contado a Taylor, ¡pero sólo a ella! ¡Lo siento, de veras! Es que ella es mi novia, y su amiga... no sé, me parecía bien contárselo.
- Claro, incluso después de que un amigo te hubiera dicho que por favor no dijeras nada... y después de haberlo prometido.
- Louis, lo siento, joder. No quería...
- No no, ya sé lo que vas a decir. Y mejor cállate. Mira da igual, me voy al hotel. Pasadlo bien.
Louis se levantó bruscamente, quitó los zapatos que no eran suyos de su mochila y se fue con ésta al hombro.
- ¡Louis! ¡Venga, tío! ¡Que no es para tanto!
Pero no volvió. En realidad sí lo era. Pero... Taylor. Ella se acercó a mí por la espalda y me rodeó con sus brazos.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó con voz cantarina.- He visto que se ha ido Louis.
- Nada.
Hice que me soltara y me alejé un poco de ella.
- Harry, no me mientas...
Kelly y Liam también se acercaron al ver el panorama.
- No, no me mientas tú. ¿A quién se lo has contado? - me estaba empezando a enfadar de verdad. Mi mejor amigo se había ido por su culpa, por romper la promesa que me hizo.
- ¿El qué?
- Tú lo sabes muy bien. Lo de Louis, lo que me prometiste que no contarías a nadie. Absolutamente a nadie, Taylor.
- Yo... es que... - suspiró y miró al suelo.- Se lo he contado a Cathy, ¡pero entiéndeme Harry! - dijo levantando la vista de nuevo.- ¡Es mi mejor amiga!
- ¡Pero me lo habías prometido!
- Lo sé... Y lo siento. ¡Cathy! Te había dicho que...
- ¡No! No cambies de tema, Cathy sólo quiso contárselo a su novio, como yo quise hacer contigo, pero se ve la confianza se fue hace mucho tiempo. Desde que apareció Hollie, no ha vuelto a ser lo mismo...
Yo también tenía ganas de irme, y lo hice. Cogí mis zapatos en una mano, los que Louis había dejado allí hacía unos minutos, y me fui patinando. Quería desaparecer lo antes posible. Oí las llamadas de Taylor, y sus pasos hacia mí, pero éstos pararon mientras yo seguí andando. La confianza se había desvanecido, estaba más que claro.
~~Narrador: Cathy~~
- ¿Cómo me has podido hacer ésto?
- ¡No sólo ha sido culpa mía!
- ¡Me lo prometiste! ¡Sabías que Harry no me lo perdonaría! - unas débiles lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.
- Vamos, Taylor. Perdóname... - me levanté para ir a su lado.
- ¡No! ¡No voy a perdonarte! Déjame tranquila.
- No te voy a dejar... Vamos... - puse una mano sobre su hombro.
Pero antes de darme cuenta de nada, me empujó y me caí al suelo.
- ¡Que me dejes tranquila!
Se alejó de allí sin ni siquiera coger sus zapatos, lo único que le importaba era Harry y se iba a buscarlo, dejándome con la palabra en la boca. No podía ni levantarme. Me sentía horriblemente mal.
Niall me tendió una mano para ayudar a levantarme, pero negué y me saqué los patines para poder levantarme por mi cuenta. Decidí ponerme ya mis zapatillas y me quedé sentada en el banco, sin decir nada.
Taylor me odiaba, y Niall... bueno, con Niall no quería hablar. La verdad, me había molestado mucho lo que me había dicho. Cuando vino a sentarse a mi lado, yo me alejé, mientras Kelly, Liam, Audrey y Zayn se mantenían a una distancia prudente. Parecían no enterarse muy bien de lo que pasaba.
- Ey, Cath, ¿qué pasa? - me dijo en voz baja. Parecía preocupado.
- ¿Que qué pasa? No sé... ¿que me gritaste sin motivo, quizás?
- ¿Te grité?
- ¡Sí, me gritaste! - estaba a punto de llorar.
- Pero, amor, si lo he hecho lo siento. Se me fue la cabeza, a todo el mundo le puede pasar.
- No es sólo que me hayas levantado la voz, Niall. Es que me has dicho "cállate", así por las buenas.
- Lo siento, Cathy, en serio. No quería que... bueno, que estuvieses así. Perdóname.
- No, Niall. Ahora no puedo perdonarte.
- ¡Pero tampoco ha sido para tanto!
- ¡Te dije que no le dijeras nada y no me hiciste caso! ¡Cómo si no te importara lo que yo tuviera que decir!
- Era algo importante, Cath. Por dios, también tienes que entenderme tú a mí.
- A ver, Niall. Mira, entiendo que fuera algo importante para ti, Louis es tu amigo, y eso lo comprendo. Pero no tenías que gritarme como lo hiciste y pasar de mí olímpicamente. Es que me ha sentado fatal, ¿entiendes? No... - casi no me salían las palabras.- No me podía creer que me hubieses dicho eso.
- Pero ya está, ya pasó. Lo siento, joder.
- No, ni lo siento ni nada.
Los demás debieron oírnos, ya que se acercaron y Audrey se puso en frente nuestra.
- Eh, chicos. Será mejor que nos vayamos todos ya, ¿no? Dentro de poco oscurecerá.
- Sí, vale. - dije con mala cara.
Guardamos todos los patines en la bolsa que quedaba con un poco de esfuerzo, ya que Louis se había llevado la otra. Una de las ruedas salí por fuera de la cremallera y era bastante gracioso. Pero mejor que llevarlo en una mano...
- Cathy, ven aquí.
Fui hasta ella, delante de todo, mientras Niall iba al final de todo.
- ¿Qué pasa?
- No, qué pasa con vosotros dos.
- Bah, nada. No importa.
- ¡Joder, Cathy! ¡Ya está bien de ocultarme las cosas, ¿no?!
- Aud, ha sido una estupidez, pero esa estupidez me ha dolido, punto. Se me pasará.
- Más te vale. Ahora, cuéntame qué estupidez ha sido.
- Que no, de verdad. Sé cómo te vas a poner y no quiero.
- Boh... pues vale.
Audrey aceleró el paso y Zayn fue detrás de ella. No los oí muy bien, pero creí escuchar mi nombre en algunas partes de la conversación y ver gestos exagerados en las manos de Audrey.
Caminé entre ellos y Kelly y Liam, mirando a las pequeñas nubes blancas del cielo y los edificios que se levantaban a nuestro lado. La verdad, odiaba estar enfadada con Niall, pero es que se había pasado.
Una vez llegamos al hotel, vimos a Taylor y a Harry hablando en uno de los sofás de la recepción. La cosa parecía no ir muy bien. Taylor estaba sentada, pero Harry se había levantado para poder mirarla desde más arriba. Le estaba casi gritando, y muchas miradas se desviaban hacia ellos de vez en cuando. En un acto de imbecilidad, fui a que Harry se calmara.
sábado, 4 de febrero de 2012
Capítulo 41.
~~Narrador: Cathy~~
- ¿En serio? ¡Ay, me alegro muchísimo por Chloe! ¡Qué ilusión! Con lo que a ella le gustaba... ay - suspiré una y otra vez.
- Pero, por favor te lo pido, no te vayas de la lengua, por dios. Que Harry me mata.
- Vale, intentaré controlarme.
- No lo intentes, ¡hazlo! Cathy, en serio.
- Ya, ya. Vale.
- ¿Me lo prometes?
- Sí, mujer. Vete tranquila.
Taylor me sonrió y cogió su ropa para ir al salón, pero yo aún tuve que quedarme un tiempo para decidir qué ponerme. Finalmente, después de mucho pensar, me decidí por unos leggins, una camiseta de manga corta que dejaba un hombro al descubierto y unos playeros blancos y plateados. Muy informal.
Salí al pequeño salón, donde Kelly y Audrey ya se estaban peinando.
- Caray, Kelly. Qué rápida has sido.
- Oye, que desde que entrasteis Taylor y tú en la habitación pasó ya media hora eh.
- ¿Tanto?
- Sí, tardasteis mucho en elegir ropa.
- Oh, vaya... pierdo la noción del tiempo.
Cuando Taylor salió, también bastante rápida,. fue mi turno al fin. Me lavé el pelo bien a fondo, unas tres veces. Después de estar ya bien seca y empezar a vestirme, escuché cómo llamaban a la puerta del baño.
- ¿Qué pasa? - respondí casi gritando.
- Hola.
Reconocí su voz al instante. ¿Otra vez? ¡Dios mío, no! Las chicas pensaban dejarme allí con él otra vez, lo veía venir. Pero no, no iba a ser lo mismo.
- Cathy... - dijo su voz cantarina.
- Sí sí - se me escapó una pequeña risa.- Sigo viva.
- Me alegra - soltó una carcajada.- Bueno, era para que supieras que ya estamos aquí, date prisa.
- Voy, voy. Ya casi estoy.
- Vale.
Oí cómo se alejaba. Comencé a secarme el pelo a toda velocidad y, cuando estaba algo húmedo, decidí dejarlo que secara solo. Total, me iba a quedar despeinado de todas formas...
Salí rápidamente, y fui a junto Niall.
- Hola, otra vez. - me dijo besándome la frente.
- Hola - sonreí y le cogí de la mano.
- ¿Todas listas, entonces? - preguntó Liam, muy cerca de Kelly.
- Sí, siento haber tardado - me llevé una mano a la nuca.
- No pasa nada. Oh, por cierto, tus patines - Louis me los acercó.- Ya os los hemos alquilado nosotros.
- ¿Os ha dado tiempo? - pregunté abriendo mucho los ojos.
- Sí - rió Louis.- Bueno, hemos ido sólo Liam y yo. Estos tres son muy presumidos.
Niall rodó los ojos y soltó una carcajada.
- Bueno... lo admito - dijo finalmente.- Pero Zayn es el peor.
- Doy fe - añadió Harry.
Todos reímos, sin poder evitarlo, mientras salíamos por la puerta. Yo fui la última, así que me encargué de cerrar la puerta al salir.
- Niall, ¿te importa guardar mi llave? Es que no tengo tengo bolsillos.
- Para nada - la cogió de mi mano y la guardó en el bolsillo trasero de su pantalón.- Por cierto, me encanta cómo vas hoy.
- ¿Sí? Ha sido lo primero que he encontrado.
- Pues que sepas que estás muy sexy - me guiñó un ojo y subió mi cabeza, poniendo una mano en mi mentón, para poder besarme con más facilidad.
Una vez abajo, ya en la calle, os sacasteis los zapatos y os pusisteis los patines.
- Me voy a matar - dijo Taylor, ya que nunca había patinado.
- No te preocupes, yo te ayudo - respondió Harry, cogiéndole de la mano.
Con ésto, ella se levantó más segura de si misma.
Guardamos los zapatos en las pequeñas mochilas que llevaban Louis y Liam, ya que no era calzado muy pesado.
Niall me cogió de la mano, y todos juntos comenzamos a deslizarnos lentamente.
- Chicos - dijo él, dirigiéndose al resto de la banda.- Vamos a la plaza, ¿no?
- ¡Claro! - respondió Zayn.
- ¿Qué plaza? - pregunté con curiosidad.
- Ya lo verás, no seas impaciente - me miró con esos ojos azules que me mataban, y así agaché la cabeza sonriente. Podía hacerme callar muy fácilmente.
Patinamos a ritmo lento durante aproximadamente media hora, que pasó muy rápido a su lado, y al fin llegamos a un gran espacio abierto y solitario, rodeado de árboles bien colocados y bonitas flores.
- ¡Qué bonito! - exclamó Audrey llevándose las manos a la boca.
- Es precioso - dije yo apretando un poco más la mano de Niall.
- Vamos, Taylor - dijo Harry, tirando un poco de ella.
- Pero tengo mucho miedo de caerme...
- Has venido media hora patinando, ¿no tienes ya confianza en ti misma?
- En mí desde luego que no.
Harry rió ligeramente, y a mí también se me dibujó una pequeña sonrisa en la cara.
- ¿Y en mí? - preguntó él.
- Más o menos...
- Que sepas que eso me ofende.
Harry soltó la mano de Taylor y se alejó, deslizándose rápidamente, seguido de Louis y Liam.
- ¡¡Harry!! ¡¡No te vayas!!
Taylor era muy graciosa cuando se ponía así. En realidad, ella no tenía tanto miedo. Seguramente no quería que Harry se despegara de ella.
Yo patiné al lado de Niall, y después de coger un poco más de confianza, me solté de su mano y me adelanté.
- ¿A que no me pillas?
- ¿Que no?
- Soy mucho más rápida que tú - giré la cabeza y la eché la lengua.
- ¡Mira adelante! - dijo patinando más rápido.
Y debería de haberle hecho caso, porque, en pocos segundos, me vi en el suelo; las rodillas raspadas, igual que las palmas de las manos. Una de las rodillas había empezado a sangrar débilmente, pero no me dolía demasiado. Niall se acercó a mí y se sentó a mi lado en el suelo, con cuidado. Poco a poco, fueron llegando los demás.
- ¿Estás bien? - me preguntó.
- Sí, sí. No ha pasado nada, no me duele - dije sonriéndole. Era la verdad, aunque sentía algo de molestia en la herida que seguía sangrando.
- Pero mira tu rodilla... ¿de verdad no te duele? - dijo posando su mano sobre la herida.
- De verdad. Ni siquiera me había enterado de que estaba sangrando hasta que la vi.
Niall se sacó los patines, quedándose en calcetines en el suelo caliente. Se levantó y me dio la mano para ayudar a levantarme.
Con dificultad pude ponerme en pie, aunque con uno que otro resbalón. Me daba la sensación de que mi imagen era un poco patética en esos momentos. Debido a las ruedas, me veía mucho más alta que Niall, ya que él seguía descalzo.
- Wow, pareces una modelo de metro ochenta. - dijo riendo.
- Sí, modelo sobre todo...
- Bueno, tienes razón. Eres mucho mejor que cualquier modelo.
Me sonrojé mi miré al suelo, y entonces me di cuenta de algo.
- Creo que debería quitarme los patines...
- ¿Te has asustado, eh?
- No es eso, es que sino quedas mal. Mira que bajito pareces...
No pude evitar reír y él, de repente, cogió mi mano y, sin previo aviso, me acercó a él rápidamente; quedando así nuestros cuerpos pegados. Sus ojos estaban a la altura de mi boca, pero miraba hacia arriba, mordiéndose el labio.
- No me hagas decir cosas que no quiero.
Los demás ya se habían ido dispersando. Kelly era una gran patinadora, e intentaba impresionar a Liam con su velocidad y sus trucos. Parecía que poco a poco lo iba consiguiendo.
- Oh, hablando de decir cosas... Tengo que preguntarte algo.
Anduve con él hasta un pequeño banco y me senté. Comencé a hablar mientras me quitaba los patines.
- ¿Tú sabías algo de... -bajé el tono de voz- lo de Louis y Chloe?
- Sabía que a Louis le gustaba Chloe, sí.
- Pues cuando los dejamos solos, parece ser que Lou se le declaró.
- ¿Que hizo qué? - dijo riendo, con cara de sorpresa.
- Se lo dijo por fin - dije mientras terminaba de quitarme uno de los patines.
- ¡Qué bien!
- Pero no digas nada.
- ¿Cómo no voy a decir nada? ¡Es una gran noticia! ¡Eh, Louis! - gritó mirándole.
- ¡Niall, no!
- No te preocupes.
- ¡Por favor, hazlo por mí! ¡No le digas nada!
Pero él no me escuchaba. Estaba a punto de estropearlo todo. Taylor me odiaría a mí y Harry odiaría a Taylor.
- ¡Louis!
Éste corrió patinando hasta él, dando una vuelta sobre sí mismo al final.
- ¿Qué pasa, querido Horan? - dijo con una sonrisa.
- ¿De verdad le has dicho eso a ...
- ¡Niall, no!
- ¡Cállate! ¿Se lo has dicho a Chloe?
Esa palabra me atravesó como un cuchillo. ¿"Cállate"? ¿De verdad me había dicho eso? Vale que estuviera emocionado, yo también lo estuve al principio. ¿Pero mandarme callar así? Y aún encima no hacerme caso... Ese no era mi Niall...
De repente, la sonrisa de Louis se desvaneció.
- ¿Qué?
- Eso. Que si le has dicho a Chloe que te gustaba.
Él abrió la boca como para ir a decir algo, pero no lo hizo. En lugar de eso, se llevó una mano a la boca y se sentó en el banco a mi lado. Me miró con ira, y no me gustaba nada.
- Cathy, ¿se lo has dicho tú?
- Sí... - admití con la cabeza agachada.
Se quitó los patines bruscamente, con rapidez, y se levantó, aún sin los zapatos puestos.
- ¡¡Harry!!
Harry lo oyó al instante y se acercó hacia nosotros. Al parecer, Harry se había enterado directamente porque Louis había confiado en él. Eso iba a ponerse feo.
- ¿En serio? ¡Ay, me alegro muchísimo por Chloe! ¡Qué ilusión! Con lo que a ella le gustaba... ay - suspiré una y otra vez.
- Pero, por favor te lo pido, no te vayas de la lengua, por dios. Que Harry me mata.
- Vale, intentaré controlarme.
- No lo intentes, ¡hazlo! Cathy, en serio.
- Ya, ya. Vale.
- ¿Me lo prometes?
- Sí, mujer. Vete tranquila.
Taylor me sonrió y cogió su ropa para ir al salón, pero yo aún tuve que quedarme un tiempo para decidir qué ponerme. Finalmente, después de mucho pensar, me decidí por unos leggins, una camiseta de manga corta que dejaba un hombro al descubierto y unos playeros blancos y plateados. Muy informal.
Salí al pequeño salón, donde Kelly y Audrey ya se estaban peinando.
- Caray, Kelly. Qué rápida has sido.
- Oye, que desde que entrasteis Taylor y tú en la habitación pasó ya media hora eh.
- ¿Tanto?
- Sí, tardasteis mucho en elegir ropa.
- Oh, vaya... pierdo la noción del tiempo.
Cuando Taylor salió, también bastante rápida,. fue mi turno al fin. Me lavé el pelo bien a fondo, unas tres veces. Después de estar ya bien seca y empezar a vestirme, escuché cómo llamaban a la puerta del baño.
- ¿Qué pasa? - respondí casi gritando.
- Hola.
Reconocí su voz al instante. ¿Otra vez? ¡Dios mío, no! Las chicas pensaban dejarme allí con él otra vez, lo veía venir. Pero no, no iba a ser lo mismo.
- Cathy... - dijo su voz cantarina.
- Sí sí - se me escapó una pequeña risa.- Sigo viva.
- Me alegra - soltó una carcajada.- Bueno, era para que supieras que ya estamos aquí, date prisa.
- Voy, voy. Ya casi estoy.
- Vale.
Oí cómo se alejaba. Comencé a secarme el pelo a toda velocidad y, cuando estaba algo húmedo, decidí dejarlo que secara solo. Total, me iba a quedar despeinado de todas formas...
Salí rápidamente, y fui a junto Niall.
- Hola, otra vez. - me dijo besándome la frente.
- Hola - sonreí y le cogí de la mano.
- ¿Todas listas, entonces? - preguntó Liam, muy cerca de Kelly.
- Sí, siento haber tardado - me llevé una mano a la nuca.
- No pasa nada. Oh, por cierto, tus patines - Louis me los acercó.- Ya os los hemos alquilado nosotros.
- ¿Os ha dado tiempo? - pregunté abriendo mucho los ojos.
- Sí - rió Louis.- Bueno, hemos ido sólo Liam y yo. Estos tres son muy presumidos.
Niall rodó los ojos y soltó una carcajada.
- Bueno... lo admito - dijo finalmente.- Pero Zayn es el peor.
- Doy fe - añadió Harry.
Todos reímos, sin poder evitarlo, mientras salíamos por la puerta. Yo fui la última, así que me encargué de cerrar la puerta al salir.
- Niall, ¿te importa guardar mi llave? Es que no tengo tengo bolsillos.
- Para nada - la cogió de mi mano y la guardó en el bolsillo trasero de su pantalón.- Por cierto, me encanta cómo vas hoy.
- ¿Sí? Ha sido lo primero que he encontrado.
- Pues que sepas que estás muy sexy - me guiñó un ojo y subió mi cabeza, poniendo una mano en mi mentón, para poder besarme con más facilidad.
Una vez abajo, ya en la calle, os sacasteis los zapatos y os pusisteis los patines.
- Me voy a matar - dijo Taylor, ya que nunca había patinado.
- No te preocupes, yo te ayudo - respondió Harry, cogiéndole de la mano.
Con ésto, ella se levantó más segura de si misma.
Guardamos los zapatos en las pequeñas mochilas que llevaban Louis y Liam, ya que no era calzado muy pesado.
Niall me cogió de la mano, y todos juntos comenzamos a deslizarnos lentamente.
- Chicos - dijo él, dirigiéndose al resto de la banda.- Vamos a la plaza, ¿no?
- ¡Claro! - respondió Zayn.
- ¿Qué plaza? - pregunté con curiosidad.
- Ya lo verás, no seas impaciente - me miró con esos ojos azules que me mataban, y así agaché la cabeza sonriente. Podía hacerme callar muy fácilmente.
Patinamos a ritmo lento durante aproximadamente media hora, que pasó muy rápido a su lado, y al fin llegamos a un gran espacio abierto y solitario, rodeado de árboles bien colocados y bonitas flores.
- ¡Qué bonito! - exclamó Audrey llevándose las manos a la boca.
- Es precioso - dije yo apretando un poco más la mano de Niall.
- Vamos, Taylor - dijo Harry, tirando un poco de ella.
- Pero tengo mucho miedo de caerme...
- Has venido media hora patinando, ¿no tienes ya confianza en ti misma?
- En mí desde luego que no.
Harry rió ligeramente, y a mí también se me dibujó una pequeña sonrisa en la cara.
- ¿Y en mí? - preguntó él.
- Más o menos...
- Que sepas que eso me ofende.
Harry soltó la mano de Taylor y se alejó, deslizándose rápidamente, seguido de Louis y Liam.
- ¡¡Harry!! ¡¡No te vayas!!
Taylor era muy graciosa cuando se ponía así. En realidad, ella no tenía tanto miedo. Seguramente no quería que Harry se despegara de ella.
Yo patiné al lado de Niall, y después de coger un poco más de confianza, me solté de su mano y me adelanté.
- ¿A que no me pillas?
- ¿Que no?
- Soy mucho más rápida que tú - giré la cabeza y la eché la lengua.
- ¡Mira adelante! - dijo patinando más rápido.
Y debería de haberle hecho caso, porque, en pocos segundos, me vi en el suelo; las rodillas raspadas, igual que las palmas de las manos. Una de las rodillas había empezado a sangrar débilmente, pero no me dolía demasiado. Niall se acercó a mí y se sentó a mi lado en el suelo, con cuidado. Poco a poco, fueron llegando los demás.
- ¿Estás bien? - me preguntó.
- Sí, sí. No ha pasado nada, no me duele - dije sonriéndole. Era la verdad, aunque sentía algo de molestia en la herida que seguía sangrando.
- Pero mira tu rodilla... ¿de verdad no te duele? - dijo posando su mano sobre la herida.
- De verdad. Ni siquiera me había enterado de que estaba sangrando hasta que la vi.
Niall se sacó los patines, quedándose en calcetines en el suelo caliente. Se levantó y me dio la mano para ayudar a levantarme.
Con dificultad pude ponerme en pie, aunque con uno que otro resbalón. Me daba la sensación de que mi imagen era un poco patética en esos momentos. Debido a las ruedas, me veía mucho más alta que Niall, ya que él seguía descalzo.
- Wow, pareces una modelo de metro ochenta. - dijo riendo.
- Sí, modelo sobre todo...
- Bueno, tienes razón. Eres mucho mejor que cualquier modelo.
Me sonrojé mi miré al suelo, y entonces me di cuenta de algo.
- Creo que debería quitarme los patines...
- ¿Te has asustado, eh?
- No es eso, es que sino quedas mal. Mira que bajito pareces...
No pude evitar reír y él, de repente, cogió mi mano y, sin previo aviso, me acercó a él rápidamente; quedando así nuestros cuerpos pegados. Sus ojos estaban a la altura de mi boca, pero miraba hacia arriba, mordiéndose el labio.
- No me hagas decir cosas que no quiero.
Los demás ya se habían ido dispersando. Kelly era una gran patinadora, e intentaba impresionar a Liam con su velocidad y sus trucos. Parecía que poco a poco lo iba consiguiendo.
- Oh, hablando de decir cosas... Tengo que preguntarte algo.
Anduve con él hasta un pequeño banco y me senté. Comencé a hablar mientras me quitaba los patines.
- ¿Tú sabías algo de... -bajé el tono de voz- lo de Louis y Chloe?
- Sabía que a Louis le gustaba Chloe, sí.
- Pues cuando los dejamos solos, parece ser que Lou se le declaró.
- ¿Que hizo qué? - dijo riendo, con cara de sorpresa.
- Se lo dijo por fin - dije mientras terminaba de quitarme uno de los patines.
- ¡Qué bien!
- Pero no digas nada.
- ¿Cómo no voy a decir nada? ¡Es una gran noticia! ¡Eh, Louis! - gritó mirándole.
- ¡Niall, no!
- No te preocupes.
- ¡Por favor, hazlo por mí! ¡No le digas nada!
Pero él no me escuchaba. Estaba a punto de estropearlo todo. Taylor me odiaría a mí y Harry odiaría a Taylor.
- ¡Louis!
Éste corrió patinando hasta él, dando una vuelta sobre sí mismo al final.
- ¿Qué pasa, querido Horan? - dijo con una sonrisa.
- ¿De verdad le has dicho eso a ...
- ¡Niall, no!
- ¡Cállate! ¿Se lo has dicho a Chloe?
Esa palabra me atravesó como un cuchillo. ¿"Cállate"? ¿De verdad me había dicho eso? Vale que estuviera emocionado, yo también lo estuve al principio. ¿Pero mandarme callar así? Y aún encima no hacerme caso... Ese no era mi Niall...
De repente, la sonrisa de Louis se desvaneció.
- ¿Qué?
- Eso. Que si le has dicho a Chloe que te gustaba.
Él abrió la boca como para ir a decir algo, pero no lo hizo. En lugar de eso, se llevó una mano a la boca y se sentó en el banco a mi lado. Me miró con ira, y no me gustaba nada.
- Cathy, ¿se lo has dicho tú?
- Sí... - admití con la cabeza agachada.
Se quitó los patines bruscamente, con rapidez, y se levantó, aún sin los zapatos puestos.
- ¡¡Harry!!
Harry lo oyó al instante y se acercó hacia nosotros. Al parecer, Harry se había enterado directamente porque Louis había confiado en él. Eso iba a ponerse feo.
sábado, 21 de enero de 2012
Capítulo 40.
Durante unos cinco minutos, Louis no dijo absolutamente nada y bajó la mirada. Yo tampoco sabía qué decirle, todo había ocurrido muy rápido.
- Louis...
Él levantó la mirada y me sonrió.
- Dime.
- Gracias.
- ¿Gracias por qué? - estaba algo extrañado, pero seguía sonriendo sin parar.
- Por haberte sincerado conmigo y... por ser tú.
- En ese caso, soy yo el que debería darte las gracias a tí o... al destino, por hacerme tropezar contigo. De verdad, que eres la mejor chica con la que me he encontrado. Te quiero, Chloe.
Unas lágrimas de alegría recorrieron mis mejillas, las cuales no pude secar por todos los cables que me rodeaban. Pero Louis se levantó y me besó la frente y secó mis mejillas con sus dedos.
Le miré directamente a los ojos, nuestras miradas de cruzaron y nos acercamos cada vez más, su cara estaba cada vez más cercana a la mía. Podía sentir su aliento sobre mis labios y tenía la necesidad de terminar con esos centímetros, pero no podía. Había algo que me lo impedía. Y él tampoco se adelantó, simplemente se quedó allí mirándome, con sus perfectos ojos verdes. Era una sensación increíble, aunque reducida por estar en un hospital. Volvió a besarme en la frente y miró su reloj.
- Creo que tengo que irme ya. Vendré a verte todos los días hasta que salgas de aquí, te lo prometo.
- Más te vale - le dije bromeando.
- Adiós, Chloe.
- Adiós.
Me guiñó un ojo antes de salir por la puerta y yo sonreí. Era el chico más tierno sobre la faz de la Tierra.
~~Narrador: Louis~~
Al dirigirme por los pasillos hacia la salida, me invadió una sensación increíble. Se lo había dicho. No me lo podía creer. Una sonrisa se dibujó en mi cara tontamente. La quería, sí, la adoraba.
Una canción cruzó mi cabeza. Quería vivir muchos momentos con ella, tener solamente un segundo más de lo que nunca tendré para decirle lo que siento por ella.
Cuando llegué junto a los demás, salimos rápidamente de aquel lugar y decidimos ir andando, ya que no quedaba muy lejos el hotel. Veía a Niall con Cathy, a Harry con Taylor, a Zayn con Audrey... desearía tener a Chloe a mi lado en ese momento, que eso que ellos estaban viviendo, esa felicidad, también estuviera conmigo. Si pudiera volver atrás en el tiempo y evitar aquel accidente... quizás ella ahora no sabría lo que siento por ella, pero estaría bien y conmigo. Estaría a salvo. Y por mucho que los médicos digan que se pondrá bien, yo la vi rodeada de agujas... Quería poder volver atrás y apartarla para que no la atropellaran, quisiera ser yo el que ahora estuviera en aquel hospital en su lugar.
Una vez en el hotel, Taylor se fue a cambiar. La pobre estaba en pijama desde la pasada noche. La esperamos en la recepción y, más tarde, fuimos a comer todos juntos. Zoey se había apuntado, pero había dicho que en cuanto terminara se iría a casa, ya que ella no vivía lejos de allí.
Pedimos cosas ligeras, no queríamos empacharnos mucho. En realidad, ninguno tenía mucho apetito debido a lo que había pasado.
- Eh, Louis - comenzó Niall.- ¿Ha pasado algo con Chloe?
- Si anda, cuéntanoslo - siguió su chica.
Genial. No quería decir nada, absolutamente nada. Pero me iban a obligar.
- No os voy a decir nada, no tengo por qué.
- Oh, venga tío - insistió Harry, que estaba a mi lado, dándome un golpecito en el hombro.
- Que no.
- Al menos cuéntamelo a mí. ¿No confías en mí o qué? - me dijo más bajito para que no lo escucharan los demás, los cuales estaban atentos a los camareros que pasaban, a ver cuál era nuestra comida.
- Bueno... está bien. - comencé a hablar todo lo bajito que pude, muy cerca del oído de Harry.- Le he dicho que... que... me gustaba.
- ¿Que te gustaba? - él también hablaba muy bajo para ser él, la verdad, se estaba controlando de maravilla.- No nos habías dicho nada. Aunque bueno, se veía venir.
- Pues he comenzado un estúpido monólogo, pensando que ella no se enteraría porque estaba inconsciente, pero resulta que ya se había despertado.- escuché su pequeña risa, mientras apartaba su cara de la mía.- ¿Qué te hace tanta gracia?
- Te la ha jugado pero bien.
- Lo sé, lo sé. Pero, eh, prométeme que no se lo dirás a nadie - dije señalándole con el dedo.
- Tranquilo, soy una tumba.
- Gracias, y más te vale.
Le dediqué una sonrisa, la cual me devolvió al instante. Y entonces, nos trajeron los platos de comida y comenzamos a comer como si nada. Noté cómo Harry le decía algo a Taylor de lo que no me enteré, pero no le di importancia. Era un buen amigo, no creo que fuera a soltar nada. Me lo había prometido. Y si lo hacía... no sabía si le podría perdonar.
~~Narrador: Harry~~
- ¿Qué dices? ¿De verdad? - dijo Taylor, con cara de alegría.- ¡Qué ilusión!
- Sí, de verdad - respondí con una pequeña risa.- Pero no puedes decirle nada a nadie. Por favor. Louis quiere mantenerlo en secreto, le ha costado mucho decírselo a Chloe.
- Vale, te juro que no diré nada.
- ¿Me lo prometes?
- Por supuesto, te lo prometo.
Sonreí y le di un pequeño beso. Podía confiar en mi chica.
- Es que de verdad que si Louis se entera me mata - dije con mis labios muy pegados a sus oídos y con una mano cubriéndolos.
- Quédate tranquilo, amor. Que no voy a decir nada, de verdad. Siempre cumplo mis promesas.
- Más te vale, fea.
Volví a darle un beso corto y volví a mi comida. Me sentía un poco mal, pero Taylor era mi novia y la amiga de Chloe, debía saberlo. Era lo mejor. Además, sabía que no diría nada.
~~Narrador: Zoey~~
Me sentía un poco fuera de lugar. Las chicas ya tenían buena relación con ellos, pero yo era sólo una pieza de un puzzle equivocado que se había perdido.
- Zoey, ¿no comes más? - Louis estaba sentado a mi lado, y me miró sonriente.
- No, ya estoy llena.
- Pero si casi no has comido...
- Yo como muy poco - me salió una pequeña risa tonta. Dios, la odiaba.- Por cierto, ¿qué tal con Chloe? ¿Estaba ya bien, no?
- Ah, sí sí. - se le veía un poco nervioso - Está ya mucho mejor. Le han dicho que en pocos días le daban el alta.
- Genial. Bueno, si necesitas cualquier cosa... avísame. Además de ser una fan, puedo ser una buena amiga. - le dediqué una de las mejores sonrisas y me la devolvió, agachando la cabeza después.
- Gracias. Pareces una chica estupenda.
Me sonrojé y miré al plato. La verdad, sí que había dejado mucha comida. Levanté la muñeca para ver la hora en el reloj. Debía irme, mi madre estaría histérica.
- Oh, vaya. Tengo que irme ya, sino mi madre se pondrá como loca.
Me levanté rápidamente de la silla y ya iba a irme cuando oí la voz de Louis detrás.
- Eh. Encantado de haberte conocido, Zoey.
Asentí y sonreí algo nerviosa. Debía parecer patética.
- Adiós, chicos - dije para todos.
Recibí un adiós colectivo y salí de allí contenta de haber intercambiado aquellas estúpidas palabras con mi ídolo. Ya era absolutamente feliz.
~~Narrador: Taylor~~
No me lo podía creer. Tenía que contárselo a alguien. ¡Chloe y Louis juntos! Pero le había prometido a Harry no decir nada, se lo había jurado, y... dios, me sentiría fatal. Pero Cathy era mi mejor amiga, y también amiga de Chloe... Definitivamente, debía saberlo.
- Bueno, ¿nos vamos ya? - dijo Liam.
- ¿Y si hoy vamos a patinar? - propuso Niall.
- Pero nosotras no tenemos patines... - protestó Cathy, con una media sonrisa.
- No pasa nada, aquí cerca en una tienda los podéis alquilar o comprar.
- ¡Entonces estupendo!
- ¡Yo me apunto! - dije emocionada. Me encantaba patinar, y además hacía un día espléndido y nos ayudaría a superar el mal trago de aquella fatal noche.
Las chicas querían irse a cambiar, ya que, quitándome a mí, todas llevaban la misma ropa desde el día anterior. Y también querían ducharse, así que fuimos arriba. Los chicos decidieron hacer lo mismo, ya que aquello del concierto les había dejado muy cansados. Pero no querían parar, querían pasar más y más tiempo con nosotras. Eran simplemente adorables, y nosotras no nos íbamos a negar.
Una vez arriba, decidí que era un buen momento para contárselo a Cathy. Ya sabéis, lo de Louis. Allí Harry no me oiría y tampoco había posibilidades de que lo hiciera, así que, con la excusa de que me ayudara a elegir una camiseta (que al final no me pondría, claro), entré con ella en la habitación mientras Audrey se duchaba y Kelly esperaba en el salón.
- A ver, hija. Tú y la ropa. Yo te ayudo.
- No, no. Era una excusa.
- ¿Cómo que una excusa? - estaba muy confusa. Pobrecita.
- Que sí. Es que te quiero contar algo que me ha dicho Harry, pero no se lo puedes contar a nadie, a absolutamente nadie. ¡Y menos a Niall! ¿Estamos?
- Vale, vale. ¿Qué es?
Tomé aire muy lentamente y lo solté muy rápidamente. Me sabía muy mal hacerle eso a Harry, porque como Cathy se fuese de la lengua él podía enterarse, y sabía que jamás me perdonaría. Así que comencé a hablar antes de comerme más la cabeza.
- Louis...
Él levantó la mirada y me sonrió.
- Dime.
- Gracias.
- ¿Gracias por qué? - estaba algo extrañado, pero seguía sonriendo sin parar.
- Por haberte sincerado conmigo y... por ser tú.
- En ese caso, soy yo el que debería darte las gracias a tí o... al destino, por hacerme tropezar contigo. De verdad, que eres la mejor chica con la que me he encontrado. Te quiero, Chloe.
Unas lágrimas de alegría recorrieron mis mejillas, las cuales no pude secar por todos los cables que me rodeaban. Pero Louis se levantó y me besó la frente y secó mis mejillas con sus dedos.
Le miré directamente a los ojos, nuestras miradas de cruzaron y nos acercamos cada vez más, su cara estaba cada vez más cercana a la mía. Podía sentir su aliento sobre mis labios y tenía la necesidad de terminar con esos centímetros, pero no podía. Había algo que me lo impedía. Y él tampoco se adelantó, simplemente se quedó allí mirándome, con sus perfectos ojos verdes. Era una sensación increíble, aunque reducida por estar en un hospital. Volvió a besarme en la frente y miró su reloj.
- Creo que tengo que irme ya. Vendré a verte todos los días hasta que salgas de aquí, te lo prometo.
- Más te vale - le dije bromeando.
- Adiós, Chloe.
- Adiós.
Me guiñó un ojo antes de salir por la puerta y yo sonreí. Era el chico más tierno sobre la faz de la Tierra.
~~Narrador: Louis~~
Al dirigirme por los pasillos hacia la salida, me invadió una sensación increíble. Se lo había dicho. No me lo podía creer. Una sonrisa se dibujó en mi cara tontamente. La quería, sí, la adoraba.
Una canción cruzó mi cabeza. Quería vivir muchos momentos con ella, tener solamente un segundo más de lo que nunca tendré para decirle lo que siento por ella.
Cuando llegué junto a los demás, salimos rápidamente de aquel lugar y decidimos ir andando, ya que no quedaba muy lejos el hotel. Veía a Niall con Cathy, a Harry con Taylor, a Zayn con Audrey... desearía tener a Chloe a mi lado en ese momento, que eso que ellos estaban viviendo, esa felicidad, también estuviera conmigo. Si pudiera volver atrás en el tiempo y evitar aquel accidente... quizás ella ahora no sabría lo que siento por ella, pero estaría bien y conmigo. Estaría a salvo. Y por mucho que los médicos digan que se pondrá bien, yo la vi rodeada de agujas... Quería poder volver atrás y apartarla para que no la atropellaran, quisiera ser yo el que ahora estuviera en aquel hospital en su lugar.
Una vez en el hotel, Taylor se fue a cambiar. La pobre estaba en pijama desde la pasada noche. La esperamos en la recepción y, más tarde, fuimos a comer todos juntos. Zoey se había apuntado, pero había dicho que en cuanto terminara se iría a casa, ya que ella no vivía lejos de allí.
Pedimos cosas ligeras, no queríamos empacharnos mucho. En realidad, ninguno tenía mucho apetito debido a lo que había pasado.
- Eh, Louis - comenzó Niall.- ¿Ha pasado algo con Chloe?
- Si anda, cuéntanoslo - siguió su chica.
Genial. No quería decir nada, absolutamente nada. Pero me iban a obligar.
- No os voy a decir nada, no tengo por qué.
- Oh, venga tío - insistió Harry, que estaba a mi lado, dándome un golpecito en el hombro.
- Que no.
- Al menos cuéntamelo a mí. ¿No confías en mí o qué? - me dijo más bajito para que no lo escucharan los demás, los cuales estaban atentos a los camareros que pasaban, a ver cuál era nuestra comida.
- Bueno... está bien. - comencé a hablar todo lo bajito que pude, muy cerca del oído de Harry.- Le he dicho que... que... me gustaba.
- ¿Que te gustaba? - él también hablaba muy bajo para ser él, la verdad, se estaba controlando de maravilla.- No nos habías dicho nada. Aunque bueno, se veía venir.
- Pues he comenzado un estúpido monólogo, pensando que ella no se enteraría porque estaba inconsciente, pero resulta que ya se había despertado.- escuché su pequeña risa, mientras apartaba su cara de la mía.- ¿Qué te hace tanta gracia?
- Te la ha jugado pero bien.
- Lo sé, lo sé. Pero, eh, prométeme que no se lo dirás a nadie - dije señalándole con el dedo.
- Tranquilo, soy una tumba.
- Gracias, y más te vale.
Le dediqué una sonrisa, la cual me devolvió al instante. Y entonces, nos trajeron los platos de comida y comenzamos a comer como si nada. Noté cómo Harry le decía algo a Taylor de lo que no me enteré, pero no le di importancia. Era un buen amigo, no creo que fuera a soltar nada. Me lo había prometido. Y si lo hacía... no sabía si le podría perdonar.
~~Narrador: Harry~~
- ¿Qué dices? ¿De verdad? - dijo Taylor, con cara de alegría.- ¡Qué ilusión!
- Sí, de verdad - respondí con una pequeña risa.- Pero no puedes decirle nada a nadie. Por favor. Louis quiere mantenerlo en secreto, le ha costado mucho decírselo a Chloe.
- Vale, te juro que no diré nada.
- ¿Me lo prometes?
- Por supuesto, te lo prometo.
Sonreí y le di un pequeño beso. Podía confiar en mi chica.
- Es que de verdad que si Louis se entera me mata - dije con mis labios muy pegados a sus oídos y con una mano cubriéndolos.
- Quédate tranquilo, amor. Que no voy a decir nada, de verdad. Siempre cumplo mis promesas.
- Más te vale, fea.
Volví a darle un beso corto y volví a mi comida. Me sentía un poco mal, pero Taylor era mi novia y la amiga de Chloe, debía saberlo. Era lo mejor. Además, sabía que no diría nada.
~~Narrador: Zoey~~
Me sentía un poco fuera de lugar. Las chicas ya tenían buena relación con ellos, pero yo era sólo una pieza de un puzzle equivocado que se había perdido.
- Zoey, ¿no comes más? - Louis estaba sentado a mi lado, y me miró sonriente.
- No, ya estoy llena.
- Pero si casi no has comido...
- Yo como muy poco - me salió una pequeña risa tonta. Dios, la odiaba.- Por cierto, ¿qué tal con Chloe? ¿Estaba ya bien, no?
- Ah, sí sí. - se le veía un poco nervioso - Está ya mucho mejor. Le han dicho que en pocos días le daban el alta.
- Genial. Bueno, si necesitas cualquier cosa... avísame. Además de ser una fan, puedo ser una buena amiga. - le dediqué una de las mejores sonrisas y me la devolvió, agachando la cabeza después.
- Gracias. Pareces una chica estupenda.
Me sonrojé y miré al plato. La verdad, sí que había dejado mucha comida. Levanté la muñeca para ver la hora en el reloj. Debía irme, mi madre estaría histérica.
- Oh, vaya. Tengo que irme ya, sino mi madre se pondrá como loca.
Me levanté rápidamente de la silla y ya iba a irme cuando oí la voz de Louis detrás.
- Eh. Encantado de haberte conocido, Zoey.
Asentí y sonreí algo nerviosa. Debía parecer patética.
- Adiós, chicos - dije para todos.
Recibí un adiós colectivo y salí de allí contenta de haber intercambiado aquellas estúpidas palabras con mi ídolo. Ya era absolutamente feliz.
~~Narrador: Taylor~~
No me lo podía creer. Tenía que contárselo a alguien. ¡Chloe y Louis juntos! Pero le había prometido a Harry no decir nada, se lo había jurado, y... dios, me sentiría fatal. Pero Cathy era mi mejor amiga, y también amiga de Chloe... Definitivamente, debía saberlo.
- Bueno, ¿nos vamos ya? - dijo Liam.
- ¿Y si hoy vamos a patinar? - propuso Niall.
- Pero nosotras no tenemos patines... - protestó Cathy, con una media sonrisa.
- No pasa nada, aquí cerca en una tienda los podéis alquilar o comprar.
- ¡Entonces estupendo!
- ¡Yo me apunto! - dije emocionada. Me encantaba patinar, y además hacía un día espléndido y nos ayudaría a superar el mal trago de aquella fatal noche.
Las chicas querían irse a cambiar, ya que, quitándome a mí, todas llevaban la misma ropa desde el día anterior. Y también querían ducharse, así que fuimos arriba. Los chicos decidieron hacer lo mismo, ya que aquello del concierto les había dejado muy cansados. Pero no querían parar, querían pasar más y más tiempo con nosotras. Eran simplemente adorables, y nosotras no nos íbamos a negar.
Una vez arriba, decidí que era un buen momento para contárselo a Cathy. Ya sabéis, lo de Louis. Allí Harry no me oiría y tampoco había posibilidades de que lo hiciera, así que, con la excusa de que me ayudara a elegir una camiseta (que al final no me pondría, claro), entré con ella en la habitación mientras Audrey se duchaba y Kelly esperaba en el salón.
- A ver, hija. Tú y la ropa. Yo te ayudo.
- No, no. Era una excusa.
- ¿Cómo que una excusa? - estaba muy confusa. Pobrecita.
- Que sí. Es que te quiero contar algo que me ha dicho Harry, pero no se lo puedes contar a nadie, a absolutamente nadie. ¡Y menos a Niall! ¿Estamos?
- Vale, vale. ¿Qué es?
Tomé aire muy lentamente y lo solté muy rápidamente. Me sabía muy mal hacerle eso a Harry, porque como Cathy se fuese de la lengua él podía enterarse, y sabía que jamás me perdonaría. Así que comencé a hablar antes de comerme más la cabeza.
domingo, 15 de enero de 2012
Capítulo 39.
~~Narrador: Cathy~~
El tiempo se me estaba haciendo eterno, pero no pensaba moverme de allí hasta que me dejaran ver a mi amiga. A saber lo que podría pasarle... ¿y si entraba en coma? No podía ni pensarlo.
En las sillas de la incómoda sala de espera me sentía mucho más cansada de lo que realmente estaba. Dejé caer mi cabeza suavemente sobre el hombro de Niall y cerré los ojos mientras notaba cómo él me besaba la parte alta de la cabeza. No llegué a dormirme en ningún momento, pero así me sentía más relajada. Harry y Taylor llegaron a dormirse apoyados el uno contra el otro, igual que Zayn y Audrey, pero el resto no pudimos dormir en toda la noche. Todo estaba en silencio. Decidí escuchar un poco de música con mis cascos puestos. La primera canción que salió, ya que estaban en reproducción aleatoria, fue More Than This. Un poco deprimente para estar en un hospital, pero me limité a escuchar. No tenía el volumen muy alto, así que, de repente, oí cantar muy bajito a Niall al mismo tiempo que se reproducía la música. Le miré un tanto extrañada pero sonriendo, y a él se le escapó una ligera risa.
- ¿Lo estás escuchando? - le pregunté.
- Sí, pero muy bajito. Eso es porque estás muy cerca de mí, no creo que los demás lo oigan.
- Ahora que lo has cantado creo que ya se han enterado.
Ambos reímos intentando no hacer mucho ruido. Él me rodeó con los brazos y me hizo sentirme más reconfortada. Volví a mirarle a los ojos y le besé sin previo aviso, en un beso largo pero lento y dulce, el cual pareció seguirme sin rechistar.
- Te quiero - le susurré.
- Y yo a ti, pequeña.
Besó mi frente y me acurrucó contra mi pecho. Aún así, por mucha paz que hubiese, los nervios no ayudaban a hacer que me durmiese.
Sobre las diez de la mañana, una enfermera vino a avisar.
- Ya pueden hacer visitas a los pacientes hasta la hora de comer.
Con un poco más de ánimo, nos dirigimos a la habitación donde la habían ingresado e intentamos pasar todos, pero un doctor que estaba dentro nos lo impidió.
- Lo siento, hay un máximo de cinco personas por cada visita.
Así que sólo podíamos entrar de cinco en cinco... pues qué suerte, sí, genial vamos. Quisimos hacer entrar antes a Louis, pero dijo que él prefería entrar sólo al final.
~~Narrador: Louis~~
Quería decirle todo lo que me pasaba sin que nadie más me oyera. Ninguno de los chicos lo sabía ni nunca me habían insinuado mucho sobre Chloe. La verdad, intentaba disimular bastante que me gustaba. Incluso a veces quería engañarme a mí mismo, pero no podía. Esperé paciente mientras que entraban los demás, y me dejaron casi una hora entera para mí sólo con Chloe. Tuve suerte, ya que no había ningún otro paciente en la habitación, por lo que podía hablar sin problema.
Me senté en un pequeño sillón al lado de su cama y la observé durante uno o dos minutos antes de comenzar mi monólogo casi encharcado en lágrimas.
- Chloe. Sé que no me estás escuchando, pero necesito decirte algo. Y soy tan cobarde que no me atreví a decírtelo mientras estabas bien, y no sé si podré hacerlo algún día si te pones bien... He estado mucho tiempo guardándomelo dentro, y eso no es nada bueno, así que necesito soltarlo ya... Chloe, te quiero. De verdad, eres una chica estupenda, divertida y... muy guapa. Y soy idiota por no habértelo dicho nunca y estar aquí hablando solo... Nunca... - mis palabras se veían cortadas por los sollozos.- nunca me olvidaré de ti. Lo juro. Y, te pase lo que te pase, te pongas bien o no, tú siempre serás la primera chica que de verdad llegó a mi corazón. Y te quiero, te quiero muchísimo. Sé que no me estás escuchando pero...
Entonces una ligera risa se oyó en la habitación mientras yo mantenía mi cabeza hundida en mis manos.
- ¿Chloe? - pregunté esperanzado. Pero su cara parecía no haberse movido.
Me pareció muy extraño, por lo que miré a todos lados, y entonces, la volví a escuchar.
- Chloe, si eres tú no tiene gracia...
Y entonces, la vi abrir un poco los ojos con dificultad.
- No eres muy listo, Tomlinson.
- ¡Chloe! Pero... ¡ah! ¿Cuánto llevas despierta?
- Lo suficiente para saber que eres demasiado tierno.
No me lo podía creer. Me había escuchado decir aquellas cosas mientras yo creía que ella nunca llegaría a saberlo.
- Pero... si tú estabas... y... dios, qué lío.
Me eché hacia atrás, reclinándome en el sillón y mirando al techo.
Ella rió de nuevo y una fuerte tos lo siguió.
- Louis, de verdad, no tienes que sentirte confuso ni avergonzado ni nada por el estilo. Me ha parecido muy bonito lo que has dicho aunque pensaras que yo no te escuchaba. Es más, eso lo hace aún más tierno.
Me sonrió mientras me miraba a los ojos y yo no pude evitar sonreír también.
- Necesitaba soltarlo de una vez, no podía seguir ocultándolo por más tiempo, y menos a mí mismo. Oye, ¿ellos sabían que estabas despierta? - dije señalando a la puerta.
- No. Cuando ellos entraron pude oírles perfectamente pero por alguna extraña razón no podía abrir los ojos ni decirles nada... Fue una sensación extraña.
Ella intentó moverse, pero hizo una mueca de dolor y decidió quedarse quieta.
~~Narrador: Chloe~~
Me dolía absolutamente todo, como si me hubiera pasado un camión por encima unas cincuenta veces seguidas. No podía mover un sólo músculo, porque sino el dolor era el triple de intenso.
- No, no. No hagas esfuerzos. A ver, entonces, ¿me quieres decir que te has despertado cuando he entrado yo?
- Bueno, en realidad en mitad de tu monólogo... - reí ligeramente, mirando al techo.- O eso creo. Al menos, ya habías empezado.
- Me da miedo lo que hayas podido oír...
- No seas tonto. No sabías las ganas que tenía de levantarme y abrazarte, pero, como puedes suponer, me duelen hasta las uñas de los pies.
- Me lo supongo, sí...
Después de unos segundos de incómodo silencio, decidí hablar yo.
- Louis, lo que te quería decir es que... me voy a poner bien, y fuera de este hospital, quiero que me repitas eso que me has dicho para poder responderte en condiciones.
- No sé si voy a poder...
- Louis Tomlinson, te ordeno que me lo digas nada más salga de este sitio. Que por cierto, es horrible. Me siento como en una de esas series trágicas...
Él soltó una pequeña carcajada, intentando no hacer mucho ruido.
- Oye, ¿quieres que avise a los demás de que estás despierta? En poco tiempo ya nos tenemos que ir y quizás quieran verte.
- Vale. Pero no tardes.
- Tranquila.
Me sonrió por última vez y salió por aquella puerta blanca como la nieve.
Aquel lugar era frío y no me gustaba. Un montón de cables me rodeaban y vi cómo había una aguja clavada en cada uno de mi antebrazos. Al principio me asusté un poco, pero luego me relajé. Supuse que aquella maquinaria haría el trabajo duro.
Unos escasos minutos después, todos estaban dispuestos a entrar, pero el doctor les había dicho que no podían entrar todos a la vez, así que, para no hacer una diferencia, me saludaron desde la puerta.
- ¡Chloe! - gritaron las chicas.
- Nos alegramos mucho de que hayas despertado - me dijo Niall guiñándome un ojo.
- Ponte bien pronto, eh. - dijo Harry con una estupenda sonrisa.
- Gracias, chicos - les respondí a todos.
- Bueno, te dejamos con Lou. Cuídala bien - le dijo Kelly dándole un golpecito en el hombro.- Nosotros nos vamos a fuera. Cuando termines, Louis, nos vamos para el hotel.
- Vale - respondió él sonriendo hacia mí.
Entró y cerró la puerta detrás de él.
- También tendría que avisar a un médico, ¿no te parece?
- Puede... - reí y miré hacia la puerta, la cual se abrió de repente.
- ¡Anda! - exclamó la enfermera que había entrado.- ¡Pero si te has despierto! Venía a avisar de que quedan quince minutos de visita. En nada tendrás que irte. - dijo mirando hacia Louis.
- Oh, sí sí, sin problema. Estaré atento.
- Chloe, ¿te duele algo?
- Estoy echa polvo...
- Tendrás que quedarte ingresada unos días más, pero vas a estar bien.
- Me alegra oírlo - respondí con una pequeña sonrisa, muy aliviada.
- Bueno, os dejo hasta que se acabe la visita y luego vuelvo para hacerte unos análisis.
- Vale.
Aquella enfermera parecía muy simpática. Y además, parece ser que fue la que me atendió cuando llegué inconsciente al hospital.
Al principio, con el impacto del coche, no me había desmayado, me acordaba perfectamente de los segundos siguientes.
Gritos de gente, los brazos de Louis elevándome en el aire, las chicas intentando que les oyera. Yo tenía los ojos ya medio cerrados completamente y, en pocos segundos, me desmayé.
El tiempo se me estaba haciendo eterno, pero no pensaba moverme de allí hasta que me dejaran ver a mi amiga. A saber lo que podría pasarle... ¿y si entraba en coma? No podía ni pensarlo.
En las sillas de la incómoda sala de espera me sentía mucho más cansada de lo que realmente estaba. Dejé caer mi cabeza suavemente sobre el hombro de Niall y cerré los ojos mientras notaba cómo él me besaba la parte alta de la cabeza. No llegué a dormirme en ningún momento, pero así me sentía más relajada. Harry y Taylor llegaron a dormirse apoyados el uno contra el otro, igual que Zayn y Audrey, pero el resto no pudimos dormir en toda la noche. Todo estaba en silencio. Decidí escuchar un poco de música con mis cascos puestos. La primera canción que salió, ya que estaban en reproducción aleatoria, fue More Than This. Un poco deprimente para estar en un hospital, pero me limité a escuchar. No tenía el volumen muy alto, así que, de repente, oí cantar muy bajito a Niall al mismo tiempo que se reproducía la música. Le miré un tanto extrañada pero sonriendo, y a él se le escapó una ligera risa.
- ¿Lo estás escuchando? - le pregunté.
- Sí, pero muy bajito. Eso es porque estás muy cerca de mí, no creo que los demás lo oigan.
- Ahora que lo has cantado creo que ya se han enterado.
Ambos reímos intentando no hacer mucho ruido. Él me rodeó con los brazos y me hizo sentirme más reconfortada. Volví a mirarle a los ojos y le besé sin previo aviso, en un beso largo pero lento y dulce, el cual pareció seguirme sin rechistar.
- Te quiero - le susurré.
- Y yo a ti, pequeña.
Besó mi frente y me acurrucó contra mi pecho. Aún así, por mucha paz que hubiese, los nervios no ayudaban a hacer que me durmiese.
Sobre las diez de la mañana, una enfermera vino a avisar.
- Ya pueden hacer visitas a los pacientes hasta la hora de comer.
Con un poco más de ánimo, nos dirigimos a la habitación donde la habían ingresado e intentamos pasar todos, pero un doctor que estaba dentro nos lo impidió.
- Lo siento, hay un máximo de cinco personas por cada visita.
Así que sólo podíamos entrar de cinco en cinco... pues qué suerte, sí, genial vamos. Quisimos hacer entrar antes a Louis, pero dijo que él prefería entrar sólo al final.
~~Narrador: Louis~~
Quería decirle todo lo que me pasaba sin que nadie más me oyera. Ninguno de los chicos lo sabía ni nunca me habían insinuado mucho sobre Chloe. La verdad, intentaba disimular bastante que me gustaba. Incluso a veces quería engañarme a mí mismo, pero no podía. Esperé paciente mientras que entraban los demás, y me dejaron casi una hora entera para mí sólo con Chloe. Tuve suerte, ya que no había ningún otro paciente en la habitación, por lo que podía hablar sin problema.
Me senté en un pequeño sillón al lado de su cama y la observé durante uno o dos minutos antes de comenzar mi monólogo casi encharcado en lágrimas.
- Chloe. Sé que no me estás escuchando, pero necesito decirte algo. Y soy tan cobarde que no me atreví a decírtelo mientras estabas bien, y no sé si podré hacerlo algún día si te pones bien... He estado mucho tiempo guardándomelo dentro, y eso no es nada bueno, así que necesito soltarlo ya... Chloe, te quiero. De verdad, eres una chica estupenda, divertida y... muy guapa. Y soy idiota por no habértelo dicho nunca y estar aquí hablando solo... Nunca... - mis palabras se veían cortadas por los sollozos.- nunca me olvidaré de ti. Lo juro. Y, te pase lo que te pase, te pongas bien o no, tú siempre serás la primera chica que de verdad llegó a mi corazón. Y te quiero, te quiero muchísimo. Sé que no me estás escuchando pero...
Entonces una ligera risa se oyó en la habitación mientras yo mantenía mi cabeza hundida en mis manos.
- ¿Chloe? - pregunté esperanzado. Pero su cara parecía no haberse movido.
Me pareció muy extraño, por lo que miré a todos lados, y entonces, la volví a escuchar.
- Chloe, si eres tú no tiene gracia...
Y entonces, la vi abrir un poco los ojos con dificultad.
- No eres muy listo, Tomlinson.
- ¡Chloe! Pero... ¡ah! ¿Cuánto llevas despierta?
- Lo suficiente para saber que eres demasiado tierno.
No me lo podía creer. Me había escuchado decir aquellas cosas mientras yo creía que ella nunca llegaría a saberlo.
- Pero... si tú estabas... y... dios, qué lío.
Me eché hacia atrás, reclinándome en el sillón y mirando al techo.
Ella rió de nuevo y una fuerte tos lo siguió.
- Louis, de verdad, no tienes que sentirte confuso ni avergonzado ni nada por el estilo. Me ha parecido muy bonito lo que has dicho aunque pensaras que yo no te escuchaba. Es más, eso lo hace aún más tierno.
Me sonrió mientras me miraba a los ojos y yo no pude evitar sonreír también.
- Necesitaba soltarlo de una vez, no podía seguir ocultándolo por más tiempo, y menos a mí mismo. Oye, ¿ellos sabían que estabas despierta? - dije señalando a la puerta.
- No. Cuando ellos entraron pude oírles perfectamente pero por alguna extraña razón no podía abrir los ojos ni decirles nada... Fue una sensación extraña.
Ella intentó moverse, pero hizo una mueca de dolor y decidió quedarse quieta.
~~Narrador: Chloe~~
Me dolía absolutamente todo, como si me hubiera pasado un camión por encima unas cincuenta veces seguidas. No podía mover un sólo músculo, porque sino el dolor era el triple de intenso.
- No, no. No hagas esfuerzos. A ver, entonces, ¿me quieres decir que te has despertado cuando he entrado yo?
- Bueno, en realidad en mitad de tu monólogo... - reí ligeramente, mirando al techo.- O eso creo. Al menos, ya habías empezado.
- Me da miedo lo que hayas podido oír...
- No seas tonto. No sabías las ganas que tenía de levantarme y abrazarte, pero, como puedes suponer, me duelen hasta las uñas de los pies.
- Me lo supongo, sí...
Después de unos segundos de incómodo silencio, decidí hablar yo.
- Louis, lo que te quería decir es que... me voy a poner bien, y fuera de este hospital, quiero que me repitas eso que me has dicho para poder responderte en condiciones.
- No sé si voy a poder...
- Louis Tomlinson, te ordeno que me lo digas nada más salga de este sitio. Que por cierto, es horrible. Me siento como en una de esas series trágicas...
Él soltó una pequeña carcajada, intentando no hacer mucho ruido.
- Oye, ¿quieres que avise a los demás de que estás despierta? En poco tiempo ya nos tenemos que ir y quizás quieran verte.
- Vale. Pero no tardes.
- Tranquila.
Me sonrió por última vez y salió por aquella puerta blanca como la nieve.
Aquel lugar era frío y no me gustaba. Un montón de cables me rodeaban y vi cómo había una aguja clavada en cada uno de mi antebrazos. Al principio me asusté un poco, pero luego me relajé. Supuse que aquella maquinaria haría el trabajo duro.
Unos escasos minutos después, todos estaban dispuestos a entrar, pero el doctor les había dicho que no podían entrar todos a la vez, así que, para no hacer una diferencia, me saludaron desde la puerta.
- ¡Chloe! - gritaron las chicas.
- Nos alegramos mucho de que hayas despertado - me dijo Niall guiñándome un ojo.
- Ponte bien pronto, eh. - dijo Harry con una estupenda sonrisa.
- Gracias, chicos - les respondí a todos.
- Bueno, te dejamos con Lou. Cuídala bien - le dijo Kelly dándole un golpecito en el hombro.- Nosotros nos vamos a fuera. Cuando termines, Louis, nos vamos para el hotel.
- Vale - respondió él sonriendo hacia mí.
Entró y cerró la puerta detrás de él.
- También tendría que avisar a un médico, ¿no te parece?
- Puede... - reí y miré hacia la puerta, la cual se abrió de repente.
- ¡Anda! - exclamó la enfermera que había entrado.- ¡Pero si te has despierto! Venía a avisar de que quedan quince minutos de visita. En nada tendrás que irte. - dijo mirando hacia Louis.
- Oh, sí sí, sin problema. Estaré atento.
- Chloe, ¿te duele algo?
- Estoy echa polvo...
- Tendrás que quedarte ingresada unos días más, pero vas a estar bien.
- Me alegra oírlo - respondí con una pequeña sonrisa, muy aliviada.
- Bueno, os dejo hasta que se acabe la visita y luego vuelvo para hacerte unos análisis.
- Vale.
Aquella enfermera parecía muy simpática. Y además, parece ser que fue la que me atendió cuando llegué inconsciente al hospital.
Al principio, con el impacto del coche, no me había desmayado, me acordaba perfectamente de los segundos siguientes.
Gritos de gente, los brazos de Louis elevándome en el aire, las chicas intentando que les oyera. Yo tenía los ojos ya medio cerrados completamente y, en pocos segundos, me desmayé.
domingo, 8 de enero de 2012
Capítulo 38.
~~Narrador: Harry~~
Eso ya era desesperante. Necesitaba volver a besarla, pero no como había pasado hacía unas horas, no. Sino sabiendo que ella también quería, sabiendo que ella me correspondería.
- Taylor, no puedo más. Lo dejo a tu elección... ¿De verdad no quieres volver a verme? Porque si es así me voy...
Ella se pasó una mano por la frente y la cabeza, apartando su pelo de delante de la cara. También le estaba costando. ¡Vamos, no engañaba a nadie! Yo sabía que aún me quería.
- No sé qué hacer, Harry. - dijo mientras se levantaba de la cama.- Yo... te sigo queriendo, eso no puedo negarlo. ¿Pero quién me garantiza que no va a pasar nada con Hollie?
- Taylor, que no-- Espera. ¿Has dicho que aún me quieres? - dije poniéndome una mano en el pecho.
- Sí.
No pude evitar que se me dibujara una pequeña sonrisa en la cara. Al fin lo había dicho.
- ¿Entonces cuál es el problema?
- El problema es esa guitarrista, ¡me pone de los nervios!
- Lo que te pone es celosa.
- ¡Pues claro! ¿A ti te haría gracia que de repente apareciera mi ex y yo me pusiera en plan cariñoso con él?
- Visto así...
- Así y de cualquier forma, Harry.
- Te entiendo. Pero tienes que confiar en mí, por favor.
- ¿Cómo quieres que--
Cuando la cogí por la cintura para acercarla a mí, paró de hablar de repente, por lo que aproveché para decirle todo lo que tenía dentro.
- Taylor, cierra la maldita boca y bésame ya.
Ella me miró durante unos segundos aguantando la risa, pero finalmente la dejó salir. ¡Lo había conseguido! Posó sus manos en mis hombros y clavó su mirada en mis ojos.
- No sé cómo lo haces, pero es imposible resistirse a tus encantos.
Por fin pude posar mis labios en los suyos sabiendo que ella también quería. Por fin podía enredar nuestras lenguas sabiendo que no se resistiría. Noté cómo un calor agradable y estupendo se apoderaba de mi cuerpo, sentía la necesidad de volver a hacerla mía y asegurarme de que no la perdería. Sentía ese impulso que intentaba apoderarse de mis actos de desnudarla de nuevo, pero no lo iba a hacer. Al menos, no esa noche.
~~Narrador: Taylor~~
Por fin me había decidido. La verdad, no había sido para tanto. Había hecho un drama de nada. Pero es que le quería demasiado como para que no me afectara... Era como una necesidad. Cuando me aparté de él, no pude evitar perderme en sus ojos.
- Te amo, recuérdalo.- me susurró.
- Lo recordaré siempre.
- ¿Lo prometes?
- Por supuesto.
- ¿Y vas a confiar en mí?
- Supongo...
- ¿Supones?
- Supongo que puedo. ¿Puedo?
- Tenlo por seguro.
- Entonces lo haré. De quién no me fiaré nunca es de Hollie...
- Pero es nuestra guitarrista, yo no puedo hacer nada.
- Puedes echarla del grupo...
- Tenemos que estar todos los chicos de acuerdo.
- ¿Y tú crees que estarán de acuerdo?
- No lo sé... Además, la única razón que tengo para echarla es que estés celosa.
- ¿Y te parece poco? - dije riendo.
- Sí, porque no tienes razón para estarlo. - dijo él apartando un mechón de mi pelo.
- Harry, Hollie es una chica muy guapa. Podrias caer en cualquier momento... - bajé la mirada, pero él subió mi cara al instante.
- Nunca nadie me gustará más que tú.
Volvió a besarme, esta vez con más intensidad. Ya hacía mucho que tenía sed de sus labios, de sus caricias, de todo él. Era perfecto tal cual. No había que cambiar nada. Bueno sí, una sola cosa. Esa ex que me revolvía la conciencia. La odiaba de tal forma... La rabia se apoderó de mí por un momento y aparté a Harry bruscamente.
- ¿Qué pasa, amor?
- Es que... Pienso en Hollie y me pongo enferma...
- Pues no pienses. Por favor. No quiero estropear esto...
Entonces, sonó el móvil. Era el de Harry.
~~Narrador: Harry~~
Refunfuñé y no tuve más remedio que coger el móvil. Era Louis.
- ¿Diga?
- Harry, ¡tenéis que venir al hospital ya!
- ¿Hospital? ¡¿Pero no hemos tenido ya suficientes desgracias por hoy?!
- ¡Es Chloe! Cruzábamos la carretera, ella se paró porque se había torcido un tobillo y... - sollozó levemente.- La han atropellado.
- ¿Cómo? ¿Pero qué dices?
- Estamos en el hospital, ya la están atendiendo. Pero está inconsciente... Joder, Harry, por favor. Tenéis que venir...
- Vamos para allá.
- ¿Que vamos a dónde? ¿Qué ha pasado? - preguntó Taylor.
Le hice un gesto para que no hablara y se puso una mano en la boca como acto reflejo.
- Gracias.
- Hasta ahora.
- Adiós.
Guardé el móvil y suspiré, subiendo ambas manos a mi cabeza.
- ¿Qué ocurre?
- Un accidente.
- ¿Cómo que un accidente?
- Han atropellado a Chloe y está inconsciente. Vístete, vamos al hospital.
- No no, ¡yo voy así!
Se puso una chaqueta de punto encima y unas converse a la velocidad del rayo.
- ¿Pero cómo vas a ir así en pijama?
- ¡Es mi amiga, Harry! No voy a parar a vestirme. ¡¡Tengo que ir a verla!!
Unas lágrimas se escaparon de sus ojos. La abracé con fuerza y besé su frente.
- No te preocupes, no pasará nada. Vámonos.
Ella cogió su llave y salimos rápidamente. El hospital estaba a quince minutos andando, así que no nos molestamos en esperar a un taxi. Todo el camino llevé a Taylor cogida de la mano, intentando tranquilizarla, convencerla de que no sería nada muy grave. Pero me costaba creerlo hasta a mí mismo.
Cuando llegamos, vimos a todos (Zoey incluída) en la sala de espera.
- ¡Chicos! ¿Dónde está Chloe?
- La han llevado ya a una habitación... pero no nos dejan estar con ella. - me respondió Louis.
El pobre tenía los ojos llorosos, igual que sus amigas.
- Nos quedaremos aquí el tiempo que haga falta - se apresuró a decir Taylor.
- Por supuesto, no lo dudes - respondió Louis.
- No me lo puedo creer... ¿por qué estamos siempre llenos de desgracias? ¿Qué hemos hecho? - dije para todos.
- Culpa mía - dijo Cathy para relajar el ambiente.- Soy gafe.
- Tú lo que eres es tonta - respondió Niall acariciándole el pelo.
Habría que esperar a que nos dejaran visitarla, y las chicas se negarían a volver al hotel. Genial, una noche más pensando en hospitales. Ya no lo soportaba más...
Eso ya era desesperante. Necesitaba volver a besarla, pero no como había pasado hacía unas horas, no. Sino sabiendo que ella también quería, sabiendo que ella me correspondería.
- Taylor, no puedo más. Lo dejo a tu elección... ¿De verdad no quieres volver a verme? Porque si es así me voy...
Ella se pasó una mano por la frente y la cabeza, apartando su pelo de delante de la cara. También le estaba costando. ¡Vamos, no engañaba a nadie! Yo sabía que aún me quería.
- No sé qué hacer, Harry. - dijo mientras se levantaba de la cama.- Yo... te sigo queriendo, eso no puedo negarlo. ¿Pero quién me garantiza que no va a pasar nada con Hollie?
- Taylor, que no-- Espera. ¿Has dicho que aún me quieres? - dije poniéndome una mano en el pecho.
- Sí.
No pude evitar que se me dibujara una pequeña sonrisa en la cara. Al fin lo había dicho.
- ¿Entonces cuál es el problema?
- El problema es esa guitarrista, ¡me pone de los nervios!
- Lo que te pone es celosa.
- ¡Pues claro! ¿A ti te haría gracia que de repente apareciera mi ex y yo me pusiera en plan cariñoso con él?
- Visto así...
- Así y de cualquier forma, Harry.
- Te entiendo. Pero tienes que confiar en mí, por favor.
- ¿Cómo quieres que--
Cuando la cogí por la cintura para acercarla a mí, paró de hablar de repente, por lo que aproveché para decirle todo lo que tenía dentro.
- Taylor, cierra la maldita boca y bésame ya.
Ella me miró durante unos segundos aguantando la risa, pero finalmente la dejó salir. ¡Lo había conseguido! Posó sus manos en mis hombros y clavó su mirada en mis ojos.
- No sé cómo lo haces, pero es imposible resistirse a tus encantos.
Por fin pude posar mis labios en los suyos sabiendo que ella también quería. Por fin podía enredar nuestras lenguas sabiendo que no se resistiría. Noté cómo un calor agradable y estupendo se apoderaba de mi cuerpo, sentía la necesidad de volver a hacerla mía y asegurarme de que no la perdería. Sentía ese impulso que intentaba apoderarse de mis actos de desnudarla de nuevo, pero no lo iba a hacer. Al menos, no esa noche.
~~Narrador: Taylor~~
Por fin me había decidido. La verdad, no había sido para tanto. Había hecho un drama de nada. Pero es que le quería demasiado como para que no me afectara... Era como una necesidad. Cuando me aparté de él, no pude evitar perderme en sus ojos.
- Te amo, recuérdalo.- me susurró.
- Lo recordaré siempre.
- ¿Lo prometes?
- Por supuesto.
- ¿Y vas a confiar en mí?
- Supongo...
- ¿Supones?
- Supongo que puedo. ¿Puedo?
- Tenlo por seguro.
- Entonces lo haré. De quién no me fiaré nunca es de Hollie...
- Pero es nuestra guitarrista, yo no puedo hacer nada.
- Puedes echarla del grupo...
- Tenemos que estar todos los chicos de acuerdo.
- ¿Y tú crees que estarán de acuerdo?
- No lo sé... Además, la única razón que tengo para echarla es que estés celosa.
- ¿Y te parece poco? - dije riendo.
- Sí, porque no tienes razón para estarlo. - dijo él apartando un mechón de mi pelo.
- Harry, Hollie es una chica muy guapa. Podrias caer en cualquier momento... - bajé la mirada, pero él subió mi cara al instante.
- Nunca nadie me gustará más que tú.
Volvió a besarme, esta vez con más intensidad. Ya hacía mucho que tenía sed de sus labios, de sus caricias, de todo él. Era perfecto tal cual. No había que cambiar nada. Bueno sí, una sola cosa. Esa ex que me revolvía la conciencia. La odiaba de tal forma... La rabia se apoderó de mí por un momento y aparté a Harry bruscamente.
- ¿Qué pasa, amor?
- Es que... Pienso en Hollie y me pongo enferma...
- Pues no pienses. Por favor. No quiero estropear esto...
Entonces, sonó el móvil. Era el de Harry.
~~Narrador: Harry~~
Refunfuñé y no tuve más remedio que coger el móvil. Era Louis.
- ¿Diga?
- Harry, ¡tenéis que venir al hospital ya!
- ¿Hospital? ¡¿Pero no hemos tenido ya suficientes desgracias por hoy?!
- ¡Es Chloe! Cruzábamos la carretera, ella se paró porque se había torcido un tobillo y... - sollozó levemente.- La han atropellado.
- ¿Cómo? ¿Pero qué dices?
- Estamos en el hospital, ya la están atendiendo. Pero está inconsciente... Joder, Harry, por favor. Tenéis que venir...
- Vamos para allá.
- ¿Que vamos a dónde? ¿Qué ha pasado? - preguntó Taylor.
Le hice un gesto para que no hablara y se puso una mano en la boca como acto reflejo.
- Gracias.
- Hasta ahora.
- Adiós.
Guardé el móvil y suspiré, subiendo ambas manos a mi cabeza.
- ¿Qué ocurre?
- Un accidente.
- ¿Cómo que un accidente?
- Han atropellado a Chloe y está inconsciente. Vístete, vamos al hospital.
- No no, ¡yo voy así!
Se puso una chaqueta de punto encima y unas converse a la velocidad del rayo.
- ¿Pero cómo vas a ir así en pijama?
- ¡Es mi amiga, Harry! No voy a parar a vestirme. ¡¡Tengo que ir a verla!!
Unas lágrimas se escaparon de sus ojos. La abracé con fuerza y besé su frente.
- No te preocupes, no pasará nada. Vámonos.
Ella cogió su llave y salimos rápidamente. El hospital estaba a quince minutos andando, así que no nos molestamos en esperar a un taxi. Todo el camino llevé a Taylor cogida de la mano, intentando tranquilizarla, convencerla de que no sería nada muy grave. Pero me costaba creerlo hasta a mí mismo.
Cuando llegamos, vimos a todos (Zoey incluída) en la sala de espera.
- ¡Chicos! ¿Dónde está Chloe?
- La han llevado ya a una habitación... pero no nos dejan estar con ella. - me respondió Louis.
El pobre tenía los ojos llorosos, igual que sus amigas.
- Nos quedaremos aquí el tiempo que haga falta - se apresuró a decir Taylor.
- Por supuesto, no lo dudes - respondió Louis.
- No me lo puedo creer... ¿por qué estamos siempre llenos de desgracias? ¿Qué hemos hecho? - dije para todos.
- Culpa mía - dijo Cathy para relajar el ambiente.- Soy gafe.
- Tú lo que eres es tonta - respondió Niall acariciándole el pelo.
Habría que esperar a que nos dejaran visitarla, y las chicas se negarían a volver al hotel. Genial, una noche más pensando en hospitales. Ya no lo soportaba más...
sábado, 7 de enero de 2012
Capítulo 37.
~~Narrador: Harry~~
No me explicaba por qué había pasado eso. Ahora estaba delante de toda aquella masa de gente, todos igual de confusos que yo. Cathy y las demás chicas se quedaron expectantes, mirándome a mi y a la puerta una y otra vez, pero no fueron a buscarla. Audrey me hizo un gesto con la cabeza para que la fuese a buscar, ¡pero estaba en medio de un concierto! ¡No podía!
- Harry... - Niall se acercó a mí y me habló al oído.- Vete a buscarla.
- Pero... ¿y el concierto? No podemos dejar a todas estas chicas tiradas...
- Nosotros seguiremos, no te preocupes.
- ¿En serio? ¡Gracias, Niall! De verdad.
Dejé el micrófono y bajé a la velocidad de un rayo para ir a buscarla. Cuando estuve fuera, no la veía por ninguna parte.
- ¡Taylor! - grité alto y fuerte, pero no aparecía.- ¡Taylor, por favor!
Anduve unos cuantos metros, gritando su nombre y viendo cómo la gente me miraba para que me callara. Pero no lo iba a hacer. Comencé a llorar sin hacer ruido, simplemente dejé caer las lágrimas y miré hacia todos lados. No estaba allí, y yo me estaba muriendo por dentro. ¡Cómo había podido ser tan estúpido! Acercarme a Hollie no había sido una buena idea... Aquella representación había resultado un desastre, y seguramente ahora Hollie estaría frotándose las manos por su "gran trabajo".
De repente, en un callejón oscuro y un poco maloliente debido a los cubos de basura, distinguí una figura femenina apoyada contra la pared, con las manos sobre su rostro. Después de mirarla unos segundos la reconocí; era ella, Taylor. Mi Taylor. Casi no me atrevía a acercarme a ella de lo avergonzado que estaba. La verdad, había estado mal. Me había pasado con ella.
- Taylor... - dije casi sin aliento.
Ella levantó la cabeza para saber quién era, pero en cuanto me reconoció, giró su cabeza hacia el otro lado.
- Taylor, por favor... Mírame al menos.
Me acerqué un poco más a ella, pero seguía sin hacerme caso.
- En serio, siento lo que ha pasado... Es por Hollie, ¿verdad?
- Déjame en paz, Harry.
- No me digas eso, cielo.
- ¡No me llames así! - gritó entre sollozos.
Ya no sabía qué hacer. Era un capullo, un cabrón, un gilipollas, un idiota, un imbécil y un completo inútil. Una chica como ella no se merecía a alguien como yo. Era ella demasiado buena.
- Taylor, de verdad que lo siento.
- Sientes haberme conocido, ¿verdad? - oí cómo se reía con ironía, pero aún estaba llorando.
- ¡¡No!! - necesité gritar todo lo que pude, sentía que debería hacerlo.- ¡Nunca más vuelvas a decir eso!
Entonces sí necesité acercarme más a ella hasta estar en frente suya.
- Harry... vete. No intentes arreglarlo.
- No pienso irme de aquí sin antes besarte, aunque sea por última vez.
- Vete, Harry. Lo digo en serio.
- Yo también hablo en serio.
Sus ojos color café se clavaron en los míos. Me atravesaron como espadas. Se notaba lo enfadada y a la vez lo triste que estaba.
- Harry, si pretendes que te perdone no...
No la dejé terminar. Posé mis labios sobre los suyos, agarrándola por sus delicados brazos. Al principio pareció resistirse, pero luego se dejó hacer. Aunque algo parecía no ir bien. Ella no me correspondía. Me separé y la miré durante unos segundos sin decir nada.
- Por mucho que me beses, ya no va a significar lo mismo.
- Taylor, de verdad que no tengo nada con Hollie. ¡Te lo juro!
- ¡Pues no lo parecía encima del escenario!
Volvió a llorar. Posó de nuevo sus manos sobre su cara para tapar las lágrimas, pero yo las separé con cuidado y la miré a los ojos.
- No tengo nada, absolutamente nada que ocultarte. Y no voy a volver con Hollie. Pero si piensas que es lo mejor, entonces me voy, hay chicas esperando a que siga un concierto.
Me di la vuelta y caminé por donde había venido. Quizás no era lo mejor ni para ella ni para mí, pero si ella no me quería a su lado, no me tendría.
Cuando volví dentro, por suerte las fans me dejaron pasar sin mucha dificultad. Será que ellas también tienen su corazoncito.
- ¿Estás mejor? - me preguntó Louis.
- Sí, no te preocupes. No he conseguido traerla, pero ya me he calmado.
- Bien. - me dio un golpe en la espalda suave a modo de tranquilizante y volví a coger el micrófono.
- ¡¿Preparados para la vuelta de Harry?!
Oí los gritos y me hicieron sonreír, así que empezamos con la siguiente canción.
~~Narrador: Taylor~~
No pensaba volver. ¿Para qué? ¿Para suplicarle? Estaríamos mejor así por un tiempo.
Pero me dolía, porque yo en realidad le seguía amando igual que antes. El beso, aquel magnífico beso que me había dado hacía sólo unos escasos minutos... Me había costado mucho no corresponderle, pero debía mantenerme firme y segura.
Cogí el móvil y le conecté los cascos para oír "Same Mistakes". Era masoquista por escuchar aquella canción en ese momento. Antes de guardar el teléfono, le mandé un sms a Cathy, que se lo estaría pasando genial en el concierto, claro.
"Cojo un taxi para el hotel. No pienso volver al concierto... lo siento. Os espero alli."
Vi pasar a un taxi sin gente, por lo que hice gestos para que parara. Y por suerte para mí, lo hizo.
Le indiqué el lugar al conductor. El viaje no tardó más de veinte minutos y le pagué aquella poca cantidad antes de bajar.
Me dolía mucho pensar en lo que había pasado, pero no se me iba de la cabeza. Subí a la habitación ya en el ascensor que habían arreglado después de aquel día. Aquel perfecto día... En cuanto vi el lugar donde Harry me había acorralado, donde sentí su primer beso, me abarcaron un montón de sentimientos juntos y sonreí mientras las lágrimas inundaban mis ojos. Aquellos recuerdos eran tan bonitos... Y los perdería todos por ser estúpida y por una guitarrista entrometida. Ah sí, y un novio imbécil. Una vez en la habitación, me cambié para ponerme el pijama y me metí en cama aún con el móvil en la mano. Era temprano y no tenía sueño. Me conecté al wi-fi del hotel y me metí en twitter. Muchas directioners tuiteaban desde sus Blackberrys o iPhones sobre el concierto, lo que me hacía deprimirme más. "Van a empezar Stole my heart! <3", decía una. "Amo a Harry en sus solos xx", decía otra. Yo ya no podía más. Apagué el móvil e intenté dormir, pero era casi imposible. Cuando por fin lo conseguí, tuve una terrible pesadilla.
Harry me había llevado a una fiesta. Yo miraba a todos lados buscando a chicas conocidas, especialmente a Cathy, Audrey, Chloe y Kelly. Y finalmente las encontré. Pero todas estaban demasiado "ocupadas". Chloe por fin había conseguido algo con Louis, y Zoey estaba mirándoles desde lejos. Y Kelly también estaba con Liam. La fiesta era en la playa, un bonito día casi a la puesta de sol. Harry me había invitado a un baño y yo me quitaba el vestido playero para quedarme tapada simplemente por un bikini. De repente, Harry ya estaba esperándome en la orilla con un bañador que le llegaba hasta las rodillas. Una vez dentro del agua, Harry salía. "Ahora vuelvo", me decía al oído. Mientras esperaba, notaba una fuerte presión hacia abajo, algo tiraba de mí. Entonces, Hollie aparecía de la nada e iba al lado de Harry. Mientras yo gritaba. "¡Harry, Harry!" pidiendo ayuda. Pero él no me escuchaba. Veía cómo la besaba y se reía con ella. Las chicas sí me miraron desde la orilla, pero no venían a por mí. Le gritaban a Harry, pero él hacía caso omiso a sus palabras. Finalmente, aquella fuerza acabó por arrastrarme al fondo.
Me desperté empapada en sudor en medio de la noche. Eran las tres de la madrugada y las chicas aún no habían llegado. Mi corazón palpitaba a un ritmo sorprendente, jamás había estado así. Entonces, un sonido de llaves. Y cuando cruzaron la puerta de la habitación, me llevé una no grata sorpresa.
- ¡Harry! ¿Que estás haciendo aquí? - lo miré durante unos segundos, expectante, aún con la respiración agitada.- ¡Vete!
- No.
- ¿Cómo tienes esa llave?
- Me la ha dejado Cathy - dijo poniéndola encima de la mesilla.- Se ve que ella quiere que lo arreglemos.
- Cathy... - murmuré con ira.- Pues me da igual lo que piense ella, vete de aquí.
Me levanté de la cama, con cuidado de no golpearme la cabeza con la litera de arriba.
- ¿Te ha pasado algo? Estás nerviosa...
- No. Nada.
- Taylor... en serio. Mírate. Estás... estás muy sudada. ¿Qué ha pasado?
- Ha sido una pesadilla. ¿Ahora puedes irte, por favor?
- ¿Qué pesadilla?
- Harry, ¡¡que te vayas!!
- No me vas a echar de aquí tan fácilmente - dijo sentándose en la cama de Cathy.
Parecía que tenía ganas de jugar.
- Harold Edward Styles - dije en tono enfadado, muy enfadado - Vete. Ya. No quiero verte. ¿Es que no lo entiendes?
- No.
Suspiré y le miré con el ceño fruncido.
- ¿No te vas a cansar nunca?
- Jamás. - se levantó de la cama y se acercó a mí.- Taylor, tú eres mía. Y de nadie más. Y no voy a dejar que te vayas.
- ¿Dónde están los demás? - dije echando un pie hacia atrás para alejarme de él, lo que casi me hace caer de nuevo en la cama.
- Por ahí. Tranquila que no se pierden.
Volvió a acercarse a mí, esta vez demasiado. Puse las dos manos en su pecho para apartarlo, pero fui yo la que terminó tropezando y cayendo hacia atrás. Por acto reflejo, agarré su camisa para no caerme, pero él terminó encima de mí.
Le miré con ojos abiertos como platos. El sudor aún empapaba mi cara y mi cuello, y algunos de los mechones de mi cara, que se pegaban y eran muy molestos. Respiraba agitadamente, al igual que él, demasiado cerca de su boca. Humedecí mis labios y me mordí el inferior, mirándole a los ojos. Por un momento quise besarle, hasta él se inclinó hacia mí como leyéndome la mente, pero eché mi cabeza hacia atrás y lo aparté unos centímetros empujándolo con poca fuerza.
- No. - dije con un hilo de voz.
Pero él parecía no hacerme caso. Se inclinó hacia mí y yo giré la cara. Se paró unos instantes, pero terminó besándome la mejilla. Eso hizo estremecerme. Aunque intentara aparentar que no me importaba, no era cierto. Sí me importaba. Lo quería más que a mi vida. Pero seguía muy enfadada por lo que había pasado en el concierto.
Se levantó y me dejó espacio para incorporarme y sentarme como era debido en la cama. No sabíamos qué decir, todo era tan confuso... Quería levantarme, abrazarle con todas mis fuerzas y volver a sentir sus labios. Pero no podía.
No me explicaba por qué había pasado eso. Ahora estaba delante de toda aquella masa de gente, todos igual de confusos que yo. Cathy y las demás chicas se quedaron expectantes, mirándome a mi y a la puerta una y otra vez, pero no fueron a buscarla. Audrey me hizo un gesto con la cabeza para que la fuese a buscar, ¡pero estaba en medio de un concierto! ¡No podía!
- Harry... - Niall se acercó a mí y me habló al oído.- Vete a buscarla.
- Pero... ¿y el concierto? No podemos dejar a todas estas chicas tiradas...
- Nosotros seguiremos, no te preocupes.
- ¿En serio? ¡Gracias, Niall! De verdad.
Dejé el micrófono y bajé a la velocidad de un rayo para ir a buscarla. Cuando estuve fuera, no la veía por ninguna parte.
- ¡Taylor! - grité alto y fuerte, pero no aparecía.- ¡Taylor, por favor!
Anduve unos cuantos metros, gritando su nombre y viendo cómo la gente me miraba para que me callara. Pero no lo iba a hacer. Comencé a llorar sin hacer ruido, simplemente dejé caer las lágrimas y miré hacia todos lados. No estaba allí, y yo me estaba muriendo por dentro. ¡Cómo había podido ser tan estúpido! Acercarme a Hollie no había sido una buena idea... Aquella representación había resultado un desastre, y seguramente ahora Hollie estaría frotándose las manos por su "gran trabajo".
De repente, en un callejón oscuro y un poco maloliente debido a los cubos de basura, distinguí una figura femenina apoyada contra la pared, con las manos sobre su rostro. Después de mirarla unos segundos la reconocí; era ella, Taylor. Mi Taylor. Casi no me atrevía a acercarme a ella de lo avergonzado que estaba. La verdad, había estado mal. Me había pasado con ella.
- Taylor... - dije casi sin aliento.
Ella levantó la cabeza para saber quién era, pero en cuanto me reconoció, giró su cabeza hacia el otro lado.
- Taylor, por favor... Mírame al menos.
Me acerqué un poco más a ella, pero seguía sin hacerme caso.
- En serio, siento lo que ha pasado... Es por Hollie, ¿verdad?
- Déjame en paz, Harry.
- No me digas eso, cielo.
- ¡No me llames así! - gritó entre sollozos.
Ya no sabía qué hacer. Era un capullo, un cabrón, un gilipollas, un idiota, un imbécil y un completo inútil. Una chica como ella no se merecía a alguien como yo. Era ella demasiado buena.
- Taylor, de verdad que lo siento.
- Sientes haberme conocido, ¿verdad? - oí cómo se reía con ironía, pero aún estaba llorando.
- ¡¡No!! - necesité gritar todo lo que pude, sentía que debería hacerlo.- ¡Nunca más vuelvas a decir eso!
Entonces sí necesité acercarme más a ella hasta estar en frente suya.
- Harry... vete. No intentes arreglarlo.
- No pienso irme de aquí sin antes besarte, aunque sea por última vez.
- Vete, Harry. Lo digo en serio.
- Yo también hablo en serio.
Sus ojos color café se clavaron en los míos. Me atravesaron como espadas. Se notaba lo enfadada y a la vez lo triste que estaba.
- Harry, si pretendes que te perdone no...
No la dejé terminar. Posé mis labios sobre los suyos, agarrándola por sus delicados brazos. Al principio pareció resistirse, pero luego se dejó hacer. Aunque algo parecía no ir bien. Ella no me correspondía. Me separé y la miré durante unos segundos sin decir nada.
- Por mucho que me beses, ya no va a significar lo mismo.
- Taylor, de verdad que no tengo nada con Hollie. ¡Te lo juro!
- ¡Pues no lo parecía encima del escenario!
Volvió a llorar. Posó de nuevo sus manos sobre su cara para tapar las lágrimas, pero yo las separé con cuidado y la miré a los ojos.
- No tengo nada, absolutamente nada que ocultarte. Y no voy a volver con Hollie. Pero si piensas que es lo mejor, entonces me voy, hay chicas esperando a que siga un concierto.
Me di la vuelta y caminé por donde había venido. Quizás no era lo mejor ni para ella ni para mí, pero si ella no me quería a su lado, no me tendría.
Cuando volví dentro, por suerte las fans me dejaron pasar sin mucha dificultad. Será que ellas también tienen su corazoncito.
- ¿Estás mejor? - me preguntó Louis.
- Sí, no te preocupes. No he conseguido traerla, pero ya me he calmado.
- Bien. - me dio un golpe en la espalda suave a modo de tranquilizante y volví a coger el micrófono.
- ¡¿Preparados para la vuelta de Harry?!
Oí los gritos y me hicieron sonreír, así que empezamos con la siguiente canción.
~~Narrador: Taylor~~
No pensaba volver. ¿Para qué? ¿Para suplicarle? Estaríamos mejor así por un tiempo.
Pero me dolía, porque yo en realidad le seguía amando igual que antes. El beso, aquel magnífico beso que me había dado hacía sólo unos escasos minutos... Me había costado mucho no corresponderle, pero debía mantenerme firme y segura.
Cogí el móvil y le conecté los cascos para oír "Same Mistakes". Era masoquista por escuchar aquella canción en ese momento. Antes de guardar el teléfono, le mandé un sms a Cathy, que se lo estaría pasando genial en el concierto, claro.
"Cojo un taxi para el hotel. No pienso volver al concierto... lo siento. Os espero alli."
Vi pasar a un taxi sin gente, por lo que hice gestos para que parara. Y por suerte para mí, lo hizo.
Le indiqué el lugar al conductor. El viaje no tardó más de veinte minutos y le pagué aquella poca cantidad antes de bajar.
Me dolía mucho pensar en lo que había pasado, pero no se me iba de la cabeza. Subí a la habitación ya en el ascensor que habían arreglado después de aquel día. Aquel perfecto día... En cuanto vi el lugar donde Harry me había acorralado, donde sentí su primer beso, me abarcaron un montón de sentimientos juntos y sonreí mientras las lágrimas inundaban mis ojos. Aquellos recuerdos eran tan bonitos... Y los perdería todos por ser estúpida y por una guitarrista entrometida. Ah sí, y un novio imbécil. Una vez en la habitación, me cambié para ponerme el pijama y me metí en cama aún con el móvil en la mano. Era temprano y no tenía sueño. Me conecté al wi-fi del hotel y me metí en twitter. Muchas directioners tuiteaban desde sus Blackberrys o iPhones sobre el concierto, lo que me hacía deprimirme más. "Van a empezar Stole my heart! <3", decía una. "Amo a Harry en sus solos xx", decía otra. Yo ya no podía más. Apagué el móvil e intenté dormir, pero era casi imposible. Cuando por fin lo conseguí, tuve una terrible pesadilla.
Harry me había llevado a una fiesta. Yo miraba a todos lados buscando a chicas conocidas, especialmente a Cathy, Audrey, Chloe y Kelly. Y finalmente las encontré. Pero todas estaban demasiado "ocupadas". Chloe por fin había conseguido algo con Louis, y Zoey estaba mirándoles desde lejos. Y Kelly también estaba con Liam. La fiesta era en la playa, un bonito día casi a la puesta de sol. Harry me había invitado a un baño y yo me quitaba el vestido playero para quedarme tapada simplemente por un bikini. De repente, Harry ya estaba esperándome en la orilla con un bañador que le llegaba hasta las rodillas. Una vez dentro del agua, Harry salía. "Ahora vuelvo", me decía al oído. Mientras esperaba, notaba una fuerte presión hacia abajo, algo tiraba de mí. Entonces, Hollie aparecía de la nada e iba al lado de Harry. Mientras yo gritaba. "¡Harry, Harry!" pidiendo ayuda. Pero él no me escuchaba. Veía cómo la besaba y se reía con ella. Las chicas sí me miraron desde la orilla, pero no venían a por mí. Le gritaban a Harry, pero él hacía caso omiso a sus palabras. Finalmente, aquella fuerza acabó por arrastrarme al fondo.
Me desperté empapada en sudor en medio de la noche. Eran las tres de la madrugada y las chicas aún no habían llegado. Mi corazón palpitaba a un ritmo sorprendente, jamás había estado así. Entonces, un sonido de llaves. Y cuando cruzaron la puerta de la habitación, me llevé una no grata sorpresa.
- ¡Harry! ¿Que estás haciendo aquí? - lo miré durante unos segundos, expectante, aún con la respiración agitada.- ¡Vete!
- No.
- ¿Cómo tienes esa llave?
- Me la ha dejado Cathy - dijo poniéndola encima de la mesilla.- Se ve que ella quiere que lo arreglemos.
- Cathy... - murmuré con ira.- Pues me da igual lo que piense ella, vete de aquí.
Me levanté de la cama, con cuidado de no golpearme la cabeza con la litera de arriba.
- ¿Te ha pasado algo? Estás nerviosa...
- No. Nada.
- Taylor... en serio. Mírate. Estás... estás muy sudada. ¿Qué ha pasado?
- Ha sido una pesadilla. ¿Ahora puedes irte, por favor?
- ¿Qué pesadilla?
- Harry, ¡¡que te vayas!!
- No me vas a echar de aquí tan fácilmente - dijo sentándose en la cama de Cathy.
Parecía que tenía ganas de jugar.
- Harold Edward Styles - dije en tono enfadado, muy enfadado - Vete. Ya. No quiero verte. ¿Es que no lo entiendes?
- No.
Suspiré y le miré con el ceño fruncido.
- ¿No te vas a cansar nunca?
- Jamás. - se levantó de la cama y se acercó a mí.- Taylor, tú eres mía. Y de nadie más. Y no voy a dejar que te vayas.
- ¿Dónde están los demás? - dije echando un pie hacia atrás para alejarme de él, lo que casi me hace caer de nuevo en la cama.
- Por ahí. Tranquila que no se pierden.
Volvió a acercarse a mí, esta vez demasiado. Puse las dos manos en su pecho para apartarlo, pero fui yo la que terminó tropezando y cayendo hacia atrás. Por acto reflejo, agarré su camisa para no caerme, pero él terminó encima de mí.
Le miré con ojos abiertos como platos. El sudor aún empapaba mi cara y mi cuello, y algunos de los mechones de mi cara, que se pegaban y eran muy molestos. Respiraba agitadamente, al igual que él, demasiado cerca de su boca. Humedecí mis labios y me mordí el inferior, mirándole a los ojos. Por un momento quise besarle, hasta él se inclinó hacia mí como leyéndome la mente, pero eché mi cabeza hacia atrás y lo aparté unos centímetros empujándolo con poca fuerza.
- No. - dije con un hilo de voz.
Pero él parecía no hacerme caso. Se inclinó hacia mí y yo giré la cara. Se paró unos instantes, pero terminó besándome la mejilla. Eso hizo estremecerme. Aunque intentara aparentar que no me importaba, no era cierto. Sí me importaba. Lo quería más que a mi vida. Pero seguía muy enfadada por lo que había pasado en el concierto.
Se levantó y me dejó espacio para incorporarme y sentarme como era debido en la cama. No sabíamos qué decir, todo era tan confuso... Quería levantarme, abrazarle con todas mis fuerzas y volver a sentir sus labios. Pero no podía.
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